El misterio de las almas gemelas es el tema principal en una reunión entre amigos, en la que Sara (Marta Gastini) y Luca (Flavio Furno) intentan demostrar a Federica (Sara Baccarini) y Francesco (Armando Quaranta) que eso de que haya una persona especial y específica para cada uno es muy cuestionable, y se basan en la historia de Giulia (Matilde Gioli), Dario (Giuseppe Maggio), Chiara (Ilenia Pastorelli) y Matteo (Matteo Martari), sus conocidos a quienes una vez presentaron en una comida, para poner a prueba su idea de la media naranja.
Como comedia romántica, 4 mitades (Quattro meta/Italia/2022), dirigida por Alessio Maria Federici, se sale de lo que comúnmente se presenta en este tipo de cintas que suelen ser de una estructura narrativa sencilla, lineal, con una trama que encaja en los estereotipos y busca complacer al espectador en todo momento, sobre todo en ese final feliz que no pude faltar. Sin embargo, la película recién estrenada en Netflix se esfuerza un poco más, así el resultado no sea tan favorable.
Tampoco se trata de que el filme, con un guion de Martino Coli, no caiga en lugares comunes. Por supuesto que lo hace. Sobre todo en las características de personalidad de los cuatro personajes en proceso de relacionarse: la fría, calculadora, que solo quiere encuentros fugaces y no comprometerse podría acoplarse muy bien al galán, seductor, que consigue lo que quiere con cuantas desee; la idealista, romántica, que prefiere noviazgos duraderos, es probable que se lleve mejor con ese chico no tan guapo, pero agradable y soñador, que no puede aguantar ni un día para contactar a esa chica que acaba de conocer. Aunque, ¿las parejas podrían agruparse sin afinidades de por medio y ser exitosas?
Un aspecto interesante, más no precisamente que funcione, es que la película expone paralelamente dos posibilidades de relacionarse: por un lado lleva a Giulia/Dario y Chiara/Matteo; y por otro a Giulia/Matteo y Chiara/Dario, para demostrar que la compatibilidad no se da, específicamente, en personas iguales/parecidas o completamente diferentes, sino que, en el amor, las relaciones de pareja y al buscar/encontrar al otro/a, todo se vale.
Esa manera de contar la historia, si bien podría haber tenido una finalidad creativa, acaba siendo confusa, porque, salvo el doble y diferente acomodo de unas coloridas mesas y el no poder reservar en un restaurante, como señales de que la trama no va como se piensa y de que las parejas no solo se forman en un sentido, la cinta no es muy precisa para conducir por un lado u otro al espectador.
El filme no es claro en cómo terminan conformados los noviazgos/matrimonios (al final se ve a los cuatro personajes, primero en una dupla y luego en otra), pero más que una desventaja, eso podría tomarse como un acierto (en esa idea de no concluir si las almas gemelas existen o no), junto a esa empatía que hay en una relación y otra, y a las actuaciones, que no son extraordinarias, aunque tampoco decepcionantes.
Aún con esa revoltura de situaciones que resulta 4 mitades, se vuelve una mediana opción que presenta un tema recurrente, de manera (un poco) distinta, a través de un género que no suele esforzarse demasiado. Véala… bajo su propia responsabilidad, como siempre.
Artículo publicado el 16 de enero de 2022 en la edición 990 del semanario Ríodoce.
