El Ministerio Público, como si tuviera Alzheimer…

El Ministerio Público, como si tuviera Alzheimer…

El Ministerio Público, como si tuviera Alzheimer. La pérdida de memoria y la confusión, son los principales síntomas de esta enfermedad. Cuántas veces el órgano acusador olvida o confunde sus principios: de ser un ente público que sustenta su quehacer en la legalidad; que finca su trabajo en la objetividad, honradez, profesionalismo y eficiencia; además, al ostentarse como representante de la sociedad, debe estar investido de fuerza moral y ética.

Lea: El Ministerio Público está enfermo…

Sin embargo, al tratarse de un ente público y de ser una institución de buena fe, paradójicamente nos resulta común oír: “que se fabricó culpable en tal caso”; “que se acusa sin datos de prueba” o se ofrece un sujeto a modo de “testigo con resguardo de identidad”; que “se olvida la presunción de inocencia”; “se crean pruebas en contra o se incorporan datos o hechos que no son materia de la investigación”; “se le oculta al juez de control los datos de prueba de descargo o que podrían servir de atenuantes”; o “se dé el extravío de expedientes o parte de estos”, como forma de resolver asuntos criminales.

Asimismo, usa con discrecionalidad la secrecía; obliga a promover audiencias de tutela de derecho para defender derechos fundamentales por actos procesales ilegales y arbitrarios o se obstaculiza la obtención de los beneficios como la libertad anticipada, para personas sentenciadas con compurgación de penas, más allá del porcentaje que la misma Ley Nacional de Ejecución Penal establece, al apelar el justiciable, cuando el Estado al establecer un porcentaje mínimo, se ha dado por satisfecho y, que habiendo cumplido con todos los requisitos establecidos, por el solo hecho de recurrir como machote o default, aun cuando la ley de ejecución penal lo faculta, con la interposición del recurso de apelación; además de incrementarle el trabajo al juzgador, le impide resolver con justicia pronta.

En el mejor de los casos, el Ministerio Público tiene principios de Alzheimer y no la enfermedad arraigada; no obstante, se trata de una enfermedad progresiva, que no tiene cura; habida cuenta de quien padece esta enfermedad, presenta problemas cognitivos: dificultades para pensar y comprender, delirio, desorientación, dificultad para concentrarse, incapacidad de crear nuevos recuerdos, incapacidad para realizar abstracciones; o bien, problemas de comportamiento: agitación, agresividad, cambio de personalidad, suele deambular y perderse, falta de autocontrol, irritabilidad; así como problemas de estado de ánimo: altibajos emocionales, apatía, descontento general, enfado, entre otros síntomas.

Es común que presenciemos problemáticas similares en las distintas áreas que integran el Ministerio Público: de orden cognitivo, como dificultades para pensar y comprender con base en las reglas de la lógica y la sana crítica, al judicializar asuntos donde el poder judicial tiene que corregirles la plana; o desorientación e incapacidad de concentración o de creación de modelos investigativos o escenarios eficaces y factibles a la hora de abrir carpetas de investigación.

También son apreciables, no con poca frecuencia, problemas de orden conductual, como la agitación en sus miembros, derivada de la tensión mental o la ansiedad de ofrecer más y mejores resultados, ante los cuestionamientos de ineficacia o presión social ejercida por casos o delitos cometidos y no “aclarados”, hasta llevar al personal a la desesperación y angustia, factores principales de los equívocos en las indagaciones e integración de las carpetas de investigación, lo cual ocasiona, agresividad e irritabilidad, falta de autocontrol, con trastornos de personalidad en sus servidores públicos.

Esa condición anímica es generadora de conflictos que suelen presentarse entre agentes del Ministerio Público, policías de investigación y peritos, volviéndolos apáticos a la mejora de su desempeño; pues junto a ello, son enunciables otras causas que alteran el estado de ánimo como el descontento constante por carencias y limitaciones, lo que ocasiona y coloca por desgracia a la institución, en una profunda pérdida de confianza social.

Los problemas de Alzheimer del Ministerio Público lo hacen “perderse” e incurrir en omisiones al realizar la función de procurar justicia y en el abandono de las buenas prácticas en la investigación del delito, a pesar de los métodos y protocolos homologados, que por ley están obligados a observar.

La pérdida de memoria del órgano acusador y las confusiones que suelen sucederle, trae considerables afectaciones a la ciudadanía, al conculcarse sus garantías, al querer sostener imputaciones insostenibles, que sólo en la mente trastornada por esta enfermedad, son concebidas y consecuentemente se convierten en palos de ciego, pues en nada beneficia a la eficiencia institucional, elevándose la impunidad con violación constante de derechos humanos.

Por eso el Ministerio Público, en pre-diagnóstico, padece principios de la enfermedad de Alzheimer y demanda su atención, para que le permita alcanzar mayor efectividad en su quehacer institucional y cumpla a cabalidad su cometido constitucional; asimismo, responda a sus principios fundamentales, mejore sus métodos, procesos y protocolos de actuación y fortalezca sus recursos humanos, técnica y científicamente.

…Continuará

Artículo publicado el 01 de septiembre de 2024 en la edición 1127 del semanario Ríodoce.

Lee más sobre:

Últimas noticias

Scroll al inicio

2021 © RIODOCE
Todos los derechos Reservados.