Las pérdidas son millonarias en cruceros, pero no se pierde la esperanza

Los cruceros turísticos están en quiebra. Aunque se prevé un incipiente regreso de los cruceros turísticos a puertos mexicanos en el año 2022, la recuperación económica será hasta 2023.

“Nos vamos a ir lento, la pérdida es grandísima, calculábamos para este año 10 millones y medio de cruceristas (…) las pérdidas se fueron a un 80 por ciento de pasajeros porque recibimos un 20 por ciento los primeros meses del año y ahí paró”, expuso Arturo Mussi, presidente de la Asociación Mexicana de Cruceros.

A mediados de marzo, la pandemia del COVID-19 cerró los puertos y navieras como Regent Seven Seas, Carnival, Celebrity, Amadeo, Disney, Princess, Norwegian, Holland America, pararon colapsando por completo la economía en este segmento turístico.

Arturo Mussi estimó que por lo menos se perdió 1 mil millones de dólares, por el gasto que dejaron de hacer pasajeros y tripulantes durante su estancia en los puertos del país.

Se le suma también el ingreso por concepto de derecho de atraque, embarque, desembarque y servicios que tienen que pagar por barco.

“Cada barco paga 350 mil pesos por arribo, si hablamos de casi 2 mil arribos a nuestro país, la pérdida fue 700 millones de pesos que dejaron de ingresar a los puertos”, detalló.

Y el efecto sigue porque toda la cadena de prestadores de servicios se ve afectada, agregó.

“Por eso es que el crucero es importante para un destino turístico, porque aparte de la promoción, de estar en todas las agencias promotoras, les dejan muy buen dinero y trae un desarrollo regional, no nada más en el lugar, sino también los tours que van fuera a municipios cercanos”, indicó.

Y el impacto trasciende más, “resulta que se quejan los artesanos de Chiapas y Oaxaca, porque sus principales compradores están en los puntos turísticos de nuestro país, entonces toda la cadena de artesanía y plata también están dejando de vender”.

Las acciones de las navieras bajaron mucho, “han tomado decisiones drásticas, sus barcos más viejos los están vendiendo, y están recapitalizándose”.

Arturo Mussi considera que el 2022 es el año en el que empezará de nuevo la recuperación de cruceros.

“El 2023, calculo que será uno de los mejores años que van a tener los cruceros (…) los tiempos no son anuales, empezarían aproximadamente por abril, mayo, pero del 2023, y todo lo que son los normales, los de ruta, calculo que en noviembre del 2022 sería la temporada”, explicó.

Todo ha cambiado, observa, “esperábamos que iba a haber una recuperación a fin de año, había muchas expectativas con la vacuna, pero no sabemos qué pasa mañana y la autoridad de salud de Estados Unidos ya abrió a la navegación, pero está condicionado”.

Las “burbujas” sanitarias

Las condiciones son que primero tienen que presentar protocolos de como manejar a todos sus pasajeros y tripulantes, pero con estándares muy estrictos.

“Después, tienen que presentar cómo van a manejar los protocolos de los tours, los paseos y las excursiones que ellos venden, y también tiene que presentar los protocolos de los destinos a donde llegan, para ver si garantiza la salud de pasajeros y tripulantes al llegar al destino”, explicó.

Después, tienen qué hacer pruebas donde demuestren que esos protocolos funcionan, no nada más presentarlos, indicó, es hacer pruebas con pasajeros y tripulantes, y demostrar que no hay inconvenientes. “Se crean realmente unas “burbujas” sanitarias, todo eso lleva mucho tiempo”.

Las navieras están trabajando en sistemas sanitarios a bordo como sistemas de distribución de aire que sanitiza.
“Después que cada país que pueda o quiera recibir cruceros, tiene que trabajar muy fuerte los protocolos en ciudades, porque de nada sirve que el barco sea una “burbuja”, y cuando llega su destino, se baje el pasajero y encuentre otras condiciones, entonces la burbuja no sirvió”, indicó.

Se considera que los primeros viajes serían a sus islas privadas o navegando nada más donde ellos pueden controlar su “burbuja” sanitaria, después a los lugares donde solo ofrecerán tours y que estén muy bien controlados para que no vaya a haber ningún problema.

Por otro lado la CDC (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) pone otro inconveniente, que es hacer solo viajes no mayores de siete días.

Las navieras empezaron a hacer sus reestructuraciones de itinerarios y definir por donde empezar que es Europa y Asia.

En México sería el Caribe y Pacífico Mexicano, “en el Pacífico sería más tarde, sería por agosto, septiembre más o menos, y los del Caribe Mexicano como Cozumel, Majahual y Puerto Progreso, un poco antes, calculo que tal vez, entre abril y mayo”.

El Caribe va antes porque es más popular en todo el mundo, explicó, es donde hay más arribos, tan solo a Cozumel llega casi más del doble de lo que recibe todo el Pacífico.

El Pacífico por su parte depende de la ruta de Alaska toda vez que sus barcos hacen escalas en puertos mexicanos.

“Dependemos de que no vaya a cerrar por algún rebrote, dependemos de muchas cosas, es muy incierto, pero hasta ahorita lo que tenemos es que por julio, agosto, empezaremos ya a recibir algunos arribos ya sea en el Pacífico Mexicano o en el Caribe, pero muy pocos y pues ahora sí, la recuperación va a ser hasta el 2023”.

La lealtad del crucerista

El crucerista es un cliente leal y lejos de cancelar, dijo, está posponiendo su viaje.

El 2023 está saturado, la gente solo está a la espera de poder viajar, “seguimos teniendo muchas reservaciones y se están moviendo, pero por lo pronto, para 2023 tenemos muchas reservaciones”.

-¿Y cómo está Mazatlán en esas reservaciones para 2023?

-Muy bien, Mazatlán está bien, Carnival tiene reservaciones, Holland, Princess, está bien, pero para el Pacífico estamos hablando casi de octubre, más o menos. Para octubre de 2022 podríamos tener algunas.

En tanto, los puertos mexicanos tienen el reto de ser efectivos en sus protocolos y comprobar que se puede llevar a cabo, y todo lleva tiempo y ahorita es cuando deberían de trabajar muy fuerte y demostrar que lo están haciendo, subrayó.

Artículo publicado el 13 de diciembre de 2020 en la edición 933 del semanario Ríodoce.