La semana pasada, tres aspirantes a la presidencia del país visitaron Sinaloa. El martes 30, Andrés Manuel López Obrador congregó a poco más de 6 mil personas en la Isla de Orabá. Ese mismo día, pero en Mazatlán, Ricardo Anaya Cortés se reunió con simpatizantes en el Centro de Convenciones. Dos días después llegó el precandidato José Antonio Meade Kuribreña, quien departió con empresarios y la clase política priista estatal.

En estos tres candidatos confluyen, aliados, todos los partidos políticos del país: los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista y Nueva Alianza cobijan a Meade en la coalición “Todos por México”; Andrés Manuel participa por tercera vez, hoy en la coalición “Juntos Haremos Historia”, integrada por Morena, Partido del Trabajo y Encuentro Social. Y Ricardo Anaya estará compitiendo por la coalición “Por México al Frente”, que conforman los partidos: Sinaloense, Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano.

La visita de Meade, entre empresarios y altos mandos priistas

Los priistas se uniformaron. Pantalón oscuro, zapato café y camisa blanca. La misma vestimenta que luce Meade en su primera visita a Sinaloa como precandidato del PRI a la presidencia de México.

El blanco de sus camisas reluce en el salón de eventos que congrega a más de dos mil militantes priistas, a donde José Antonio Meade Kuribreña llega al mediodía del jueves.

Ahí está la estructura del priismo sinaloense, no sólo sus líderes, sino los que hacen el trabajo de campo. Los trabajadores sindicalizados de las dependencias de gobierno, las lideresas de colonia que operan como gestoras, los brigadistas que se asolean en los cruceros y recorren toda la ciudad en tiempos electorales.

A ellos les habla Meade, a ellos les promete que esta elección no la perderán.

Enfocado en mostrar una campaña humilde, cercana al ciudadano, Meade llegó a Sinaloa en un avión comercial y manejó él mismo por las calles de Culiacán, las mismas calles en donde un día antes un joven fue asesinado tras tres diferentes ataques desde automóviles que le cortaron el paso y lo atacaron uno a uno hasta cerciorarse que había muerto.

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Pero ese no fue el tema. Meade fue recibido en el Aeropuerto de Culiacán por dos funcionarios federales: el delegado de la Segob en Sinaloa, Víctor Gandarilla Carrasco y Rafael Oceguera Ramós, coordinador de los delegados federales.

Acompañado del precandidato a Senador del PRI, Mario Zamora y el líder del tricolor en el Estado, Carlos Gandarilla, Meade condujo rumbo a un hotel en la zona norte de la ciudad, en donde reunió a unos 100 políticos sinaloenses de primer nivel.

En el restaurante La Cabaña del Abuelo se colocaron 10 mesas blancas adornadas con manteles rojos, ahí desayunaron los diputados locales y federales, quienes también ahora son precandidatos para la reelección; los senadores Aarón Irízar y Diva Gastélum y el ahora asesor del precandidato a la presidencia, Heriberto Galindo, entre otros.

Compartiendo plato con Meade, se colocaron a los ex gobernadores Francisco Labastida Ochoa, Juan S. Millán y Jesús Aguilar Padilla.

En la palapa del lugar, junto a la alberca, Meade Kirubreña también conversó con el múltiple campeón mundial, el boxeador Julio César Chávez. La fotografía del boxeador y el político juntos hizo estallar las redes sociales y provocó que el polémico deportista se defendiera a través de su cuenta personal de Twitter: “Haber, estamos en un país libre y soberano así que yo apoyo a quien yo quiera y ustedes a quien quieran así que no estén chingando”.

Luego del encuentro privado, Meade condujo de regreso hacia la zona céntrica de la capital, en donde se ubican las instalaciones del PRI Estatal, ahí reafirmó el registro de Rosa Elena Millán Bueno y Mario Zamora Gastélum, quienes competirán en fórmula por el Senado.

Justo la posición que buscaba Gerardo Vargas Landeros, ex secretario de gobierno de Mario López Valdez, pero que se le fue negada. A ninguno de los dos se les observó en los eventos públicos y privados del precandidato a la presidencia.

