Estimado Ismael cuando me enteré que Ríodoce cumplía 20 años, de repente me di cuenta que los años no pasan sino que lo aplastan a uno, carajo, ¿cómo está eso de que veinte años? Me acuerdo cuando me comentaste el proyecto y yo, contrario a mi estilo, fui muy prudente y no te dije lo que pensé eso de aventarse en un proyecto periodístico donde no se tenía un respaldo económico; era algo más que utópico, esto me parecía una insensatez.

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Forjar un periodismo de verdad que describa el hecho sin tergiversar y manipular, en México nunca ha sido rentable. Ya en ese tiempo, recordemos, la hegemonía de la prensa escrita liderada por el Sol de Sinaloa que representaba en el estado la “voz oficial” sentía los contrapesos de los periódicos de El Debate que había nacido con el respaldo del poderoso grupo Corerepe del norte del estado; y el Noroeste, de los panistas.

La peregrina idea, por caracterizarlo muy bondadosamente, de hacer un periodismo de verdad en un estado donde intereses no precisamente legítimos detentan poderes económicos, políticos, de fuego y culturales, era una sentencia al fracaso.

Lo increíble es que, a pesar de mis pronósticos, Ríodoce sigue haciendo periodismo de verdad, valiente y decente. No sé cómo diablos lo han logrado pero si sé que se ha pagado un precio muy alto; nos mataron a Javier y eso duele mucho y no se olvida, no debemos olvidarlo nunca.

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Así se escriben los hechos que edifican la historia de los pueblos. Hacer un verdadero periodismo en Sinaloa implica tratar el asunto de los alimentos y de las drogas pero estos dos temas, lo sabemos bien, tocan intereses peligrosos.

Ríodoce ha logrado la hazaña de hacerlo bien por dos décadas, ¡Bravo compañeros! Ahora, Ismael, a seguir haciendo el milagro.

Abrazos para todos.

Artículo publicado el 05 de febrero de 2023 en la edición 1045 del semanario Ríodoce.