Por segundo año consecutivo, la mayor controversia sobre cómo quedaría la versión final de la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos estuvo concentrada al interior del Grupo Parlamentario de Morena.
En un extremo estaba el brazo beligerante integrado por los diputados Pedro Villegas Lobo, Adriana Zárate Valenzuela, junto con el hasta hace poco morenista Apolinar García Carrera. Por otro, una ala que le apostaba a la negociación y al consenso, encabezada por Graciela Domínguez Nava, Victoria Sánchez, Horacio Lora y Marco Antonio Zazueta.
Desde un día antes, el diputado de Morena Pedro Villegas hizo una convocatoria abierta a través de sus redes sociales. “Se llegó el momento más esperado”, señaló al llamar a los diferentes sectores sociales a tomar la tribuna del Congreso del Estado.
Lea: Incita diputado Pedro Villegas Lobo a tomar tribuna para demandar presupuesto 2020 (audio) https://bit.ly/2tffrwJ
“Ustedes no están solos, están también los de Salud, los de la UAdeO, están los de otros grupos sociales, todos van bajo el mismo objetivo. La idea es que ustedes se manifiesten, y si es necesario tomar la tribuna, la van a tomar, no tengan miedo de eso compañeros. No son los primeros que lo harían, ni van a ser los últimos que lo harían”, dijo en un mensaje de audio que circuló en redes sociales.
Como resultado de la convocatoria, diversos grupos sociales acudieron ese día: personal del sector salud que demandaba mejora salarial, trabajadores del Hospital Pediátrico, integrantes del sindicato independiente de la UAdeO, miembros de la Unión de Trabajadores Agrícolas (UNTA), entre otros.
La sala de sesiones se llenó desde temprano al tope de personas y mantas con demandas de diversos sectores.
Cuando llegó un grupo más, ante las de las 11:00 de la mañana, entre ellos dirigentes de familias de desplazados, el personal de seguridad ya no permitía el acceso. El ambiente empezaba a subir de tono. Molestos, los asistentes empezaron a golpear las puertas de vidrio del recinto. Los picaportes del acceso fueron insuficientes para contener a la muchedumbre, que logró botar los seguros y entrar a tropel. Así los pasillos del recinto legislativo se saturaron de personas de pie. No había cabida para nadie más.
En la primera fila, sentado desde temprano estaba el rector de la UAS, Juan Eulogio Guerra Liera, junto con funcionarios universitarios, para asegurar el incremento del presupuesto que había solicitado. Su aspiración era lograr 300 millones de pesos adicionales, aunque finalmente sólo alcanzó 100 millones.
Adentro del recinto estaba un grupo de trabajadores afiliados al STASE, incluidos pensionados y jubilados, encabezados por el secretario general Gabriel Ballardo.
Tras el pase de lista realizado por la diputada secretaria Margarita Inzunza Valenzuela, se tenía el registro de 36 de 40 legisladores que integran la actual legislatura.
Apenas concluyó el pase de lista, la presidenta de la Mesa Directiva Gloria Himelda Félix decretó un receso para que la Comisión de Hacienda concluyera con los trabajos de dictaminación que se pondría a consideración del Pleno. El público respondió entonces con un sonoro abucheo. Los diputados se retiraron de sus curules.
No pasó una hora para que los manifestantes, principalmente los trabajadores del sector salud, brincaran el área de butacas del público hacia la zona de curules para llegar hasta la tribuna del Congreso del Estado. Decenas de demandantes con pancartas en mano se apoderaron de los asientos de la Mesa Directiva. Como si fuese un territorio conquistado, desde lo alto lanzaron sus consignas de “¡presupuesto presupuesto!”
El personal de seguridad poco podía hacer para detener la toma de tribuna por parte de los manifestantes. En el salón de sesiones, solo estaban la diputada sin partido Karla Montero, el exmorenista Apolinar García y Beatriz Zárate.
En la tribuna se podían ver una bandera de la UNTA, profesores del sindicato independiente de la UAdeO, cartulinas de trabajadores del Hospital Pediátrico y personal del área de Salud, que golpeaban con sus manos los muebles de la mesa directiva.
Mientras en una de las salas de la Comisión de Hacienda, acudió el titular de la Secretaría de Administración y Finanzas del gobierno estatal, Carlos Ortega Carricarte, para hacer el último detallado del Presupuesto 2020 que sería presentado al Pleno.
