¿Para qué sirve Ríodoce?

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Ríodoce pone límites a los poderosos y demuestra que se puede practicar una ética de la honestidad.

Durante veinte años ha organizado y expresado la desconfianza democrática.

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Los que tienen poder han encontrado una forma de control de parte de quienes no tienen poder, una manera de obstruir abusos y un modo de evaluar sus decisiones.

El semanario ha instituido positivamente la desconfianza como una especie de barrera de protección, diría Pierre Rosanvallon.

El ciudadano tiene aquí un dispositivo para controlar y supervisar el poder.

Los contrapesos estabilizan y corrigen, evitan atrocidades y son parte insustituible de la democracia.

El control hacia los poderosos se ha ejercido mediante la vigilancia, la denuncia y la evaluación de su comportamiento.

Hay reportajes, columnas y portadas memorables y emblemáticas de ese papel.

Los sinaloenses han sido dotados de una forma de sancionar al poder.

El lector se ha constituido como juez de la actuación del rico, del funcionario o del violento.

Así se forma la opinión pública crítica e informada, con medios que le hablan a ella, no al poder.

Mientras que en veinte años los partidos se han erosionado, los ciudadanos han tomado el papel de interpelador y, para ello, necesitan información.

Ríodoce le recuerda a las personas que tenemos un mundo común, que no se debe ser apolítico, que necesita ser ciudadano.

Los poderosos quieren actuar independientemente del resto de la sociedad, autonomizarse.

Los ciudadanos deben velar, estar en estado de alerta, estar en guardia, son sus atributos esenciales, establece Rosanvallon.

“Un pueblo libre es un pueblo vigilante que ve todo, que oye todo, que está en todas partes, que nunca duerme” escribió Jean-Baptiste Cloots en 1792, durante la revolución francesa.

Ríodoce ha estructurado ese campo de acción.

Son evidentes las potencialidades democráticas de la vigilancia, es una forma de presencia en la vida pública que cualquier ciudadano puede tener.

Puede hacerlo como lector o como informador, contestando una encuesta o compartiendo una nota. Fácilmente puede ejercer la democracia.

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La atención pública es actuación política.

“El escándalo —escribe en este sentido Marcel Aymé— es la Fuente de Juvencia en la que la humanidad lava la suciedad de sus costumbres, el espejo en el que la sociedad, la familia, el individuo descubren la imagen violenta de su vida. Si desaparecen estas enseñanzas, será la asfixia de toda moral y el mundo entrará en un estado de somnolencia y de embrutecimiento”, citado por Rosanvallon.

El solo hecho de hacer públicos los abusos ya tiene un papel corrector.

La denuncia refuerza los valores sociales ajenos al abuso, el robo, la dominación violenta.

Las portadas de Ríodoce nos comunican que somos más los que rechazamos lo ilegal y lo injusto.

Junius, el gran campeón de la denuncia política en la Inglaterra del siglo XVIII, escribió “Los que se imaginan que nuestros periódicos no son un freno para los hombres perversos y un obstáculo para la ejecución de medidas perniciosas, no conocen nada de los asuntos de nuestros país”.

La calificación, y más en general la evaluación, es la tercera forma que adopta el poder de vigilancia. Consiste en una evaluación documentada, técnicamente argumentada, a menudo cuantificada, de acciones particulares o de políticas más generales. El objetivo es el peritaje de la calidad y la eficacia de una gestión. También aquí es una reputación la que se pone a prueba, pero de orden “técnico”: se trata de testear la competencia de los gobernantes.

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Esta es una línea fundamental de contrapoder de Rosanvallon.

Hay otra función que ha desempeñado Ríodoce.

La de demostrarnos, durante 20 años, que en Sinaloa se puede vivir siendo honestos.

Es un modelo de congruencia y valores éticos.

Ningún poder ha obtenido la complicidad de su director y de sus reporteros.

Nadie ha comprado sus plumas.

Eso es la gran cosa.

En un medio como en el que vivimos, de grandes poderes, el barquito de papel ha salido sin falta a hacer periodismo de investigación y opinión crítica.

Ha controlado, obstruido y evaluado el comportamiento de los poderosos.

Cuando no ha habido dinero, ha salido.

Cuando ha habido miedo, ha salido.

Ríodoce nos da una esperanza, no todo es cinismo, no todo está perdido.

Hay una palabra para estos 20 años:

Heroísmo.

Artículo publicado el 05 de febrero de 2023 en la edición 1045 del semanario Ríodoce.

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