Dismorfia Corporal, un trastorno que altera cómo nos percibimos

Dismorfia 3

Es un trastorno mental; la falla está a nivel de la integración neuronal, tus ojos van a ver lo que tu cerebro dicte

El Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), es un trastorno de la imagen corporal y quienes lo padecen buscan recurrentemente la perfección a un rasgo físico en particular que altera su imagen corporal, y crean movimientos repetitivos en tratar de ocultarlos, por lo que se clasifica como un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

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De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión (ADAA por sus siglas en inglés), el TDC afecta alrededor de una de cada 50 personas, y afecta por igual a hombres y mujeres, aunque en diferentes dimensiones.

Según la doctora Beatriz Alicia Martínez Mellado, siquiatra en Hominis Neurociencia, la característica principal del TDC es que quien lo padece está con una idea fija de que hay una alteración en su apariencia, “puede estar dirigida a la simetría del cabello, las orejas, las cejas, el parpado, la piel, el tamaño del músculo, entre otras”, las cuales no son percibidas por las personas a su alrededor, inclusive hay quienes lo consideran (cuando la persona lo relata) como algo fuera de la realidad, algo sicótico.

Las personas con TDC invierten mucho tiempo y dinero en ocultar o modificar estas “imperfecciones”, y para que se pueda clasificar como un trastorno tiene que haber disfunción en alguna área, ya sea con la pareja, familia, trabajo o sociedad, es decir tiene que haber un cambio en sus conductas al momento de convivir.

“Es difícil detectar cuando alguien está disfuncionando por como se han normalizado estas conductas” hoy en día, agrega.

El TDC se desarrolla durante la adolescencia, “y esto tiene que ver con que en la niñez y en la adolescencia los seres humanos forman su imagen corporal, entonces desde ahí se puede crear una imagen corporal distorsionada, ya que primero se reconoce en los demás antes que en sí mismos”.

En ese periodo “el cerebro empieza a enviar como de forma repetida la idea de que algo está mal, entonces, pues, tus ojos van a ver lo que tu cerebro dicte, así es como se va formando”.

Quienes lo padecen acuden regularmente a profesionales de la estética, como cirujanos plásticos, odontólogos, dermatólogos y los especialistas del deporte, mismos que son la primera línea para detectar si tiene algún trastorno, de ahí se canaliza a un especialista de la salud mental.

Los pacientes tienden a someterse recurrentemente a cirugías para solucionar la distorsión, sin embargo, nunca se resuelve porque el defecto es imperceptible.

Comportamientos compulsivos o repetitivos con frecuencia en pacientes con TDC:
Camuflarse.
Compararse con los demás.
Solicitar cirugía.
Comprobar su aspecto físico delante de un espejo.
Hurgarse la piel.
Realizar una limpieza excesiva.
Hacer ejercicio de manera excesiva.
Cambiarse de ropa con frecuencia.
Broncearse de manera excesiva.

“Es un trastorno mental, la falla está a nivel de la integración neuronal, tus ojos van a ver lo que tu cerebro dicte”, comenta la doctora Martínez, y agrega:

El TDC incapacita “en lo económico y el tiempo, cuánto inviertes en tiempo y dinero para buscar estos cambios, te puede afectar en la salud, ponerte en riesgo, someterte a cirugías innecesarias” o realizar autocirugías (como rascarse la piel y pellizcarse).

“De 100 personas que se han sometido a una cirugía plástica puede que al menos el 10 por ciento de ellas tenga un TDC; mientras que de las que padecen TDC, de 20, al menos 10 se han sometido a una cirugía plástica o tratamiento para cambiar su aspecto”.

El TDC es un trastorno siquiátrico con una alta letalidad en suicidios, puesto que desencadena otros trastornos como: depresión, ansiedad e ideas de muerte recurrentes.

“Hasta el 80 por ciento de los pacientes que tienen TDC han tenido pensamientos suicidas, y más de una cuarta parte intenta acabar con su vida, la letalidad es alta, de más del 1 por ciento, lo cual en psiquiatría es un número bastante alto”.

El TDC y los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)

Martínez Mellado hace una diferenciación con los TCA, ya que el TDC no genera una preocupación por el peso o tamaño del cuerpo, sino por una o varias áreas en particular.

“En el TCA está distorsionada la percepción de mi cuerpo, o no puedo reconocer que las conductas que estoy teniendo pueden afectar a mi cuerpo”.

Es “posible tener los dos trastornos, aunque para el TDC el diagnóstico es más fino, porque en la evaluación a un TCA no está claro, porque hay otros síntomas que lo están solapando, cuando va avanzando en el tratamiento se evidencian los síntomas”.

Alrededor del 20 por ciento de pacientes con TCA podrían tener un TDC, y casi el 80 por ciento que tienen un TCA tienen alteraciones de la imagen corporal, pero no significa que padezca TDC, aclaró la doctora Martínez.

Artículo publicado el 13 de marzo de 2022 en la edición 998 del semanario Ríodoce.

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