Es el mes del niño, y para los pequeños, la alimentación es una actividad primordial para su correcto desarrollo, y también una parte esencial para las bases de una vida adulta sana.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que vela por los intereses de los niños en alrededor de 190 países y territorios, reconoce la importancia de una alimentación saludable desde una edad temprana, ya que ayudará a establecer una relación positiva con la comida cuando sean adultos.
Enseñar a tu hijo buenos hábitos no solo es divertido, sino que también es saludable para toda la familia. Estos son tres consejos básicos que el organismo recomienda aplicar:
Mantener una relación sana con la comida
Tener una visión sana de la alimentación es esencial para gozar de buena salud durante toda la vida y para evitar enfermedades como las cardiopatías, el cáncer y la diabetes.
Es importante ayudarles a detectar cuándo tienen hambre para que puedan estar atentos a las indicaciones de su cuerpo y conocer sus necesidades.
Evita utilizar la comida como premio o castigo, ya que esto puede hacer que los niños desarrollen una relación poco sana con la comida. Trata de recompensar el buen comportamiento sin usar la comida: en lugar de ello, organiza una actividad familiar divertida, por ejemplo.
No prohíbas ciertos alimentos, como los dulces, ya que esto puede tener el efecto contrario al deseado: puede llevar a que tu hijo tenga más ganas de comerlos.
Olvídate de la orden: “¡Termina tu plato!”
Aunque quieras garantizar que tu hijo reciba todos los nutrientes que necesita, este tipo de frases pueden provocar una aversión a ciertos alimentos e influir en la visión que tienen de las comidas.
Si tu hijo se niega a comer sus verduras, intenta comerlas en su presencia y demuéstrale que te gustan. Tu hijo aprende de los adultos a elegir los alimentos, por lo que es importante que te asegures de que te imiten en la medida de lo posible.
También puedes ofrecerle pequeños pedazos de fruta o verdura con otro alimento saludable que le guste o pedirle que elija un nuevo alimento para probarlo juntos. Intenta presentar la fruta y la verdura de forma atractiva, utilizando colores para que el plato parezca apetecible.
Comienza el día con un desayuno saludable
Muchas familias tienen prisa por la mañana, pero es importante empezar el día con una comida equilibrada que proporcione a tu hijo los nutrientes esenciales para su crecimiento y desarrollo, como el calcio y la fibra.
Procura que el desayuno sea lo más nutritivo posible, poniendo en la mesa alimentos reales en lugar de una taza de cereales azucarados o productos de repostería que tienen muchas calorías y pocos nutrientes. Descubrirás que tu hijo se mantendrá saciado durante más tiempo.
Artículo publicado el 17 de abril de 2022 en la edición 1003 del semanario Ríodoce.