Siguen mal los hijos de jornaleros: muriendo por desnutrición y neumonía

JORNALEROS EN SINALOA. Jodidos y abandonados.

El 5 de marzo murió Ramón, seis meses de edad, de neumonía. Dormía en el suelo de un cuarto que rentaba su mamá, Paula, que vino de Chihuahua a trabajar.

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El 18 de marzo murió Lupita, nueve meses, de vomito y fiebre. Es un cuadro de desnutrición aguda. Su mamá, Maribel, también es jornalera e indígena.

Los medios reportan otra muerte, pero no identifican al bebé, solo señalan que era parte de una familia de trabajadores del campo.

Los servicios médicos revisaron una tercera parte de las “cuarterías” qué hay en Guasave, encontraron once niños que necesitaban hospitalización, cuatro de ellos en calidad de graves.

El secretario de salud estatal descartó que exista un brote de enfermedad, un virus o una pandemia en la zona. “…hay niños que tienen tres días sin comer, donde viven no hay agua potable ni condiciones de higiene” aclaró.

Por otra parte, la prensa reporta que de 2021 a la fecha han fallecido tres menores hijos de jornaleros a causa de enfermedades respiratorias y gastroenteritis en los municipios de Rosario y Escuinapa

La causa de la muerte de los bebés es la miseria.

Miseria que padecen familias que trabajan de sol a sol.

Miseria que padecen personas que no están esperando ayuda en su casa, sino que se esfuerzan y recorren cientos de kilómetros para trabajar.

Miseria que padecen mexicanos que, mediante su trabajo, generan riqueza y producen la comida que llega a nuestra mesa.

La solución al problema no es desconocida, no es un misterio, existe en muchas partes, donde no mueren los niños.

Los hijos de madres trabajadoras deben estar en centros de desarrollo infantil (guarderías es el término popular) donde reciban alimentación, cuidado, atención de salud y educación mientras su familia está en el surco.

Las familias migrantes deben habitar albergues temporales con, al menos, los servicios básicos que les garanticen higiene y salud.

En Sinaloa hay familias que trabajan y a pesar de eso viven en la miseria y sus hijos se mueren de hambre y enfermedades evitables.

Los gobiernos existen para resolver ese tipo de problemas.

Para construir las soluciones: invirtiendo los impuestos en la infraestructura necesaria, incentivando la responsabilidad empresarial, estructurando una distribución equitativa de la riqueza y regulando la prestación de servicios de vivienda.
No hay un gobierno con sentido social en Sinaloa.

El gobierno del estado prometió servicios básicos y vivienda a los trabajadores del campo.

“Una deuda social pendiente lo constituye la población de jornaleros agrícolas que migran cada año a los campos de Sinaloa, para emplearse en las temporadas de siembra y cosecha de hortalizas.” Así dice el Plan Estatal.

“Promover con las asociaciones agrícolas un programa de construcción y mejoramiento de alojamientos temporales con servicios básicos.” Fue el compromiso.

El primer informe de gobierno reporta que no se construyó ningún alojamiento temporal, ni se mejoró uno solo y no se construyó ningún servicio básico para jornaleros agrícolas con inversión del gobierno del estado.

Tampoco hay presupuestado nada para ello en 2023.

Los ayuntamientos están ausentes, son inútiles.

No regulan ni supervisan las condiciones indispensables que deben tener los cuartos que se rentan a las familias jornaleras.

El gobierno federal no ayuda a los jornaleros, les quitó lo que había. Desapareció el programa de Apoyo a Jornaleros Agrícolas.

En la campaña les prometió una nueva estrategia, pero no se cumplió.

Los jornaleros vuelven a sus pueblos y los encuentran con las mismas carencias. El programa para construir servicios básicos en las comunidades indígenas, donde habita la mayoría de ellos, desapareció.

Desaparecieron, también, las pocas becas para sus hijos y ellos, los jornaleros, no existen ni para el Plan Nacional de Desarrollo ni en los programas de la Secretaría de Bienestar.

No reciben ningún apoyo federal pues no son adultos mayores, no son jóvenes desempleados, no son estudiantes de bachillerato y no tienen tierra donde “sembrar vida”.

El gobierno federal no supervisa cabalmente que las empresas inscriban al IMSS a sus trabajadores ni construye las clínicas necesarias.

Todavía más, el abandono llegó a tal grado que el gobierno ya ni siquiera investiga sobre sus condiciones de vida. Hasta los diagnósticos se dejaron de hacer, hoy los gobiernos dicen que no sabían que eso pasaba en Guasave.

La decisión del presidente fue dedicar el dinero a ampliar el programa para adultos mayores, cubriendo, ahora, a los que ya tenían pensión.

Un resultado es que, por ejemplo, varios gobernadores reciben su apoyo de 4 mil 800 pesos bimestrales.

Otro resultado es que los bebés Ramón y Lupita no recibieron nada…y murieron.

Construyamos guarderías, albergues dignos y clínicas.

¿Cómo?

Exigiendo, opinando, participando.

Artículo publicado el 26 de marzo de 2023 en la edición 1052 del semanario Ríodoce.

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