Entre contratos hechizos y prestaciones a medias, empleados de Salud temen por su futuro

Durante los primeros días de marzo de este año, Priscilla acudió a solicitar su crédito hipotecario. Tarjetón en mano y demás documentos, su estatus de trabajadora formalizada de la Secretaría de Salud le permitiría adquirir esta prestación.

Sin embargo le fue negado. No apareció como basificada sino como trabajadora de confianza y en la base de datos del Fondo de Vivienda para los trabajadores del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (FOVISSSTE) le negaron el crédito. Fue así como supo que su base no tiene certidumbre legal.

“La pregunta es hasta cuándo vamos a tener certidumbre. Yo fui al FOVISSSTE a solicitar un préstamo hipotecario y con el papeleo salí como trabajadora eventual. Entonces a ellos como institución no les conviene darle una casa a un trabajador eventual. Se van a tu talón y sale que eres eventual, dependes del Seguro Popular, no te paga la Federación”.

Con 11 años de antigüedad, Priscilla obtuvo su base en el proceso de formalización en la tercera y última etapa durante octubre de 2016, mismo que le otorgaría además de la seguridad social, una homologación de salario y la posibilidad de ir adquiriendo antigüedad y otras prestaciones, pero no ha sido así.

“Se supone que se iba a mejorar mi estatus financiero y laboral, ¿qué está pasando aquí?”.

El 22 de julio de 2013, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto autorizó la basificación de 63 mil plazas a empleados de las secretarías de salud de todo el país que se daría en tres etapas, y Sinaloa se vería beneficiado con 2 mil de ellas. Sin embargo, apenas alcanzaron base mil 200 trabajadores.

En 2014 se asignaron 144 millones de pesos a la Secretaría de Salud y se utilizaron sólo 39; en 2015 se le otorgaron 101 y fueron usados 29.9; para 2016 se le asignaron 73 y se utilizaron 16 millones de pesos, y la preocupación ahora es por la certidumbre de las pocas plazas homologadas.


“A nosotros nos dijeron que ya íbamos a ser de base, que íbamos a tener las mismas prestaciones y el mismo salario”, señala Priscilla.

“No puedes entrar a una profesionalización, si tienes una maestría o algo más, nunca vas a pasar de ser auxiliar de enfermería porque ni siquiera como enfermera general nos pagan, tenemos el sueldo más bajo a nivel enfermería y como no somos federales (no tienen base) no entramos a ese tipo de profesionalización o escalafón que le podemos llamar para mejorar un poquito tu estatus laboral y financiero”, añade.

En su recibo de pago, el espacio del número de seguridad social y del Issste viene en blanco y su puesto viene descrito como auxiliar de enfermería. Si bien su salario mejoró de manera significativa, las demás prestaciones no vienen incluidas.

Debido a ello, han comenzado a formarse frentes sobre todo en Mazatlán y Culiacán para exigir su derecho. En la Secretaría siguen firmando como eventuales cada 90 días y en la Federación no les dan respuesta.

“Entonces a partir de eso nosotros pensamos que ya se iba a estabilizar nuestra situación, que dentro de lo que cabe sí estamos un poquito mejor, no voy a decir que no pero sí tememos, no nada más yo, el hecho de que aparecemos como trabajadores eventuales y en el mismo gobierno se nos comentó que éramos trabajadores eventuales y no de base”.


Recurso manoseado

En 2017, en el Presupuesto de Egresos se asignaron 71.2 millones de pesos y la Secretaría de Salud no utilizó ese recurso para formalización, aun cuando vino etiquetado en el anexo 30. Posterior a ello, casi 2 mil trabajadores de todo el estado que quedaron sin ese beneficio se manifestaron.

Y como antecedente más reciente, el lunes 5 de noviembre, trabajadores de unidades médicas en Los Mochis, Culiacán y Mazatlán realizaron paro de labores por el pago pendiente del Fondo Estatal de Ahorro Capitalizable, recurso salido de la Secretaría de Salud.

El monto debió ser cubierto desde agosto de este año, y asciende a 14 mil 733 por trabajador, un total de más de 54.5 millones de pesos el cual fue pagado de manera parcial, quedando pendientes casi 6 millones.

El lunes 5, el Secretario de Salud a nivel Federal, José Narro Robles, tuvo un encuentro fortuito con manifestantes durante los festejos del día del médico, justo en medio de un paro de labores que trascendió desde Los Mochis a Mazatlán.

Y la historia hace que Priscilla desconfíe. Con el anuncio de la desaparición del Seguro Popular y la falta de certeza legal de su situación laboral, provocan que la planta trabajadora en la Secretaría de Salud tema por su futuro.

Y ni el Sindicato de Salud (SNTSA 44) a través de su dirigente, Arcelia Prado Estrada, ni el titular de la Secretaría en Sinaloa, Efrén Encinas, han podido dar solución a las demandas contractuales de los trabajadores.

Y entre renovaciones de contratos cada 90 días y la incertidumbre de no generar antigüedad ni poder solicitar un crédito hipotecario, la formalización en 2016 parece más un espejismo para Priscilla que un derecho adquirido.

“Entonces sí queda la incertidumbre de nosotros, qué va a pasar ahora porque ya cambiamos de gobierno el primero de diciembre, y qué va a pasar, va a desaparecer el Seguro Popular, ellos nos pagan y la otra parte es la cuota de recuperación, así está la problemática de nosotros”, concluye.

Artículo publicado el 11 de noviembre de 2018 en la edición 824 del semanario Ríodoce.

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