Una llamada a tiempo: lengua Yoreme en peligro de extinción

Una llamada a tiempo: lengua Yoreme en peligro de extinción

Hoy en día, según datos del ethnologue (Ethnologue | Languages of the world), existen registradas 7 mil 168 lenguas vivas, de las cuales el 42 por ciento se encuentra en alto riesgo de desaparecer pronto, y 90 por ciento tienden a extinguirse en los próximos cien años.

¿Qué significa que una lengua se encuentre en peligro de extinción? A lo largo del tiempo, se ha hablado de especies de plantas y animales que dejaron de existir, esto, mayormente relacionado con factores externos que tienen que ver con los cambios climáticos que impactan directamente en los ecosistemas que dicha flora y fauna habitaban; igual sucede con los idiomas: una lengua desaparece por motivos que no son propios de la lengua per se. Es decir, las lenguas no desaparecen por su complicada o sencilla gramática o pronunciación, sino por razones que impactan directamente en sus hablantes.

En México, según el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (INALI), existen 69 idiomas nacionales; el Yoremnokki, también conocido como idioma Mayo, es uno de ellos. Este idioma es hablado en el norte de Sinaloa y el sur de Sonora. Según el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), la extensión geográfica en la que se asientan las comunidades Yoreme, en ambos estados, es de 7 mil 625 kilómetros cuadrados, cifra que muestra lo amplio del territorio; mismo que ha sido compartido, históricamente, con personas externas al grupo Yoreme.

Dicha ausencia de un espacio propio, ha traído consigo el contacto entre las prácticas culturales de los miembros de este pueblo y las personas con quienes conviven diario, pero que no se adscriben al grupo.

Una de esas prácticas —y la que aquí nos compete— es el uso del idioma, que por siglos se ha denominado ya sea como cahíta, por pertenecer —junto al yaqui— al grupo cahíta de la familia lingüística yuto-azteca, o también como mayo, que es la manera en que lo nombran desde la administración pública, la academia y algunos Yoreme. Pero respetando los consensos y acuerdos internos del propio grupo, lo llamaremos con el endónimo que proponen sus usuarios: Yoremnokki, pues esta es la forma que se plasmó en la norma de escritura de esta lengua (2017):

“Cuando el nombre sea usado en escritos del español o de otras lenguas, deberá respetarse la regla de escritura aquí presentada. Es decir, se escribirá Yoremnokki y no yorem nooki, yoremnoki, yolémnoki, Lloremnoki, etc”.

MÚSICOS Y CANTORES: Cantos al venado. Foto: Rashide Frías/Cuartoscuro

La situación actual de este idioma originario del estado de Sinaloa, no es diferente al de la mayoría de las lenguas indígenas del mundo, las cuales han adquirido un estatus de lenguas minoritarias, pues la habla un pequeño porcentaje de la población.

Según el censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) de 2020, son 38 mil 507 hablantes de Yoremnokki en ambas entidades federativas. En Sinaloa, la cifra es de 10 mil 988 personas que se dicen hablantes de este idioma originario. Frente a los 118 millones de usuarios del español en nuestro país (INEGI, 2020), se puede observar que solo el 0.033 por ciento del total de los mexicanos tiene una competencia en el Yoremnokki; basándose en estos porcentajes, se corrobora que esta es una lengua minoritaria que se encuentra en alto riesgo de desaparecer. Aunado a esto, ya no se encuentra a un niño, joven o adulto menor de 30 años que pueda mantener una conversación en el idioma, fuera de los saludos, algunos cantos, palabras y el himno nacional.

Es aquí en donde retomamos la pregunta que nos hicimos al inicio de este texto: ¿por qué desaparecen las lenguas? Existen muchos elementos, circunstancias, situaciones que ponen a una lengua en riesgo, ninguno tiene que ver con la naturaleza misma de la lengua. La UNESCO sintetiza las razones de porqué se puede llegar a desplazar totalmente un idioma por otro con un estatus hegemónico:

“Generalmente, la pérdida de una lengua indígena se debe a la asimilación, reubicación forzada, migración económica, analfabetismo, pobreza, exclusión, discriminación y violaciones de derechos humanos de las comunidades que la hablan. Se cree que la modernidad y la globalización han acelerado el proceso de extinción y, asimismo, el uso de los idiomas dominantes en el mundo marginaliza cada vez más a las lenguas de pueblos minoritarios.” (UNESCO, 2021).

Por lo tanto, los motivos por los que un idioma se deja de hablar o transmitir, no es exclusivo por las actitudes que toman los usuarios ante el mismo, sino a lo que se les ha orillado, de manera voluntaria o involuntaria, históricamente, desde las políticas públicas, lingüísticas, educativas, asimilacionistas, así como las actitudes segregacionistas, discriminatorias e incluso paternalistas, que se toman por parte de quienes no pertenecen y desconocen sobre los grupos originarios. Ni hablar de aquellos que folclorizan o monetizan con los elementos propios de los pueblos, transgresiones que se evitarían buscando una consulta directa y honesta con quienes forman parte de estos pueblos.

Para terminar, ¿por qué es importante evitar el desplazamiento y extinción de las lenguas? Todas las lenguas son importantes por su riqueza gramatical, porque es a través de ellas que nos relacionamos y nombramos nuestra realidad, porque forman parte de nuestra identidad, ya sea individual o colectiva, cultural, espiritual y por todo el conocimiento científico, ecológico, cultural, que se transmite a partir de ellas.

Artículo publicado el 18 de agosto de 2024 en la edición 03 del suplemento cultural Barco de Papel.

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