Eduardo Maytorena, constructor de sueños

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A sus 75 años sigue detrás del mostrador
 El señor Eduardo Maytorena empezó a trabajar a los diez años, cuando estaba en cuarto año de primaria y sus hermanos habían iniciado un negocio de compra  y  venta de madera; a pesar de ser muy pequeño, él quería ayudar. Comenzó haciendo pequeños trabajos de limpieza, ir al banco y poco a poco le empezaron a dar más responsabilidades­; fue así como Eduardo Maytorena fue aprendiendo el valor del trabajo y cómo manejar los negocios.
 
“Un día me dejaron solo en el mostrador, me sentí muy raro porque nunca había atendido a un cliente, pero con la actitud o con el pensamiento de servir atendí a un cliente y comencé a servirle, no a venderle”, recordó.
 
El principal objetivo para el señor Maytorena es el servir y el poder ayudar al cliente, de esa manera empezó a vender pequeños pedazos de madera para las tareas escolares de los niños o trabajos del hogar. En aquel entonces solo se vendían las piezas completas, pero él nunca perdió su visión de  servir al cliente sin importar lo que pidiese, fue así como inició su relación de servicio de  ayudar a un cliente a que resolviera su problema. Esa es una de las actitudes que hacen del señor Maytorena un gran ser humano y comerciante.
 
“La importancia de servir al cliente está en el desinterés del dinero, el servicio es primero después viene la ganancia. No podemos pensar en el dinero sin pensar en el servicio.”
 
El negocio se fundó entre hermanos y así estuvieron trabajando por un tiempo, pero la crisis económica hizo difícil el mantenimiento de la empresa y tuvieron que cerrar una sucursal en la cual él era encargado. Sin dinero pero con una excelente actitud y ganas de servir al prójimo, el señor Maytorena posteriormente se independizó, logrando tener su propio negocio; ahora cuenta con más de 25 años en su propia sucursal, con la ayuda de su hermano, quien lo apoyó infinitamente prestándole el local, la maquinaria necesaria para la implantación del nuevo proyecto y siendo su guía durante todo el proceso de su formación.
 
Tiempo después adquiró un terreno donde estableció su negocio y sus hijos estuvieron siempre a su lado, ayudándolo en muchos aspectos para el crecimiento de la sucursal.
 
En 1994, Maytorena se enfrentó a una crisis muy fuerte en la cual perdió toda la ganancia que había obtenido, pero con fuerza, entusiasmo y amor por servir, salió adelante logrando mantener el negocio.
 
Para Eduardo Maytorena, la relación familiar es un pilar muy importante para todo crecimiento. Es por eso que les inculcó a sus hijos el valor de la unidad, de servir a los demás sin interés propio y vivir honestamente. De esa manera, con su esfuerzo como comerciante y el de su esposa como enfermera, sacaron adelante a sus hijos, dándoles a todos la posibilidad de estudiar una carrera profesional y formándolos con valores.
 
Según Maytorena, es así como se aprende a tener un negocio, cumpliendo las reglas del gobierno y pagando los impuestos debidos, aunque afirma que no alcanza el dinero ganado para pagar los gravámenes; pero lo hace con gusto porque sabe que es su obligación y aunque no está en contra de las autoridades, desearía que no se le cierren las puertas a los comerciantes y considera necesario que ciertas dependencias dieran créditos blandos, que no tengan la finalidad de lucro y no abusen aplicando altas tasas de interés.
 
Actualmente, la empresa del señor Maytorena cuenta con dos sucursales: la matriz se encuentra entre Maquio Clouthier  y Emiliano Zapata, en la cual personalmente atiende al cliente y trabajadores. Cuenta únicamente con seis empleados debido a la crisis que se está viviendo en estos tiempos. La segunda sucursal está en la  colonia Salvador Alvarado, por la calle 20 de noviembre.
 
Sus negocios son promocionados por Construrama, por ser el proveedor principal, y cuentan con la venta de madera, y otros materiales para construcción como cemento, cal, montero, varillas, tornillos, con venta de mayoreo y menudeo, para servir a todo cliente.
 
Eduardo Maytorena es una persona muy amable y servicial. Su cabello blanco refleja la experiencia de vida y los 65 años que tiene en el negocio, sus manos representan el esfuerzo y el valor del trabajo, y su mirada profunda expresa su sueño de contar con un mundo mejor. Con una sonrisa sincera hace que toda persona se sienta cómoda al platicar con él,  es por eso que muchos lo buscan para pedirle consejos. Él responde que el principal objetivo para lograr el éxito es el amor por servir al cliente sin interés alguno, la responsabilidad de llevar uno mismo el negocio, para estar al pendiente de todo y la actitud positiva. Sin duda alguna es un ejemplo a seguir.

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