El 26 de julio pasado, sin pretenderlo, fui testigo de aquel encuentro.
Las voces me llegaban apenas, pero muy claras e impregnadas de aromático café, desde una mesa ubicada en el ángulo de un restaurante donde se disfruta de la rica repostería francesa, en el Centro Histórico de San José del Cabo.
—Compañero amigo, debe sabé que te estoy muy agraecío por tu valioso apoyo. Vení a México era mi anhelo, mi ilusión má grande. —El agradecimiento, Belisario, se lo debes al Comité Pro Liberación. Tú sabes que es un esfuerzo de mucha gente que de manera anónima aporta.
—Lo sé compañero amigo, pero fuiste tú el primero que me “echó la mano”, como suele decí usté lo mexicano. De cualquié mó, gracias porque también me ha brindao la oportunidá de trabajá aquí, en este maravilloso luga.
—Eso lo lograste tú, gracias a que eres un músico estupendo. Y cuenta, ¿Qué tal te ha ido?
—Bien, gracia.
—Noto en tu voz algo de tristeza, compañero Belisario. ¿Pasa algo?
—Compañero amigo, es que no dejo de pensá en mi gente que aún está allá. Tú sabe, mi muje, mi niña de apenas do año, mi madre y mi abuelo, el pobre está en silla de rueda y muy mal por la diabete. La última noticia es que le van a cortá una pierna.
—Eso es lastimoso, Belisario. Lo siento.
—De verdá, compañero amigo. Eso sí me pone triste. Él siempre tuvo deseos de vení a México, decía que no quería mori sin lográ visitar la Plaza Garibaldi, y tomarse una botella de tequila escuchando la cancione de José Alfredo con lo mariachi.
—No sabía de eso. Cuando me llevaste a conocerlo, allá en su casa de Santiago de Cuba, me pareció un hombre muy interesante. Recuerdo su impresionante narrativa de su intervención en la lucha armada al lado del comandante Fidel Castro. De aquel detalle patriota cuando vendió su cámara fotográfica. Un verdadero sacrifico, pues con ella se ganaba el sustento, lo hizo para comprar un rifle calibre .22 para irse a pelear al lado de Fidel. Tengo presente la emoción de sus palabras al describir las reuniones secretas con el Comandante, y su hermano Raúl; te acuerdas Belisario que nos contó que junto con más de cien valerosos estudiantes y campesinos, jóvenes la mayoría, se lanzaron aquel domingo 26 de julio de 1953. Aquel día era domingo de carnaval, por ello ideal para asaltar por sorpresa al Cuartel Moncada. Sus palabras y su mirada, mostraban el ansia y el fervor patrio que aquel lejano día los invadió en aras de lograr la libertad y la independencia de su pueblo.
Hubo un silencio, estaban los dos mirando el centro de la mesa, pero luego el mexicano siguió.
—También noté la tristeza por la muerte de los 61 compañeros, que causó aquel histórico acto, sobre todo, porque sólo seis murieron en combate, los 55 restantes fueron prisioneros y posteriormente asesinados a base de torturas ordenadas por el tirano.
De nuevo otro receso, y vuelta al comentario. La alegría de su rostro se volvió a iluminar al recordar el triunfo de La Revolución, cuando al lado de Fidel, Raúl, Camilo, el Ché y muchos héroes más hicieron su entrada triunfal en La Habana el 2 de enero de 1959. Un día antes, en la madrugada del día primero, el dictador Batista, y un séquito de sus secuaces, habían huido como ratas hacia los Estados Unidos.
—Sí, esa historia mi abuelo Antonio, la ha repetió ciento de vece. Sin embargo, compañero amigo, con el paso de lo año, ese entusiasmo se le ha ido apagando. Así como aquel truncao anhelo de visitar México; ha sido testigo de cómo la meta revolucionaria se han convertio en utopía. Depué de la victoria, de 1959 a 1976, el presidente Osvaldo Dorticós, junto con Fidel, má o meno compuso la cosa, pero a partí de aquel setentisei, Fidel se autoproclamó como el mandón de la Revolución, y arreció sus ideas comunistas. Empezó con la expropiación de bancos y empresas. Tó cambió, se puede decí, que de manera favorable para el pueblo, hubiero año de avance socia, sobre tó. La educació avanzó y la cultura alcanzó logro importante, en especial en el deporte. Llegamos a sé de lo primero paíse en la Olimpiada mundial. Fidel y el Ché, se convirtieron en lo lídere morale de toa la juventú del mundo. Eso influyó en movimiento sociale de alguno paíse, entre ello, México cobró alguno avance. Por otra parte, la economía era estable, y se alcanzaron alguno éxito en la ciencia, particularmente en la medicina. Tó iba bien. Pero en 1985 llegó Mijail Gorbachov al poder de la URSS.
En el año de 1989, el régimen de papá Fidel, recibió un duro golpe. La Perestroika nos cerró lo apoyo financiero. Debo decí, que entonce todavía el pueblo amaba a Fidel, de verdá, lo considerabamo un padre benefactor que daba tó. No se cobraba renta de vivienda, transporte, ni agua, ni lú, tampoco educación; e verdá que lo salario era miseria, pero casi tó era gratuito, porque hasta teníamos una despensa pa comé. Pero tó eso se fue reduciendo y el descontento socia se produjo porque también se limitó la libertá, tanto de expresión como de tránsito; era difícil salí del país. Eso provocó desespero y lo balsero morían entre La Habana y Miami.
Y las manifestacione en contra del ya declarado totalitarismo se empezó a intensificá. Y de nuevo la lucha por la libertá y la independencia. Más de medio siglo de castrismo están a punto de reventá, tenemos que lográ el cambio. Fidel y Raúl saben que con el pueblo no se juega, por eso están dando señale: Ya hubo acercamiento con Estado Unio, y ya empiezan a dar permiso pa salí del país. También ya se permite el interné.
—Brindemos porque todo mejore, compañero Belisario. ¡Salud!
–¡Salú! Compañero amigo. Por la libertá.
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