El baile de Madero

 

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Gustavo Madero ya había comido cuando llegó al desayuno con las mujeres panistas de Sinaloa. Primero se reunió con el gobernador Mario López Valdez. El café con Malova retrasó su primera cita de apoyo a candidatos azules, llegó una hora después a la fruta con yogur y machaca con frijoles.

Son los últimos meses de Gustavo Madero como líder del PAN. Está en su última campaña y entregará por segunda vez la presidencia en menos de un año.

No es triunfalista, solo le manda un guiño a los priistas que el miércoles pasado en la visita de su líder nacional César Camacho gritaron que van por el ochito: “No les va alcanzar ni pal six”, dice Madero al llegar al salón donde casi mil mujeres lo esperan. Ellas, son la base de apoyo de las tres candidatas a diputadas federales del centro del estado: Alexi Mendoza, en el 03; Giovanna Morachis en el 05 y Lupita Conde en el 07.

De la reunión con el gobernador, Madero dice muy poco: Que pidió piso parejo, como lo hizo el PRI. Y que se trató solo de “platicar de los avances que ha habido en la reforma electoral. Felicitarlo por eso, porque es un proyecto de inclusión”.

Sobre el activismo político del  expresidente Felipe Calderón, quien ha participado en masivos actos de apoyo a candidatos, el dirigente Madero agradece el regreso, pero evita mencionar su nombre.

“A mí me da muchísimo gusto que la gente que criticaba al partido, que estaba distanciada del partido hoy esté regresando, porque es un reconocimiento tácito de que el PAN es la mejor fuerza política, que sus bonos están a la alza y que vamos recuperando fuerza y terreno electoral”.

La última vez que coincidieron Madero y Calderón en un acto público, se evitaron a toda costa. Las crónicas periodísticas refieren que ni siquiera cruzaron la mirada.

Madero Muñoz descarta a Sinaloa en la lista de estados que su condición de inseguridad impactaría en las elecciones del 7 de junio. Menciona a los que históricamente han tenido problemas: Michoacán, Guerrero, Veracruz, Coahuila, Tamaulipas:

“A nivel nacional, sin duda, en donde hay problemas de inseguridad estamos constatando que el proceso electoral puede tener una incidencia en esos lugares donde se presenta con mayor frecuencia. Afortunadamente aquí en Sinaloa han tenido algunos avances en esta materia y nosotros confiamos en que la gente va a salir a votar sin ninguna intimidación, y ningún riesgo, va a poder votar con libertad y con seguridad”.

El nieto del menor de los Madero González, de Evaristo, guarda fuerza y elocuencia para su discurso frente a las mujeres panistas. En la pasarela montada en medio de las mesas gritó que los ciudadanos extrañan al PAN: “Ya les cayó el veinte. No queremos más PRI, más corrupción, más inseguridad, más privilegios. No queremos malos gobiernos… Ya nos extrañan.”

Y aflorando el acento norteño: “Vamos por ellos, como chingaos no. Como chingaos no”.

 

Roberto Cruz, el juego de las sillitas

 

Las tres candidatas a diputadas federales fueron ofreciendo sus discursos. Cada una desocupaba una silla en la mesa principal con Gustavo Madero y Edgardo Burgos, y cada vez la ocupaba Roberto Cruz Castro, el exsecretario de Desarrollo Económico de Malova y candidato del PAN por la vía plurinominal en la primera circunscripción —que por cierto encabeza el propio Gustavo Madero—.

Roberto Cruz se paseaba ocupando la silla que quedaba vacante por quien usaba la palabra. Palmeó espaldas, dio abrazos, felicitó a las mujeres de las otras mesas. Desentonaba Roberto Cruz, hasta la camisa con la palabra “Unidad” en la espalda era diferente al logotipo de toda la dirigencia y de las candidatas: “Claro que podemos, ¿A poco no?”

Sin silla, Roberto Cruz armó la estrategia de ocupar la silla sobrante y tener que abandonarla cuando llegaba la dueña original. En el tercer discurso, de la candidata del distrito 07, Lupita Conde, Roberto Cruz se aproximó a Edgardo Burgos, el dirigente estatal del PAN, fingió sorpresa al verlo y se abrazaron. Pero igual, ocupó la silla sobrante. Aun no concluían los discursos cuando Roberto Cruz se encaminó a la salida.

Gustavo Madero después intentaría bailar con las candidatas mujeres del PAN. El “jingle” de campaña sonaba en las bocinas y Madero intentaba tomar ritmo pero perdía el paso. Bailar no está entre sus cualidades. Así que mejor levanta las manos de las candidatas y posa para la foto. Al final mejor regresa a su formación original, la de licenciado en comunicación.

 

 

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