A unos pocos metros de las oficinas del PRI, los empresarios cercanos al precandidato a senador Mario Zamora, Javier Salido, propietario del periódico El Debate y Juan Manuel Ley Bastidas, del grupo Ley, recibieron al ex secretario de Hacienda en un recorrido por las instalaciones del rotativo.

Un par de horas más tarde, el único evento público que sostuvo Meade en su recorrido por Culiacán se llevó a cabo en un salón de eventos divido en varios sectores. En el primer sector, la clase política, todos vestidos con el mismo tipo de ropa y colores. Luego, detrás de la valla, los militantes. Los que gritaban, ovacionaban, bailaban al ritmo de la batucada y se arremolinaban para alcanzar una selfie con Meade, aunque fuera desde el otro lado de la valla. Lejos, muy lejos del escenario, la prensa.

El discurso de Meade Kirubreña fue plano. Ninguna sorpresa, poca o casi nada de euforia. Sólo una frase final que reveló la fotografía de su incipiente campaña. “No tengan duda de que vamos a ganar”.

“Ésta es una militancia renovada, es una militancia con experiencia y vocación de triunfo. Vamos a ganar porque tenemos los mejores perfiles y las mejores propuestas. La gente hoy no quiere escuchar de división, la gente no quiere escuchar de confrontación, la gente quiere saber qué vamos a hacer por ella, cómo vamos a resolver el problema de seguridad, cómo vamos a resolver el problema de empleo, saber cómo vamos a resolver el problema de servicios”, expresó ante los militantes.

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Meade integró en su discurso las características de algunos políticos destacados que se encontraban en el recinto. Reconoció las gestiones de la familia Labastida para atraer el gas natural, calificó como un priista renovado al alcalde con licencia, Jesús Valdez y aplaudió el trabajo de la dirigencia priista en Carlos Gandarilla y Érica Sánchez.

“Sinaloa ha puesto el ejemplo, en el país, de grandes políticos. Sinaloa ha jugado un papel destacado con Gloria Himelda en la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sinaloa ha llevado la voz del campo con Germán Escobar en la Comisión de Agricultura, Sinaloa está representado por una mujer aguerrida, por Diva Gastélum. Sinaloa encuentra en el magisterio y en Daniel Amador su mejor expresión de servicio y de talento. Sinaloa cuenta en Aarón Irizar con una voz experimentada y talentosa”, enfatizó.

Más tarde, Meade condujo hacia la zona sur de la capital, al exclusivo residencial La Primavera, a donde fue invitado por el empresario Enrique Coppel. Ahí, en su casa junto al lago, también convivió con el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel.

“Fue una reunión convocada por Enrique Coppel, ahí hubo empresarios. Fue un diálogo entre ellos, fueron inquietudes, fueron expresiones de los diferentes temas nacionales, su apreciación, sus puntos de vista y fue un intercambio de opiniones nada más”, explicó Ordaz Coppel al día siguiente del encuentro con Meade.

En fotografías que se publicaron en twitter, se puede observar a Ordaz Coppel sentado junto a Meade y riendo a carcajadas mientras su esposa, Rosy Fuentes Chávez dirige unas palabras a un pequeño grupo de mujeres priistas.

¿Cómo le va a hacer para separar su amistad con Meade, de su gobierno?, se le preguntó a Ordaz Coppel.

“Yo creo que mi responsabilidad como gobernador es atender a los sinaloenses, hacer obra pública, invertir que es lo que estamos haciendo todos los días. El proceso electoral juega sus tiempos y tiene sus actores: son los partidos políticos, sus candidatos y ellos son los que andan en esa vía, esa otra avenida, la avenida del gobierno es totalmente diferente”, defendió.

Casi a las 19:00 horas, Meade y su equipo abordaron otro avión comercial y viajaron rumbo a Jalisco, en donde continuó su recorrido como precandidato.

Artículo publicado el 4 de febrero de 2018 en la edición 784 del semanario Ríodoce.