Luego de dos años y siete meses de estar recluido en una cárcel de mediana seguridad, en Estados Unidos, Ismael Zambada Imperial el Mayito Gordo, fue puesto en libertad condicional el jueves pasado.

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Escoltado por agentes del US Marshals, y monitoreado en todo momento por su abogado Saji Vettiyil, Zambada Imperial fue sacado del Centro de Detención Metropolitano de San Diego y llevado a una oficina federal de libertad condicional, en San Diego, donde deberá esperaría 72 horas a que la oficialía le dé permiso para ser repatriado a México.

Hasta el cierre de esta edición se desconocía si el Mayito Gordo, todavía estaba en poder de los US Marshals, o si había sido repatriado a México por la garita de Otay, en Tijuana, o bien por la garita de Tecate.

Según los documentos de la corte, si Zambada Imperial permanecía en Estados Unidos sería bajo libertad supervisada por un período de tres años, y tendría que presentarse en las oficinas de libertad condicional del distrito judicial del sur de California periódicamente. Pero si al cabo de 72 horas, es decir, para la tarde del domingo 24 de julio, el Mayito Gordo hacía valer su derecho como ciudadano mexicano y decidía regresar voluntariamente a México, y funcionarios de la oficina de libertad condicional del sur de California se lo permitían, como ocurre en estos casos, el periodo de supervisión quedaría sin efecto y Zambada Imperial quedaría definitivamente libre.

El efecto Zambada

El recorrido de Zambada Imperial por prisiones estadounidenses fue ciclónico. Lo habían extraditado en medio de la noche el jueves 19 de diciembre de 2019, y cuatro días después de estar en poder de Estados Unidos, el hijo de Ismael el Mayo Zambada, fue presentado ante la juez Dana M. Sabraw, ante quien se declaró inocente de cargos relacionados con tráfico de droga.

Era la primera estrategia de todo acusado. Conocer detalles de la acusación, y saber qué pruebas tangibles existen en su contra para, a partir de ahí, negociar la libertad. Lo sabía su abogado Saji Vettiyil, quien ya había representado ante la misma corte a Serafín Zambada Ortiz el Sera, a quien logró liberar luego de cinco años en prisión.

Esta vez sería diferente, pues había muchas pruebas en contra del Mayito Gordo, mientras que a su favor estaba el alias con que los agentes de la DEA lo identificaban: “The Good Guy” (El buen tipo).

Los documentos consultados en el expediente 14-cr-00658, no precisan cómo ocurrió la negociación ni qué se negoció, pues la mayoría de esos documentos se encuentran sellados y la prensa no tiene acceso a ellos. Y al final, como siempre ocurre en ese tipo de procesos, todo acuerdo se hizo por debajo de la mesa.

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No obstante, lo que se haya acordado debió beneficiar a ambas partes, porque apenas un año y cuatro meses después que Estados Unidos tuvo en su poder al Mayito Gordo, éste cambió su declaración y aceptó ser culpable de dos de las tres acusaciones que había en su contra: conspiración para importar metanfetaminas, cocaína y mariguana con la intención de distribuirla en Estados Unidos.

Aunque el filete de la negociación, además de la información que reveló referente a la facción que dirige su padre, es que pagaría 5 millones de dólares el día que la jueza decidiera sentenciarlo.

Los 5 millones de dólares debían de pagarse el mismo día de la sentencia, ocurrida el 24 de junio pasado, ya que el pago era parte del acuerdo para ser sentenciado a 108 meses de prisión tomando en cuenta el tiempo que había purgado en cárceles mexicanas, pues sólo de esa manera Zambada Imperial lograría la libertad el 21 de Julio pasado.

De esta manera se cerraba el caso. Zambada Imperial, como el Sera, como Vicente Zambada Niebla, el Vicentillo, y Reinaldo Zambada García, el Rey, negociaban la libertad con la promesa de ya nunca reincidir en el tráfico de drogas. La libertad, en este caso, había tenido un precio: uno que incluía varios ceros del lado derecho.

El otro precio, o requisito, que Zambada Imperial deberá cumplir es no volver a quebrantar las leyes de Estados Unidos, ni poseer drogas, ni usarlas, y finalmente deberá someterse a una prueba de ADN antes de ser repatriado.

El Mayito Gordo -The Good Guy-, había sido detenido cerca de El Salado, en 2014. Había salido corriendo de su escondite y se habría ocultado en una choza donde pidió a los vecinos que lo ocultaran. Para su mala suerte, elementos del ejército mexicano lo seguían de cerca, y pronto rodearon la choza y, como un huracán, fueron por él.

El único de los Zambada que hasta el momento no ha sido detenido es Ismael Zambada Sicairos el Mayito Flaco, y según fuentes consultadas mantiene un perfil bajo.

Artículo publicado el 24 de julio de 2022 en la edición 1017 del semanario Ríodoce.