¿Usted también, presidente?

: Enrique Peña Nieto. Tiempo contado.
Enrique Peña Nieto. Tiempo contado.

Al maestro Cruz Hernández, fundador del Macondo sinaloense
Como si a Sinaloa le faltaran calamidades, ahora viene el mismísimo Presidente de la República a bromear con la próxima sucesión gubernamental. Tal vez no le parecieron suficientes las payasadas que han caracterizado la administración del gobernador Mario López Valdez y ahora él mismo se sumó al espectáculo circense aprovechando espacios que brindan los eventos oficiales.
Fue en Mazatlán, durante la “inauguración” de una obra que funciona ya desde hace 30 años y que había sido rehabilitada. Enrique Peña Nieto dijo que la presencia de su jefe de Comunicación Social, David López Gutiérrez, inquietaba a la clase política cada vez que venía a Sinaloa. Y le sugirió al gobernador que no matara pasiones: “no mates esperanza alguna mi queridísimo Gobernador”.
La sustancia del evento, si es que la tuvo, pasó a segundo plano en los medios de comunicación, que velamos este tipo de actos como perros de carnicero, sobre todo cuando se acercan “los tiempos”. Cualquier gesto, cualquier saludo, cualquier frase y cualquier desdén es interpretado a modo por reporteros y columnistas, como señales “indiscutibles” acerca del “bueno”, para luego acomodarse con “sesudas” reflexiones, pago de por medio o por olímpica abyección.
Las razones de Peña Nieto apenas él las sabe; lo cierto es que si alguien sale raspado de este episodio carpero es el propio Gobernador porque le mueven el tapete antes de tiempo. No hay alguien que detente el poder, que no le amargue el desayuno la sola mención de que su tiempo se agota. Y el Presidente de la República se lo dijo en un desplante poco usual en alguien que, hasta ahora, ha mantenido una aceptable ecuanimidad en el tratamiento de los asuntos públicos.
López Valdez sufrió el primer gancho al hígado de su mandato con la recaptura de Joaquín Guzmán Loera y no por la circunstancia de que lo hayan detenido en Mazatlán, sino por la gran información que el capo tiene en sus manos sobre las redes de complicidad que tejió con las estructuras gubernamentales, incluyendo las del Estado. No es gratuito el pasmo que evidenció Malova al enterarse de la captura, porque no sabía si a ese hecho le seguirían otros que le afectarían directamente en su administración. Tampoco la reacción del “sistema” de seguridad al dar de baja e “investigar” al exsecretario de seguridad pública del puerto, Pablo Andrés Hernández, bajo la presunción de que estaba coludido con el crimen organizado.
No se recuerda, en la historia moderna, un Gobernador de Sinaloa constitucionalmente electo que haya disfrutado tan poco tiempo las mieles del poder. A López Valdez le duró tres años el gusto. Cambiaron, para su desgracia, los escenarios nacionales de la política y ha tenido que adaptarse por obligación, ni siquiera por conveniencia, con el agravante de que todavía no sabe si el sistema le perdonó ya el desafío (loable en su momento) de 2010, o está esperando el momento para ajustarle cuentas. Y esta incertidumbre lo tendrá amarrado de las manos en lo que resta de su mandato. Si el propio regreso del PRI a Los Pinos significaba el principio del fin de los caciques en los estados y el retorno del nefasto presidencialismo, la circunstancia de Malova es doblemente complicada por su condición de “disidente”. Y si a esto se le agrega la información que el gobierno federal ya debe tener en su poder por posibles complicidades con el cártel de Sinaloa, la situación del Gobernador es realmente muy complicada.
Sería interesante saber qué piensan y comentan él y el secretario de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros, cuando ven una noticia o un video sobre lo que está ocurriendo en Michoacán, donde alcaldes y funcionarios de alto rango están siendo evidenciados por sus relaciones con los Caballeros Templarios, a través de entrevistas videograbadas y otras minucias. Los narcos no se chupan el dedo, como parece que sí lo hacen algunos gobernantes. Guardan expedientes de todo. Y pueden usarlos o no, eso lo deciden ellos.
Bola y cadena
ANTES DEL EVENTO DEL CRESTÓN, el presidente se reunió por separado con dos empresarios: Eustaquio de Nicolás y Eleovigildo Carranza; uno de Culiacán y otro del puerto; uno en plena quiebra y otro que no haya que hacer con el dinero. Pero de política, cero.
Sentido contrario
QUIÉN SABE CUANTAS COSAS le pidió el Gobernador al Presidente en su visita a Mazatlán, pero de seguro, dada la apatía mostrada, no mencionó los recursos del Fonden que no han llegado para cumplir las promesas a los damnificados del huracán Manuel, que todavía no recuperan lo que perdieron. Ya está encima la nueva temporada de lluvias y los ríos y canales siguen igual a pesar del burlesco banderazo para el dragado del río Tamazula ¿Qué dirán si ocurre otra desgracia?
Humo negro
YA SE SABRÁ SI REALMENTE Malova no meterá las manos en la elección del nuevo Auditor Superior, pues uno de los aspirantes al cargo es el exsubsecretario de Administración Jesús Vega Gaxiola en el sexenio de Jesús Aguilar Padilla, ligado a grupos no muy afines al equipo que gobierna. Vega Gaxiola ya funge como asesor de la ASE desde hace tiempo y conoce sus tripas… lo cual es bueno y es malo. Ya se verá.
 

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