Dietas milagro; el extremo de la obesidad a la desnutrición

 
dietas
 
Las dietas milagro pueden provocar daños en el organismo como ralentizar el metabolismo y provocar rebote, pero de ser practicadas constantemente pueden llevar a la desnutrición
Cuando escuchamos la palabra “dieta”, probablemente lo que pensamos en primera instancia es matarnos de hambre.
La dieta es habitualmente relacionada con comer escasamente alimentos, privarnos de otros tipos y que debe seguirse por cierto tiempo para poder tener los resultados que buscamos, sin embargo, la dieta es mucho más que eso.
Una dieta es el tipo de alimentación que debemos seguir para poder tener una función adecuada de nuestro organismo, además de obtener los nutrientes esenciales para sobrevivir.
El tipo de alimentación que debemos tener consiste en tres comidas fuertes, desayuno, comida, cena y dos colaciones, como comer alguna pieza de fruta o hasta más frutas o vegetales según sea nuestro ritmo de vida, en ocasiones puede haber variaciones como que alguna persona debe tener una ingesta mayor de alimento porque tiene un ritmo acelerado de vida, como los deportistas, pero todo se adecua al perfil de la persona.
La buena alimentación debe estar constituida por la ingesta diaria de frutas, verduras, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal para poder tener un metabolismo con buen funcionamiento, y que nos proporcione la energía necesaria para nuestras actividades, sin embargo, en muchas ocasiones nuestra alimentación cambia de forma inadecuada para obtener resultados extremos en pocos días.
Las dietas extremas son ese tipo de dietas que duran poco tiempo y que tienen muchas promesas. Actualmente podemos encontrar información de este tipo de dietas en internet, pero también tienen publicidad de boca en boca, es decir, que se van recomendando de forma indiscriminada, tal vez ignorando las consecuencias de no llevar una dieta adecuada.
Algunas características de este tipo de dietas es que se ingieren pocos alimentos por determinados días, y prometen una pérdida de peso inadecuada y poco saludable. Por mencionar algunos ejemplos están la dieta de la manzana, la dieta del atún, dieta de la luna, dieta de la piña o dieta de la uva. En todas ellas se promete la pérdida de peso en poco tiempo, por ingerir solamente esos alimentos por 7, 3 o 4 días; y sólo tomar agua cada que te da hambre, en la dieta de la luna.
“Si bajamos en músculo, bajamos súper rápido porque es lo que nos hace lo ‘gordito’, las piernas firmes, los glúteos e incluso a veces las mamas. A veces se nos va todo, todo nos chupa, entonces se nos va principalmente agua y se va el músculo; y sí adelgazamos, pero adelgazamos en agua y músculo, no es grasa como es la idea que todos tienen” explicó la nutrióloga Alejandra López Tolosa.
Como consecuencia de este tipo de dietas extremas, el metabolismo comienza a volverse lento porque no se están ingiriendo los alimentos necesarios, por lo que empieza a guardar la poca comida ingerida para tenerlo como reservas para que el cuerpo pueda funcionar, y lo que comienza a desechar es el agua y músculo, provocado por no comer la energía necesaria y por eso comienza a extraerla de lo que ya tiene.
Después de llevar una mala alimentación durante los días establecidos de una dieta extrema, el metabolismo sigue lento, entonces el cuerpo comienza a pedir más comida por lo que no le dimos durante la dieta y al ingerirlo comienza a almacenarlo en grasa.
“Cuando volvemos a comer el metabolismo sigue lento, no vuelve a trabajar adecuadamente rápido, entonces le metemos más comida, se queda lento y empieza a almacenar generalmente en forma de grasa en el abdomen, brazos y piernas” mencionó la nutrióloga.
Entonces después de una dieta de este tipo, el cuerpo comienza a recuperar el peso perdido, y además comienza a ganar peso adicional, lo que comúnmente es llamado el efecto “rebote”.
Además del rebote, las dietas milagro pueden provocar daños a corto plazo como deficiencia de vitaminas y minerales, alteraciones dermatológicas (manchas y pérdida del vello), trastornos metabólicos (se alenta el metabolismo) e irritabilidad.
