Más de 50 historias en las que recoge a personajes citadinos son reunidas en el libro narrado por el también actor

En su intento por sobrellevar el insomnio Joaquín Leyva se puso a escribir y de ello resultaron más de 50 historias que hablan de personajes comunes que transitan por la ciudad y sus sueños.

Crónicas para espantar a los demonios, es un ejercicio de liberación. Su formación de actor y promotor cultural se había relacionado con la narrativa pero no tan de cerca como ahora.

Algunas de estas historias ya las había publicado en algunos medios de comunicación, pero otras habían estado ahí guardadas esperando materializar esa utopía de escribir de manera libre, sin pretensiones literarias.

Su interés común, fue recoger a esos personajes que pululan con la ciudad, aquellos hombres o mujeres que caminan en la nada, que hablan solos, que se bañan en una fuente pública, que aderezan con sus historias los bares y las colonias populares.

Aparecen en las páginas de libro; el Chacho y la Chacha, la Madonna, los trampas, los niños, jornaleros agrícolas, las rastreadoras.

“Esta es una recopilación de relatos, historias, crónicas urbanas qué tienen qué ver con el paisaje urbano. Para mí es un ejercicio, un intento de crear ficción a partir de una frase, una imagen, un personaje que te encuentras en las calles, colonias, cantinas, plazuelas, que empezó como mero ejercicio de exploración”, contó Leyva.

Una fortuna

Este libro publicado por el ISIC, mencionó que ha sido una gran fortuna. Es como un hijo que había mantenido guardado.

“Salió este libro y siento que es como un niño que había tenido oculto, es para mí un sueño posible que hice sin mucha pretensión literaria, sino de recoger las circunstancias, a partir de una frase, una situación en la calle, por mi formación como actor, me lo veía con teatralidad, esa parte es la que intento imprimir en las historias”, detalló.

“Yo padezco de insomnio de hace mucho y dije voy a espantarlo escribiendo a media noche, de madrugada, a partir de un diálogo con ese personaje que estaba peleando solo y una oleada de locos en Culiacán, aunque se me fueron muchos”.

Estas crónicas mencionó Leyva, que las había guardado para sus amigos, ellos mismos fueron sus catadores, les daban la opinión respecto a las historias.

Acercamiento con la literatura

Este ejercicio de liberación, añadió que es un regalo para él y para sus amigos.

“Para mí este libro es un intento de acercarme a la literatura y sentir el sabor de la palabra, de sentir como se van uniendo unas con otras y se van acomodando”, explicó.

“Busqué construirlas a partir de la teatralidad de los personajes, a partir de las vivencias que he tenido en el teatro”.

Leyva, quien además ha ejercido una labor como cronista cultural, indicó que con este libro intentó retratar la sencillez de lo cotidiano a través de quienes dan ese color a la ciudad.

“Esto es a fin de cuentas una manera muy personal de exorcizar los demonios nocturnos que me impiden conciliar el sueño todas las noches”.

Artículo publicado el 20 de marzo de 2022 en la edición 999 del semanario Ríodoce.