Hoy Ismael Zambada García está bajo custodia del gobierno americano y cualquier explicación sobre los sucesos es válida…y falsa al mismo tiempo. ¿Cómo es que llegó al centro de detención y al banquillo —silla de ruedas en este caso— frente a un juez en Texas? Sigue siendo la incógnita.
Detención, auto-entrega, engaño, traición. Capturado por agentes antidrogas americanos en México. Presa de bounty hunter, caza-recompensas por los 15 millones de dólares. Sometido por pistoleros de los Chapitos y trepado a un avión. Ficción y realidad se confunden, y es casi imposible distinguir una de la otra. Este es un momento así.
Los asuntos del narco, de cualquier élite en realidad —política, económica o social— suelen cubrirse con un velo, se enredan en una nube. Al poder lo seduce el misterio.
Y así otra vez los ojos se vuelven a Sinaloa. Finalmente ambos personajes, Ismael Zambada García y Joaquín Guzmán López, son de esta tierra. Aquí están sus oficinas centrales, acá muchas de las cocinas, parte de las zonas de cultivo que todavía explotan, sus casas y guaridas, las familias, sus muertos, su ciudad.
A más de diez días del anuncio de que ambos estaban bajo custodia, las versiones de lo ocurrido se multiplican y en vez de claridad lo que hacen es confundir. Y eso que hasta el presidente Biden presumió que los co-responsables de inundar de drogas al país, especialmente el fentanilo, están a disposición de los fiscales estadounidenses, que llevan años abultando expedientes y acusaciones.
¿Por qué importa lo ocurrido de este lado de la frontera, del lado mexicano, antes del aterrizaje en suelo americano de Ismael Zambada —más que de Guzmán López— para ser puesto en custodia? Serían en dos vías las implicaciones. Una la institucional y bilateral, porque explicaría el tipo de relación entre México y Estados Unidos en un tema que constantemente los enfrenta, el combate al tráfico de drogas. De esta implicación se derivan una serie de dudas importantes, como el intercambio de información entre ambos países, la operación en campo de agentes americanos que implica una violación a la soberanía, por citar las principales. En lo delicado del asunto también está la cautela del presidente López Obrador al tratar el tema en las mañaneras. No se desboca, y hasta cometió una pifia al afirmar su secretaria de Seguridad el punto de salida del avión y luego le desmentiría el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo.
La otra vía es la recomposición de las redes del crimen de Ismael Zambada. ¿Deja el Mayo un heredero, encargado del despacho? ¿Implicará una disputa por territorios, rutas y mercados? ¿Al mando de quién quedan sus células? Y lo más importante, ¿significará un repunte de sucesos violentos en las zonas de México que estaban bajo su poder o en disputa con otras organizaciones?
Margen de error
(Confusión) En junio de 2014, hace diez años, la CIA —la agencia de inteligencia estadounidense— ingresó de manera tardía a Twitter, hoy X. Su primer mensaje fue: “No podemos confirmar ni negar que este sea nuestro primer tuit.” Entre la ironía y el secreto, su dicho revela mucho del estilo del gobierno americano que se inmiscuye en asuntos de otros países, a menudo de manera activa.
Las agencias del gobierno: la DEA, el FBI, la CIA, su poder judicial con tentáculos extraterritoriales, son los primeros interesados en ocultar por todos los medios posibles los sucesos alrededor de la captura-entrega-detención del hombre a quien misteriosamente buscaban y buscaban, pero no encontraban. Aunque como dice el corrido de Los Tucanes de Tijuana, “y el hombre ni está escondido.”
La confusión está en el origen mismo, en los Estados Unidos, donde más que revelar los sucesos atizan la confusión. Así conviene a sus intereses para no tener que dar explicaciones.
Tan bien orquestado va todo, que hasta los abogados Jeffrey Lichtman —del Chapito, quien pierde los juicios pero lo recontratan— y Frank Pérez —del Mayo—ofrecen declaraciones contrapunteadas. ¿Pero quién cree a los abogados gringos? Igual y están de acuerdo, cumplen el guion.
Primera cita
(La verdad) La historia es suculenta para periodistas. Los consumidores de contenidos son voraces y cada segundo demandan algo nuevo. Hay un mundo tras la mayor revelación y se pierde la cautela.
Muchos de quienes estos diez días han afirmado conocer a detalle los sucesos, terminarán por cambiar su versión de los hechos sin explicación alguna, al final el consumidor olvida al presentarse el nuevo meme y el próximo video de tik tok.
Unos y otros apelan a sus fuentes. Algunos medios internacionales dan por válida la traición y que el hijo del Chapo y su exsocio lo engañó y lo entregó. En esa línea dirigen sus publicaciones. Otros, apuestan por la entrega negociada del Mayo, después de años de acercamientos con los americanos. Los menos, a una captura quirúrgica.
Es difícil en este momento ceñirse a lo comprobable, y seguir indagando el resto de la historia. Encontrar la cuadratura del círculo nunca es rápido, aunque tampoco debe olvidarse que es falso que la verdad siempre sale a la luz.
Mirilla
(Acomodos) La vertiente del Mayo en la Organización Sinaloa tiene una sola cabeza visible, su hijo Ismael Zambada Sicairos, para muchos el heredero del negocio. Tiene poco más de 40 años y es de la edad de Iván Archivaldo Guzmán. Una nueva generación toma el poder, pero también en eso aun es muy apresurado entender el proceso de la sucesión si lo hay (PUNTO).
Artículo publicado el 04 de agosto de 2024 en la edición 1123 del semanario Ríodoce.