La política financiera, el tema más escabroso y del cual el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha rehusado hablar abiertamente, es el talón de Aquiles que enfrenta el Gobierno de la Cuarta Transformación y yo entiendo al Presidente y a su gabinete de privilegiar en esta etapa la estabilidad financiera porque si se rompe ahora mismo y hay una crisis financiera, el proyecto de AMLO se cae en una semana porque en este contexto de lucha abierta y con ese segmento de la oligarquía que siguen ardidos con la pérdida del poder político, la estabilidad financiera en el país es por ahora una prioridad, alertó el Doctor en Ciencias Económicas, Arturo Guillén.
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En un coloquio ofrecido por el Colegio de México donde disertó sobre el destino de la Cuarta Transformación en momentos donde México está fuertemente vinculado a procesos económicos de orden internacional, el especialista doctorado en la Universidad de Varsovia, recomendó precaución en el tema de la globalización financiera y el caso México porque la rabia de los grupos financieros en el país y el exterior, aún no pasa y es muy riesgosa.
Ese discurso que sostienen los grupos conservadores contra AMLO de que no hay contrapesos, que viene el autoritarismo, que Morena tiene demasiadas mayorías y esto va directo al populismo, es falso en su opinión.
El poder económico sigue estando en manos de la oligarquía, igual que los principales medios que influyen en la población, sean impresos y electrónicos, y los periodistas —con excepción de Carmen Aristegui y uno que otro que son independientes— siguen controlados y siguen siendo parte de la “chayocracia”.
En esta correlación de fuerzas actual, es cierto que el poder popular ha avanzado pero el poder de la oligarquía sigue controlando lo económico. Es probable que algunos de los grandes empresarios estén dispuestos a colaborar con AMLO en ciertos proyectos de inversión. Pero también es real que hay un sector de esta oligarquía muy renuente a cambiar su posición y eso explica las opiniones incendiarias de la COPARMEX que no son para criticar las acciones de Gobierno. Son acciones desestabilizadoras como las que expresa Claudio X González, el Presidente del Consejo Mexicano de Negocios, quien se empeña en incidir constantemente en las posiciones del nuevo Gobierno para desestabilizarlo.
Eso de que hay una luna de miel entre AMLO y los grandes empresarios no es cierto. Esa luna de miel no existe, afirma. Por el contrario, hay una intensa lucha de clases y sobre todo una lucha profunda de clases entre el nuevo Gobierno y la oligarquía mexicana apoyada por el Consenso de Washington, que por fortuna, ahora está más preocupado por invadir Venezuela y convertir nuevamente a América Latina en su patio trasero.
La política de AMLO no significa el fin del neoliberalismo. Y lo explica así: hay una situación muy parecida a lo que sucedió en Brasil con Lula. Ya lo dijo la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) No hay que confundir el modelo de desarrollo con un estilo de desarrollo. El primero es la modalidad histórica de acumulación de capital y la modalidad histórica se llama neoliberalismo.
En cambio el estilo de desarrollo es algo más concreto, es la modalidad concreta y eso tiene que ver con una estrategia de desarrollo. Lula se apartó del Consenso de Washington en algunos aspectos pero no salió del neoliberalismo, y lo mismo le puede pasar a AMLO.
Yo entiendo al Presidente y a su gabinete de privilegiar en esta etapa la estabilidad financiera porque si se rompe ahora mismo y hay una crisis financiera, el proyecto de AMLO se cae en una semana, porque en este contexto de lucha abierta y con ese segmento de la oligarquía que siguen ardidos con la pérdida del poder político, la estabilidad financiera en el país es por ahora una prioridad.
Reitero, sí se están haciendo cambios en el estilo de desarrollo y estrategias; se están abandonando las privatizaciones y hay un nuevo rol económico del Estado y programas sociales mucho más profundos que en el periodo neoliberal. Hay muchos cambios y si trataran de sumar todos estos cambios positivos que experimentamos, nos lleva mucho más tiempo, pero lo fundamental que son las políticas macroeconómicas financieras, monetarias que están completamente alineadas al Consenso de Washington.
Alertó que en estos momentos no se puede jugar con la estabilidad financiera porque lo primero que desean los enemigos es que esto ocurra, que el país entre en una crisis económica sobre todo cuando está en puerta una amenaza de crisis económica internacional.
Sí podríamos cambiar la política macroeconómica pero eso provocó que Brasil se desató la inflación, se encarceló a Lula y el país entro en un proceso de desestabilización. El dilema para México en estos momentos es la contradicción ente avanzar para abandonar el neoliberalismo y respetar o no las políticas macro económicas neoliberales.
Actualmente hay un claro proceso de desglobalización y a diferencia de la crisis del 2007 que fomentó una globalización desenfrenada, con acuerdos de libre comercio, crecimiento del comercio exterior y preferencia de este último sobre el mercado interno, se presenta ahora un proceso inverso de acuerdo a gráficas sobre exportaciones mundiales.
¿Hasta qué punto entiende el gobierno mexicano las crisis? No sé, pero sí creo que los funcionarios clave en el gabinete de AMLO sí lo entienden porque aunque no son marxistas, son heterodoxos y neoliberales. De AMLO no sé si entienda, pero se ve que estos temas de política no son su fuerte.
Artículo publicado el 24 de marzo de 2019 en la edición 843 del semanario Ríodoce.
