Estados Unidos, México y las drogas

Ilustración EDUARDO RAMÓN TREJO

Para desgracia nuestra y para muchos norteamericanos, la guerra verbal que están sosteniendo desde hace varias semanas parte del gobierno gringo y el nuestro, con el presidente Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, sobre el tema de las drogas y de los cárteles, no mejorará las cosas. La guerra contra las drogas, iniciada en Norteamérica por el gobierno de Richard Nixon, en 1971, fue un fracaso desde su concepción, por lo menos para el propósito anunciado. Ya había muchos elementos para que pudieran considerarse otras opciones si de lo que se trataba era reducir el consumo de enervantes; una de ellas, fundamental, considerar las adicciones como un problema de salud que requería, en primer lugar, atención médica.

Pero los gobiernos, primero el norteamericano y después los nuestros, sobre todo los latinoamericanos, optaron por la vía de criminalizar no solo el trasiego, sino también el consumo.

En México el gobierno fue más visionario cuando estuvo el general Lázaro Cárdenas del Río en la presidencia, pues desde el sector Salud del gobierno, al frente Leopoldo Salazar Viniegra, se impulsaron programas para erradicar o, al menos, reducir el consumo de drogas, desde la mariguana hasta las drogas duras, en aquel entonces principalmente heroína.

Al grado, incluso, que se despenalizó el consumo de mariguana y se crearon dispensarios para el tratamiento de los adictos. La Ley duró solo unos meses, pues presiones del gobierno norteamericano y de los sectores conservadores de nuestro país, se opusieron a una política “antidrogas” que era, para su tiempo, realmente revolucionaria.

A la postre, el resultado fue que las adicciones en los Estados Unidos nunca fueron a la baja, por el contrario, y esto alimentó e hizo crecer a quienes se dedicaban al cultivo, procesamiento y trasiego de drogas hacia los Estados Unidos, de tal modo que, si primero eran individuos, al rato fueron organizaciones y familias, luego cárteles y ahora verdaderas corporaciones de negocios diseminadas por todo el mundo.

Estamos hablando de más de 60 años de fracasos, partiendo de la declaración de guerra de Nixon, pero pueden sumarse dos o tres décadas más, donde los gringos han impuesto sus criterios sobre las drogas en todas las esferas y convenciones internacionales, con aliados naturales y muchas veces bajo presiones, como lo fue en su momento el caso de México.

Así que esto que vemos ahora, las posturas del Departamento de Estado, las presiones de los senadores republicanos, las acciones de algunos gobernadores, sobre todo de los estados fronterizos, no son nada nuevo y no van a cambiar en nada el panorama, ni para ellos, ni para nosotros. Decenas de miles de norteamericanos seguirán muriendo por los estragos del fentanilo, del cristal, de la heroína y la cocaína, y los mexicanos se seguirán matando por el negocio que significa surtir ese voraz mercado, siempre en crecimiento.

Para nuestros países hay salidas, pero nuestros gobiernos han sido muy timoratos o de plano entreguistas ante las políticas norteamericanas. Colombia, Perú, Bolivia, México… han estado siempre supeditados a esas políticas y los resultados son esos que hemos dicho. Nada cambió tampoco con la llamada Ley Kingpin, orientada a la caza de los líderes del narcotráfico y limitando sus acciones en la Unión Americana, evitando que hicieran negocios allá utilizando su sistema financiero y sancionando a quienes hicieran negocios con ellos…

Cayeron muchos de los líderes del narco en estos países —sobre todo en Colombia y México—, pero al final los cárteles de la droga sobrevivieron, se multiplicaron, se expandieron y encontraron la forma de lavar desde allá la plata de sus ganancias y sacarla mediante mil formas de Estados Unidos, o la incorporaron a sistemas financieros de otros países, principalmente de Europa. Y ampliaron el trasiego al mundo entero, cubriendo la demanda de drogas también en África y Australia.

Otro resultado de este fracaso es la gran corrupción generada por el negocio de las drogas acá, pero también en los Estados Unidos. En México prácticamente todas las esferas de la vida social, económica y ahora hasta política, están penetradas por el narcotráfico. Junto con la pérdida de vidas y la descomposición social, uno de los frutos más podridos de la política prohibicionista impulsada por los gringos.

Bola y cadena
Y AHORA LOS GRINGOS SE QUEJAN de la peligrosidad de los cárteles, cuando ellos mismos los hicieron crecer al negarse a ver la drogadicción como un problema de salud pública y tratándola durante más de un siglo como un crimen; ellos armaron a los cárteles permitiendo el trasiego ilegal de armas a nuestros países, incluso con operaciones encubiertas desde lo más alto de su propio gobierno, como la de Rápido y Furioso; ellos permitieron su expansión en México y a lo largo y ancho de su territorio, al permitirles que crearan redes de distribución; ellos cuidaron sus ganancias solapando la corrupción en el sistema bancario gringo…

Sentido contrario
¿POR QUÉ EL PRESIDENTE AMLO se engancha con los senadores republicanos o con el Departamento de Estado cuando le dicen que su gobierno no controla buena parte de su territorio? En primer lugar, es cierto. En segundo lugar, si quiere realmente defender la soberanía de nuestro país, tome decisiones que tiene a la mano desde que llegó al poder y le dio miedo asumirlas: avance en la despenalización de las drogas —eso realmente les dolería.

Humo negro
EL TEMA DE LAS REFORMAS A LA UAS que tanto ruido han traído parece encaminarse por la vía del diálogo, y qué bueno. La semana pasada, luego de un mes de dimes y diretes, el rector anunció que habría una movilización de universitarios el martes 28 para defender la autonomía; luego dijo que, si el gobernador se sentaba a platicar, podrían suspender el acto; Rocha le respondió que hablara con los diputados (pensé que le iba a responder que él solo hablaba “con el dueño de los perros”). Pero resulta que el viernes el gobernador y Héctor Melesio Cuen se reunieron en CDMX con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, para tratar el tema. ¿Cuen?, sí, Cuen. ¿Y el rector? El mismo viernes, el Consejo Universitario acordó suspender la movilización “para privilegiar el diálogo”. ¿Así o más claro? ¿Quién manda en la UAS?

Artículo publicado el 26 de marzo de 2023 en la edición 1052 del semanario Ríodoce.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email
  • 00
  • Dias de Impunidad
RÍODOCE EDICIÓN 1108
GALERÍA
Afecta la sequía a 13 municipios de Sinaloa; con 25 pipas llevan agua a 68 comunidades.
COLUMNAS
OPINIÓN
El Ñacas y el Tacuachi
BOLETÍN NOTICIOSO

Ingresa tu correo electrónico para recibir las noticias al momento de nuestro portal.

cine

DEPORTES

Desaparecidos

2021 © RIODOCE
Todos los derechos Reservados.