Un número es un número, les decía, pero terminaron convenciéndome de que hay cierto simbolismo en la cifra. Sobre todo, argumentaban, porque mucha gente les daba un mes de vida, dos o tres ediciones, si acaso. Y ya vamos para dos décadas.

Esta semana usted está leyendo la edición número 1000. Mil semanas continuas de ofrecer a nuestros lectores —de Sinaloa pero también de México y quien quiera leernos más allá de las fronteras a través de internet y redes sociales—, notas, reportajes, columnas y artículos de análisis siempre con una visión crítica, como lo prometimos desde que el proyecto periodístico fue presentado en reuniones con amigos, empresarios y académicos.

Hace tiempo me encontré con un lector de Ríodoce y me dijo, “Ismael, me da gusto que después de tantos años ustedes mantengan firme su línea editorial…”. “Es que no estábamos jugando”, alcancé a responderle, un tanto divertido. Y es verdad. Aunque siempre hemos hecho el periódico entre las preocupaciones y risa, no estábamos jugando. Y a la vuelta de casi 20 años, en medio de decepciones, ajustes y la tragedia que significó el crimen de Javier Valdez, Ríodoce nos ha trascendido a los fundadores.

Revisé la primera edición, el número uno de Ríodoce, y es como viajar al pasado. Y confirmar que, siempre, la vida da muchas vueltas.

Llevamos, por ejemplo, una entrevista con Rubén Rocha, porque recién había anunciado su renuncia al PRD. Tomo las decisiones que mi conciencia me dicta, dijo aquella vez. “No acuerdo con nadie ¡Con nadie!, Solamente con mi familia”. Y ahora Rocha es el gobernador de Sinaloa. Lo entrevistó Cayetano Osuna, uno de los fundadores del semanario.

En otra página llevamos una nota titulada “Alejandro Higuera Osuna, sobre las huellas del PRI”. Escrita por Javier Valdez, la nota denuncia que Higuera, entonces delegado de Sedesol en la época de Vicente Fox, el panismo a todo lo que daba, había usado recursos públicos para promover su precandidatura a una diputación federal. Alejandro Higuera es ahora secretario particular del gobernador morenista.

Hojeas y aparecen los nombres: Guillermo Ibarra escribe un artículo sobre migración y pobreza, Nidia Castro nos habla también sobre el tema migratorio y Gerardo López Cervantes da cuenta de la mediocridad del crecimiento en Sinaloa. Samuel Campos Velarde, Andrés Villarreal, Liliana Plascencia, Arturo Santamaría, José Luis Franco, Nery Córdoba, Gilberto Escobar…

La regularidad de las redacciones en todo el mundo es que son muy cambiantes, pero al final tiene que prevalecer la línea editorial. Muchos de los nombres que aparecen en los primeros años están en otro lado. Y eso ocurre por muchas razones. La gente le busca y el medio también.

Rehago unas líneas de aquel primer número. Muchas fueron las lecciones que aprendimos durante los meses que recorrimos Sinaloa tocando puertas para soltar las amarras de Ríodoce. Conocer un poco más la condición humana fue una de las más gratificantes. Encontramos muchas manos tendidas, gente que abrazó el proyecto desde los primeros días. Empresarios que hicieron a un lado la frialdad con que ven los números y que le apostaron a la propuesta.

Intelectuales que se echaron el compromiso de escribir y asesorar en diferentes áreas sin esperar nada más que ver concretado un esfuerzo colectivo para Sinaloa. Periodistas que ofrecieron sus espacios en las labores de difusión del proyecto. Amigos y compañeros que han estado brindando algo que nunca deja de ser profundamente vital en este que algunos han considerado entre broma y broma, un salto al vacío: la solidaridad.

Propusimos en nuestras presentaciones un proyecto editorial y un proyecto empresarial. Pero no éramos ni somos empresarios y, aunque el barco nunca se fue a pique por falta de recursos, tampoco logramos consolidar una empresa. Nos concentramos en el periodismo por mera convicción. Ahora tenemos otros retos. La tecnología es una amenaza pero también oportunidad. Tenemos que adaptarnos y lo estamos haciendo porque, además, no nos queda de otra. Y aquí sí: lo hacemos o nos vamos.

Bola y cadena

LA PANDEMIA QUE TODAVÍA se pasea entre nosotros nos planteó un reto muy grande. Los impresos han ido a la baja en el mundo, sin excepción. Y buena parte de nuestros ingresos provenían de la venta de ejemplares. Pero la gente no quería tener contacto con el papel, que antes de llegar al lector, pasa por muchas manos. Hicimos varios ajustes con el fin de reducir gastos y sobrevivir. Y sobrevivimos. La planta laboral (alrededor de 35 entre gente de planta y eventuales (los repartidores de periódicos en las cadenas comerciales), permaneció intacta. Ahora es tiempo de crecer y no tengo ninguna duda de que lo haremos. Soplan buenos vientos y este barquito de papel sigue en la misma ruta que se trazó hace casi 20 años. Gracias a todos.

Sentido contrario

LOS MORENISTAS TERMINARON como el personaje de La ley de Herodes, que hizo su propia constitución para adaptarla a sus pretensiones. Hicieron una reforma sobre las rodillas (literal) para que los funcionarios públicos pudieran promover legalmente la consulta para la revocación de mandato. Y lo que sigue.

Humo negro

ESTADOS UNIDOS HA ESTADO endureciendo su discurso respecto a México cuando hablar de la violencia se trata. Ahora dice que nuestro país está lleno de espías rusos y que las redes del crimen organizado controlan las fronteras, no el gobierno. Luego entonces, por ahí se pueden infiltrar terroristas a su país. No es nada nuevo; EU siempre ha utilizado el tema del narcotráfico para imponer en América Latina sus políticas de seguridad. Y no habrá ahora ninguna diferencia, por más que el presidente AMLO diga que no somos colonia de nadie.

Artículo publicado el 27 de marzo de 2022 en la edición 1000 del semanario Ríodoce.