A medida que avanzaban las horas, se empezaba a prever que no habría condiciones para reanudar la sesión en el recinto legislativo. Se buscaba una sede alterna, la cual se había mantenido en estricta discreción entre los diputados y personal del Poder Legislativo, para no poner en alerta a los manifestantes.
A las 10 horas de receso, el rector de la UAS decidió retirarse del recinto legislativo, y expresar su conformidad por los 100 millones adicionales otorgados a la institución.
A la media noche del lunes 23 de diciembre se reveló que sería el Hotel Lucerna donde se reanudaría la sesión, y se pidió discreción en el traslado.
El Salón Esmeralda del Hotel Lucerna ya estaba habilitado como recinto provisional. Tenía las 40 sillas que se usan para eventos sociales, convertidas esa noche en curules. Atrás unas filas para los medios de comunicación. Enfrente un atril que serviría de tribuna. Casi estaban todos los diputados, cuando personal legislativo llegó cargando una bandera nacional, para darle más sobriedad a la sesión.
Para acceder al salón, el personal legislativo montó un cordón de seguridad. Sólo estaban ingresando algunos asesores de diputados y reporteros.
Ausentes, los diputados de Morena Ocadio García Espinoza, Beatriz Zárate, Jorge Iván Villalobos y Pedro Villegas Lobo.
Había que esperar a la 1:00 de la madrugada para iniciar, había dicho la diputada presidenta. El Congreso del Estado, afirmó, no es el edificio Legislativo, sino que los conforman los diputados.
Tras 12 horas de receso, la presidenta de la Mesa Directiva, pidió el pase de lista. Había 38 diputados presentes en la sesión extraordinaria. No estaba Ocadio García, quien por su frágil condición de salud era improbable que asistiera.
Habían transcurrido apenas 21 minutos del inicio de la sesión, la diputada secretaria Yeraldine Bonilla leía apresurada el dictamen presentado por la Comisión de Hacienda, cuando se empezaron a escuchar los gritos de los trabajadores de Salud afuera del recinto. La tensión se elevó entre los presentes en el reducido salón. Un par de manifestantes entraron al salón Esmeralda entre jaloneos del personal de seguridad del Congreso del Estado, pero con el apoyo del diputado Villegas Lobo.
El ambiente se tornó tenso, la presidenta de la Mesa Directiva pidió la intervención del personal de seguridad para preservar la sesión. De inmediato la diputada de Morena, Beatriz Zárate, se levantó y se dirigió hacia una mujer integrante del cuerpo de seguridad para exigirle a gritos que soltara al manifestante.
“¡No lo toques, que no lo golpeen!”, pedía Villegas Lobo, mientras que la mujer del cuerpo de seguridad hacía intentos para poder tener bajo control al manifestante en la sesión.
En medio del zipizape, la diputada Beatriz Zárate le gritaba a la empleada de seguridad legislativa: “¡Respétame, respétame, soy una diputada! ¡Fuera, fuera!, ¡Sáquenla a ella!, ¡Sáquenla” ¡Retírate!” El diputado sin partido José Manuel Valenzuela se acercó a mediar para tranquilizar los ánimos de la diputada, quien regresó a su improvisada curul.
Sin posicionamientos ni presentación del dictamen, los únicos oradores en contra fueron Villegas Lobo y Beatriz Zárate. El primero señaló que se avergonzaba que su grupo parlamentario ya no tenga el coraje del año pasado y que “se tenía que arrodillar ante lo que diga el Ejecutivo”; mientras que la segunda respaldó lo dicho por su compañero porque el dictamen estaba “al modo del gobernador para seguir igual sin tocar sus intereses”.
Sin discusiones en particular, bastaron 36 minutos para que el dictamen se aprobara por mayoría.
Algunos diputados salieron apresurados por la parte posterior del edificio para evitar el acceso principal, en donde estaba un grupo de manifestantes.
Los diputados Villegas Lobo y Beatriz Zárate salieron al encuentro de los manifestantes. “Nos han dado migajas”, les dijeron. Y los conminaron a no bajar el ánimo y seguir en la lucha.
Culminaba, así en la madrugada, en un hotel, la aprobación de la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos 2020.
Artículo publicado el 29 de diciembre de 2019 en la edición 883 del semanario Ríodoce.