El 4 de marzo se celebró el Día Mundial de la Obesidad, según la Federación Mundial de la Obesidad y sus miembros mundiales, pero para la Organización Mundial de la Salud, es el 12 de noviembre. De cualquier manera, lo importante es reconocer la epidemia mundial de sobrepeso y obesidad.
Cientos de artículos científicos han circulado alrededor del tema, sin embargo, la obesidad al parecer no quiere perder su lugar y sigue causando estragos de todo tipo. Desde las curas milagrosas basadas en hierbas o medicamentos, agujas, masajes, ejercicio, dietas, hasta llegar a la cirugía bariátrica, este es el camino que han recorrido muchos pacientes en busca de recuperar el peso ideal. Abordajes psicológicos, psiquiátricos, y quirúrgicos no han sido suficiente para domar la prevalencia de obesidad y su tendencia al alza o a una meseta prolongada en el tiempo.
En el siglo pasado se usaron medicamentos psicotrópicos para regular el apetito, incluso ansiolíticos que llegaron a causar adicción y fracaso terapéutico; se han intentado ocurrencias como la inducción y programación hipnótica, incluso la cirugía psicoemocional que consiste en hacer creer al paciente obeso en un proceso mental que modifica las estructuras del tubo digestivo, especialmente la cavidad gástrica.
Estudios de genética, tipos de sangre, herencia, raza, pareja sexual, vida sedentaria, tipo de actividad laboral, en fin, se han estudiado decenas de variables y se le sigue quedando a deber a la obesidad y sus propietarios.
La industria farmacéutica lanzó al mercado el año pasado una mezcla de moléculas que se llaman naltrexona y bupropión, de momento es la esperanza de miles de pacientes obesos que ya experimentaron de todo. La naltrexona es un medicamento antagonista de los opioides, en pocas palabras es un medicamento que se usa para revertir las intoxicaciones en los adictos, la otra molécula es el bupropión o anfebutamona, un fármaco con propiedades psicoestimulantes usado en las depresiones anhedónicas. A principios de siglo su uso fue principalmente para el tratamiento del tabaquismo.
En Estados Unidos la FDA, que es la homóloga de la Secretaría de Salud, dio el beneplácito para usar esta mezcla de moléculas para el tratamiento de la obesidad, este medicamento ya está disponible en México, y aunque aún no hay experiencia estadística con resultados concluyentes, se puede afirmar que es una alternativa para quienes ya probaron de todo. Todos los días son un buen pretexto para quienes han perdido más que la figura la esperanza, pero, sobre todo, la salud.
La industria farmacéutica contribuyó a controlar la pandemia del COVID-19, ojalá que también contribuya a controlar la epidemia de obesidad en México y muchas partes del mundo. No importa que sea vacuna, pomada, inyección, tabletas o lo que sea, lo que importa es que los enfermos recobren su salud. Día mundial de la obesidad, un recordatorio de la realidad en México.
Artículo publicado el 13 de marzo de 2022 en la edición 998 del semanario Ríodoce.
