La madrugada de este jueves murió la actriz y cantante culichi Itzel Navidad, luego de una trepidante lucha contra el cáncer, que la mantuvo postrada y la condujo rápidamente a la tumba.
La admirable y querida Itzel hizo sus “pininos” en el ámbito del canto cuando funcionaba el bar San Remo, ubicado en el hotel San Francisco, por la Escobedo, en el primer cuadro de la ciudad. Luego hizo lo mismo en otros centros nocturnos, como Peor para el Sol y El pozo.
Participó en espectáculos teatrales y musicales. Entre ellos, el más destacado fue Alfonsina dispuesta a todo, en diferentes ámbitos culturales de la capital sinaloense. Desde joven, Navidad fue parte de grupos teatrales, aunque su labor en este ámbito estuvo siempre cercana al Taller de Teatro de la Universidad Autónoma de Sinaloa (Tatuas), que dirige Rodolfo Arriaga, aunque también montó obras con el director Lázaro Fernando.
De manera individual, funcionarios públicos, amigos y familiares la homenajearon luego de su deceso, en una funeraria local. El viernes, luego de una misa, fue despedida en el teatro Pablo de Villavicencio, del Instituto Sinaloense de Cultura (ISIC), en un acto organizado por la comunidad artística y las autoridades.
En este recinto y con una enorme foto de la actriz en el fondo del escenario, Arriaga lamentó que gente con tantas virtudes, con ese coraje y esa ejemplar lucha por vivir, muera tan joven. El poeta Jesús Ramón Ibarra leyó unos versos escritos por el también autor Frank Meza, amigo entrañable de Navidad.
“Realmente es un gran dolor perder a una gente como Itzel, es como cuando cortas la flor cuando está en su momento, cuando tiene mejor vida; era una gran ser humano, una gran persona, no le hacía daño a nadie, al contrario, con su trabajo en la escena, en el canto, es paradógico, son sentimiento encontrados”, manifestó Arriaga, durante las exequias.
Su participación en la vida teatral inició en la primera mitad de la década de los noventa, en espacios de la Universidad Autónoma de Sinaloa y de lo que fue la Dirección de Investigación y Fomento de la Cultura Regional (Difocur), hoy ISIC.
Apenas este 2015, celebró con diferentes actividades veinte años de vida en el teatro sinaloense.
En una de sus participaciones más recientes, dirigida por Lázaro Fernando, titulada Culiacán, bella tierra de ensueño, la joven actriz expresó su deseo de mantenerse activa en la vida cultural “al menos veinte años más”; así lo dijo al auditorio, en una de estas exitosas presentaciones.
“El teatro me saca de una realidad para meterme a otra, con el teatro evades tu propia realidad. Te saca de la cotidianidad y te lleva a esa extra cotidianidad. Es como un acto de magia”, señaló Itzel, en una entrevista publicada por el diario Noroeste.
Su participación en importantes montajes fue destacada.
Entre las obras en las que Navidad puso su influencia, a través de la actuación, se incluyen: Noche de reyes, Camino rojo a Sabaiba, Las chicas del tres y media floppy, y producciones de la Sociedad Artística Sinaloense, como Casa de Muñecas, La novicia rebelde, Annie, El hombre de la mancha, entre otras.
También Susana y los jóvenes, Manga de clavo, Quinto mandamiento. En 1995 ingresó a la compañía de teatro Sin Espacio, dirigida y fundada por Alberto Solián; fue miembro fundador de la Compañía Estatal de Teatro de Calle, y alumna en la Escuela Internacional de Teatro para América Latina y el Caribe, en dos ocasiones.
Además, fue becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) como intérprete en 2004, e impartió clases de teatro.
Durante los años recientes se fue afectada por el cáncer de mama. Luego de un tratamiento intenso y dolosoro, que incluyó viajes a la Ciudad de México, logró reponerse. Y cuando aparentemente la enfermedad había cedido, Itzel Navidad recayó y sufrió mucho.
Amigos, no solo del ámbito cultural, y familiares organizaron diferentes actividades económicas para ayudar en la compra de medicamentos. Hubo conciertos, subastas de obras de arte y rifas para captar recursos, pero el cáncer lo había copado todo, y luego de varios meses en que guardó reposo absoluto en casa de sus padres, en la comunidad de El Carrizal, murió.
