Mar de fondo, el efecto Sandra Luz

murales sandra

Tres semanas antes de que la asesinaran, Sandra Luz Hernández contó a un equipo de noticias de la BBC de Londres su historia. Pasó dos años y tres meses repitiéndola a periodistas, funcionarios, posibles informantes, y nunca le dejó de doler. Narró una y otra vez los hallazgos de la investigación que ella asumió y que la Procuraduría de Sinaloa evitaba.

Nadie le faltó: se la contó al Ministerio Público en la denuncia, a las oficinas de defensa de los derechos humanos, al procurador Marco Antonio Higuera —con quien Edgar García trabajaba como mensajero— y de él aguantó escuchar “cosas malas” de su hijo, también le explicó al gobernador Mario López Valdez y lejos de informarle avances en la indagatoria sobre la desaparición del joven de 25 años, le reprochó la responsabilidad de los padres.

A Higuera, Sandra Luz le respondió que fuera lo que fuera su hijo, él estaba obligado a investigar su desaparición y encontrarlo. Y al Gobernador, que si él le decía cómo ser padres, ella podía decirle entonces cómo gobernar.

Sandra Luz, como el fenómeno del mar de fondo, hizo un efecto en ese océano del poder de Sinaloa que se negaba a atenderla —a ella y a los muchos otros padres, hermanos, esposas de desaparecidos—. Su fuerza se les salió del cauce al que están acostumbrados, sus olas viajaron kilómetros para contar esa historia de impunidad, revolvió en todas direcciones la inmundicia del fondo de las aguas.

El 12 de mayo se cumple un año del asesinato de Sandra Luz. Y si la Procuraduría nunca resolvió la desaparición de Edgar, la investigación de su homicidio se le desmoronó en las manos cuando liberaron a Fernando Valenzuela, señalado como el asesino material.

El mar de fondo que estaba armando Sandra Luz se apaciguó un tanto después de su asesinato. Quienes la acompañaron en esos dos años y tres meses —exactos— a marchas, protestas, citas inútiles con funcionarios, se replegaron después del crimen. Visto así le podía pasar lo mismo a cualquiera.

 

MARGEN DE ERROR

(Arde Choix) En apenas una semana, Choix acumula muertos. El domingo se reportaron cuatro personas asesinadas. Y el viernes dos calcinados más. En medio, el reporte de familiares de once jóvenes desaparecidos que se trasladaban a Sonora buscando trabajo.

Choix en realidad no ha dejado de ser terreno en disputa. Desde los atentados contra policías ministeriales en trayecto en 2011, los cientos de desplazados de comunidades olvidadas en la sierra, el atentado contra el alcalde Juan Raúl Acosta, y otros muchos sucesos.

Los jóvenes desaparecidos, que según sus familiares todos los años dejaban las comunidades los meses difíciles de la pesca en la presa, podrían haber tomado una ruta peligrosa entre los límites de Sinaloa-Chihuahua-Sonora. Una zona siempre en disputa por las organizaciones delictivas.

Una y otra vez queda claro que no es el Estado, no es el gobierno quien tiene el control completo del territorio. En muchos caminos, carreteras y poblaciones completas, es el narco quien controla el tránsito. Quién vive y quién muere.

 

Mirilla

(El tiro por la culata) En Los Mochis saben que la orden de esculcar la camioneta de Zenén Xóchihua, el candidato del PAN en el distrito 02, salió de la sede del PRI con la venia de Bernardo Cárdenas, encargado de la operación política desde el gobierno a favor de Bernardino Antelo, el candidato del PRI en el mismo distrito.

Tampoco se trata de descubrir el agua hervida. Marcos Osuna fue policía y ahí tiene sus conexiones y agentes afines. Si el tiro les salió por la culata y terminaron promocionando a Zenén Xóchihua, en lugar de afectarlo, es ya tan claro que al menos un regaño recibió Marcos Osuna.

Las preguntas deben ir a otro fondo, entonces: ¿Marcos Osuna se brincó a Gerardo Amarillas? ¿Pueden entonces desde el PRI mover policías, ordenar esculques? ¿Y el alcalde Arturo Duarte, también lo ningunearon y aparte tuvo que justificar?

Zenén hizo corajes y se amachó a no bajarse del carro, pero ahora seguro se sigue riendo más que en los comerciales que grabó.

 

Primera cita

(Ayyy Jalisco… no te rajes) Jalisco es desde los años 80 del siglo pasado un refugio de narcos. Los de Sinaloa tuvieron que emigrar durante el acoso de su tierra de origen y convirtieron Guadalajara en su hogar. Ahí Rafael Caro, por ejemplo, asentó negocios, poder y amores.

Así, en Sinaloa estaba la fábrica, sembradíos y manufactura… y en Jalisco las oficinas, el confort. El fin de semana pasado Jalisco sufrió. Por unas horas se convirtió en Tamaulipas. Bloqueos, explosiones, negocios quemados.

Resulta sintomático que apenas un mes atrás el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, a través de la OFAC, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros, boletinara al Cártel Jalisco Nueva Generación —CJNG— como una organización más poderosa que la de Sinaloa para que se desataran los demonios en Guadalajara, Zapopan y municipios vecinos.

La operación fallida del gobierno federal para atrapar al líder, Nemesio Oceguera Cervantes, acarreará costos no solo en materia de seguridad sino hasta político-electorales para el partido en el poder en Jalisco, que es el mismo a nivel federal.

La Operación Jalisco anunciada la semana pasada —y antes el operativo federal contra el líder— parecen dictadas por el gobierno de los Estados Unidos. El viejo truco de los mensajes que dan y quitan poder al narco en los países al sur de la frontera que sigue dándoles resultado.

 

DEATRASALANTE

(Veinte años no es nada) No llegó el Consejo Estatal Electoral a la mayoría de edad internacional. Cumplir 20 años será su última celebración. El CEE —y los consejos locales del resto de los estados— estará desapareciendo para darle la bienvenida a los OPLES, los Organismos Públicos Locales. No se trata solo de un cambio de nombre, sino de un cambio que de entrada les resta poder de decisión a las autoridades locales para el nombramiento de sus integrantes(PUNTO)

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Operativo de fuerzas federales en el sector de La Lima, tras enfrentamiento ocurrido la madrugada de este domingo en Culiacán, que dejó un elemento de la Guardia Nacional (GN), muerto y otro lesionado .
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