Incluso, de tener una incidencia constante en este tipo de dietas puede tener consecuencias como desnutrición, obesidad, desórdenes alimenticios (anorexia y bulimia), diabetes mellitus, hipertensión, dislipidemias (triglicéridos y colesterol alto), gastritis, colitis, úlceras o hernias.
“Incluso desnutrición severa, que a veces no puedes ni ingerir alimento, que es donde entra anorexia y bulimia, que ya después no puedes ni comer porque tu metabolismo lo rechaza de tanto que no ingeriste alimento ya no puedes comer”, agregó López Tolosa.
Los daños causados a corto plazo pueden ser reversibles cuando son detectados, adecuando una dieta para que el paciente recupere el funcionamiento de su metabolismo y así pueda dejar de ganar peso en grasa y comience a recuperar masa muscular, sin embargo, de haber daños más severos como trastornos alimenticios ya debe haber atención en diferentes aspectos para poder contribuir en la recuperación del paciente, e incluso algunas enfermedades como la diabetes ya no tienen remedio y sólo se pueden controlar los efectos negativos en el organismo.
“Sí se pueden contrarrestar (los daños) si se tratan a tiempo, porque ya si llegas a un punto de anorexia o bulimia o de algo psicológico, ya tiene que entrar un psicólogo, tiene que entrar un médico, ya tienen que entrar otras cosas”.
Además de las dietas milagro, una práctica también muy común en cuanto a dietas es la automedicación.
La automedicación de dietas es una práctica que consiste en “pasar” una dieta de una persona a otra, es decir, que si alguna persona obtuvo los resultados que quería con una dieta, se la recomienda a otra persona para que también la practique porque le resultó, sin embargo, los resultados no son los mismos.
Las dietas que son proporcionadas por los nutriólogos son hechas en base a las necesidades del paciente. Para ello se toman en cuenta factores como edad, estatura, ocupación, estilo de vida, objetivos por alcanzar, es decir, ganar masa muscular o pérdida de peso en grasa; gustos en la alimentación, alergias, patologías mencionadas o si hace o no ejercicio, en base a esto se le proporciona al paciente una dieta personalizada para que obtenga los resultados que espera, y esto no va a funcionarle igual a otro paciente porque tiene características diferentes.
“Todos somos diferentes, lo que le hizo bien a uno a otro no, lo que le adelgazó a una a otra le engorde, o que adelgaces pero adelgaces mal, que adelgaces sintiéndote mal, con mareos y hasta con mal humor”, mencionó la nutrióloga.
“No es lo mismo lo que requiere el cuerpo de una mujer ama de casa de 40 años con 3 hijos, a lo que requiere una mujer ama de casa de 25 años con un hijo y un trabajo de medio tiempo” agregó la nutrióloga Alejandra López Tolosa.
Las dietas milagro están al alcance de todos por la información que impera en internet o que vemos en las redes sociales, incluso hay blogs “especializados” donde cualquier persona puede subir información de dietas o consejos para que los demás sigan y puedan obtener los mismos resultados que ella tuvo, e incluso en los gimnasios también se puede encontrar este tipo de información recomendada de boca en boca, del entrenador al practicante o de practicante en practicante, pero sin recomendación profesional.
En muchas ocasiones la recomendación de una dieta milagro de una persona a otra, se fundamenta en los buenos resultados que obtuvo, y sobre todo, en el corto tiempo de estos resultados, sin embargo, los resultados son sólo instantáneos, duran solamente algunos días o a veces su efecto puede prolongarse por semanas, pero no son resultados sanos y reales, porque el cuerpo se lleva a un extremo del que de ser detectado a tiempo se pueden reparar las consecuencias, pero llevándolo a una práctica constante puede provocar daños irreversibles que afecten nuestra salud de por vida.

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