Consejos para una navidad más saludable

Weihnachtsmann mit Donuts

Las cinco recomendaciones de Harvard

En esta temporada es fácil ceder a los encantos de la comida y la bebida. Sabemos por experiencia que habrá de sobra en nuestras reuniones, tanto que incluso más de alguno presupuesta subir unos kilos en el mes de diciembre.

Esto es tan común que nos hace sentir menos culpables: a cualquiera le pasa. Pero si lo que buscamos es minimizar el daño de las fiestas de fin de año, la división de salud de Harvard ha publicado algunos consejos que les presentamos a continuación:

1) No salgas con el estómago vacío. Antes de salir de fiesta, come algo para no llegar hambriento. No es necesario llenarse antes de salir a la tan esperada ocasión, lo importante es comer un poco de alimentos de fuentes saludables, y así ganarle espacio a la abundante comida sabrosa, pero no tan saludable, que acostumbra en estas fechas.

2) Bebe por tu salud. El vino, la cerveza y las bebidas mixtas oscilan entre 150 y 225 calorías. Si bebes alcohol, toma un vaso de agua o agua mineral entre bebidas. Esto te mantendrá hidratado, más sobrio y los efectos del alcohol al día siguiente serán menores.

3) Evita el alcohol con el estómago vacío. El alcohol aumenta el apetito y disminuye la capacidad para controlar lo que se come. Si se aplica el punto número uno, esto no será un problema y evitarás sentirte hambre y atacar la montaña de papitas.

4) Se un experto en buffet. Si la mesa parece un auténtico buffet, pasea por ella antes de poner algo en tu plato. Si revisas todas tus opciones, es posible que te sientas menos inclinado a servir alimentos uno tras otro. Se selectivo y evita o modérate con lo que no nos hace bien.

5) Presta atención a lo que realmente importa. Aunque la comida es una parte integral de las fiestas, enfócate en la familia y los amigos, la risa y el ánimo. Si el equilibrio y la moderación son sus guías habituales, está bien darse un gusto de vez en cuando.

La gordura como regalo de navidad

Dr. David Uriarte

La cultura es la forma de hacer las cosas, en México las celebraciones de toda índole se asocian con comida, con la ingesta de alimentos típicos o propios de la ocasión; boda sin comida no es boda, bautizo, cumpleaños, fiestas patrias, fiestas religiosas, graduaciones, día de las madres, día del niño, las posadas, navidad, año nuevo, incluso se habla de la cena de navidad, de la cena de año nuevo como parte de la vida familiar.

El problema del aumento de peso no es la cena como tal, es el contexto en el que se da, no es un día, es todo el mes o mínimo una semana de ingesta excesiva de calorías. Por ejemplo, la cena de noche buena es el cenit de una constelación de eventos culinarios que inician en el mes de diciembre, un mes donde la temperatura invita a cenar chocolate caliente y desayunar “gorditas” con atole de pinole. Un mes donde la tradición incluye buñuelos con miel, ingesta de alcohol en cualquiera de sus presentaciones, pan de harina de trigo o de maíz, cacahuates, mandarinas, barbacoa, tamales, y por supuesto, lomo, pavo, o cualquier tipo de carne preparada para la ocasión, llena de condimentos y conservadores.

Dos cosas pasan en diciembre en México, las congestiones estomacales acompañadas de dolor abdominal, nausea, vomito o diarrea, y el aumento de peso en un alto porcentaje, hay quienes afirman que la población en general aumenta entre cinco y diez kilos en la temporada decembrina, sin embargo, hay quienes se mantienen en su peso como parte de un esfuerzo saludable.

Aquellos que ya arrastran sobrepeso, pueden pasar a la siguiente categoría que es la obesidad, y los obesos pueden debutar en la obesidad mórbida, aquella que los limita prácticamente de todas las actividades cotidianas. Los mejores deseos de los obesos incluyen como regla: bajar de peso, hacer ejercicio, comer sano, disminuir las cantidades de alimentos, y en algunos casos meterse al mundo de la cirugía bariátrica con cualquiera de las operaciones que les garantice bajar de peso.

Hay muchas cosas que regalar y que regalarse en esta navidad, una de ellas puede ser abstenerse de ingerir calorías de más, es decir, limitarse en las porciones o bien, incrementar el ejercicio como vía de quemar grasa y evitar el aumento de peso. No se trata de pedirle a Santa Claus como regalo un cuerpo escultural, se trata de esculpir la figura primero en la mente y después resanarla o pulirla con hábitos alimenticios sanos, para finalmente perfilarla con un régimen de ejercicio suave que no implique lastimar el propio cuerpo.

La gordura como regalo de navidad se da en muchas personas víctimas de la cultura que hace de la comida un obsequio, una muestra de aceptación y reconocimiento a los vínculos de afecto en general. A veces regalar comida es regalar gordura.

Artículo publicado el 19 de diciembre de 2021 en la edición 986 del semanario Ríodoce.

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