Como ha sido costumbre, directivos siempre han querido proteger a sus jugadores y es que resulta que el doping positivo del jugador de Jaguares de Chiapas, Julio Nava, se debió a un descuido.
Carlos Hugo López Chargoy, quien se ostenta como dueño y presidente de Jaguares, señaló que el doping de Nava se debió al descuido de uno de los médicos del equipo, Ariel Rojas Melchor.
Y todavía, López Chargoy comentó en entrevista para mediotiempo.com: “No lo quiero llamar negligencia, más bien fue un descuido. Fue un medicamento mal aplicado, no es un dopaje como tal, es un desinflamatorio que desafortunadamente está en la lista de las sustancias prohibidas”.
Y todavía dijo: “Estamos apoyando al jugador porque a él realmente le aplicaron un desinflamatorio con una vitamina que no está dentro de los permitidos y hay que esperar que se termine la investigación con las autoridades”.
En mi punto de vista, el directivo chiapaneco está en su derecho en apoyar a Nava, pero no se ve bien diciendo que fue un descuido, ni que fuera un niño.
Aunque no es personal, pero creo que Nava sí sabía lo que estaba consumiendo.
Nava utilizó la sustancia llamada Betamethasone. Esta da ventajas aeróbicas y analgésicas al deportista al ser un esteroide con efectos desinflamatorios muy potentes, en ocasiones usada para meniscos o articulaciones.
“Este tipo de sustancias ponen en ventaja a propios y extraños porque tienen un efecto sobre las vías respiratorias, que las abre, y tiene un efecto analgésico. O sea, quita el dolor, pero sigue estando lesionada la persona”, explicó a Medio Tiempo, el doctor Eloy Cárdenas, especialista en medicina deportiva de la Universidad Autónoma de Nuevo León y exmiembro de la Comisión Antidopaje de la CONADE.
Por lo tanto, es absurdo decir que fue un descuido. Hay que ser claros, Nava cometió un error y por lo tanto tiene que pagar.
