Alfredo trabaja en una fábrica que la semana pasada les dio vacaciones a todos. Las últimas semanas la producción fue disminuyendo y su salario también. Primero les dijeron que bajarían las horas de producción porque había muchos negocios cerrados y la fábrica depende de esos pedidos. Semanas antes del 9 de septiembre le pedían horas extra el domingo para cubrir la demanda.
El cierre temporal de la fábrica fue en sábado, al concluir la semana laboral y el día de pago. Solo les notificaron que tenían vacaciones, no hubo más explicación. Obviamente las vacaciones serían sin recibir el salario y mucho menos indemnización.
En otras empresas han optado por disminuirles el salario en un porcentaje en tanto regresa la normalidad, empezaron con pagar solo el 80 por ciento y ahora van en el 50 por ciento. Otros negocios rotan a los empleados, un día sí y un día no, e igualmente el día que no trabajan no lo pagan. Para muchos pequeños negocios la situación es insostenible y han optado por cierres temporales, confiando en que no serán permanentes.
Peor la están pasando quienes se autoemplean y dependen de que las personas salgan a la calle y vayan a los parques. Ellos se regresan con toda su mercancía a la casa, sin vender un solo producto.
Alfredo, el empleado de la fábrica, es un jovencito que apenas es mayor de edad, igual que casi todos sus compañeros en el trabajo. Se fue dando cuenta las últimas semanas que algunos de ellos empezaron a faltar. Primero le contaban que era peligroso salir de sus comunidades, casi todos viven en pueblos de Navolato, y se trasladan a Culiacán a trabajar porque allá no hay ninguna oportunidad. Después le contaron que dos de sus compañeros estaban desaparecidos. Él piensa que solo son dos jóvenes trabajadores, pero no sabe mucho más de ellos. Son diez días de vacaciones y Alfredo no logra conseguir otro trabajo.
Margen de error
(Septiembre) Sinaloa regresó al foco rojo en el comportamiento de inseguridad. Nunca fuimos Yucatán y quizá jamás lleguemos a ser esa entidad que sí mantiene niveles bajos en homicidios de manera casi permanente. Sin embargo el estado había salido del top cinco y hasta del top 10, entre las entidades federativas con más asesinatos. Todo porque había mantenido una consistente disminución en el número total y en la tasa desde el año 2018. Incluso el gobierno actual, apenas en julio pasado, destacó los datos históricos en la reducción de crímenes.
De julio a septiembre de este año hay una eternidad. La pugna entre Mayos y Chapos no es solo una explosión violenta entre las facciones armadas de la organización más longeva del mapa delictivo de México, su onda expansiva tiene efectos devastadores y aun incuantificables en sectores económicos, particularmente los comercios y restaurantes. Hay muchas historias como la de Alfredo, que han quedado sin ningún ingreso.
El efecto de la ruptura también tiene efectos en la vida cotidiana en al menos una tercera parte de los habitantes del estado. No se trata solo de la vida nocturna, que al final sería lo de menos, sino del resto de las actividades de esparcimientos.
Ya pasó un mes y la pugna encarnizada entre los hijos de los capos encarcelados en Estados Unidos no sufre desgaste. Se mantiene como el primer día. Lo que hemos vivido se repite y se repite: enfrentamientos, muertos, levantones, presencia del ejército.
Primera cita
(Gabinete) El nuevo gabinete de seguridad federal hizo un gesto con Sinaloa ante la explosión violenta que enfrenta el estado —lo mismo hicieron con Guanajuato, la entidad con el más alto número de homicidios. Más que la sesión del gabinete en Culiacán, el gesto es la caminata de los secretarios de la Defensa y de Seguridad por las calles de la capital. Con todo y que iban custodiados, la forma es fondo, y la corta caminata al final se interpreta como una muestra de empatía ante lo que todos los días se repite en Culiacán.
El nuevo gobierno federal arranca con la inercia de las operaciones que ya estaban desplegadas para contener los efectos de la pugna violenta entre los grupos armados de Chapos y Mayos, y si en verdad hay una estrategia de seguridad tendrá que pasarse del gesto a la acción.
Omar García Harfuch anunció la estrategia nacional y el reto en materia de seguridad en México es inmenso. Inteligencia y coordinación, son dos de los ejes de la Presidenta Sheinbaum. En sí mismo ambas palabras deberían estar siempre en las actividades de cualquier gobierno para enfrentar la inseguridad. Sin embargo este país carece por completo de un órgano de estado que sea consistente en actividades de lo que conocemos como inteligencia en seguridad pública. Cada gobierno hace un nuevo intento por conformarlo, pero nunca lo integran.
Incluso, está en la Ley de Seguridad Nacional desde hace casi 20 años todo un capítulo sobre la Inteligencia, pero hasta ahora sin resultados contundentes o demostrables de su aplicación.
Mirilla
(Coco) La cuenta que se cerró con el gobierno de López Obrador es una sumatoria de asesinatos que es de récord. En un comportamiento donde cada nuevo gobierno supera al anterior en homicidios. La lectura que quiso imponer AMLO fue que la tendencia de incrementos en crímenes que le heredaron ya se detuvo y empieza el descenso. Pero aún no sabemos los alcances reales de la estrategia de seguridad de Claudia Sheinbaum, solo después de algunos meses podremos conocer cuáles serán esos alcances.
Sinaloa está en la mira, o debe estarlo, en la nueva estrategia, aquí será uno de los lugares donde tendrá que verse si hay realmente la aplicación de una política distinta a la que ahora había seguido el gobierno federal (PUNTO).
Artículo publicado el 13 de octubre de 2024 en la edición 1133 del semanario Ríodoce.