Robo a adultos mayores en el Sur de Sinaloa

Robo a adultos mayores en el Sur de Sinaloa

Escogía ancianos solitarios para entrar a sus casas fingiendo que trabajaba en el DIF

Una serie de robos a adultos mayores en Escuinapa y en el sur de Sinaloa se han destapado en los últimos días a raíz de la detención de una mujer: cientos de afectados la reconocen como la persona que ingresó a sus hogares.

La detención de una mujer llamada María Antonia N destapó la memoria de algunos adultos de mayores que la identificaron y que tiempo después los medios la señalaron como la robaviejitos.

La encargada del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) en Escuinapa, Yolanda Gutiérrez Banda, declaró que la cifra de afectados por robo se estima en 100 adultos mayores entre Rosario, Escuinapa y Teacapán.

Destacó que se han presentado denuncias qué datan desde el 2021, sin embargo, con el tema en auge y con la detención de la presunta señalada, los casos han salido a relucir.

  1.  

Era la tarde del jueves, 18 de julio del 2024, cuando el señor Rafael, de 85 años, regresaba de la tortillería a su casa, en la colonia Pueblo Nuevo, Escuinapa. En su camino lo detuvo una señora, quien desde un auto gris lo saludó y, como si lo conociera de tiempo, le dijo que reconocía su andar de “Cholito”.

Ante la presencia del auto que le parecía conocido y la familiaridad del saludo, Rafael pensó que era la hija de un vecino. Seguido, la señora le preguntó si ya había cobrado, a lo que él le respondió que ya.

La señora se presentó como trabajadora del DIF y le preguntó si le habían dado “un papelito” para darle la despensa de la institución, a lo que él replicó que no le entregaron nada para ello. Le cuestionó dónde vivía, a lo que él respondió que en la esquina.

Terminado el encuentro, Rafael entró a su casa y se sentó a comer. Desde su llegada, dejó la puerta abierta y, en un descuido, la señora se agazapó en la entrada diciendo “con permiso, con permiso, me orino. ¿Me da permiso para entrar al baño?”, pero mas tardó en formular la pregunta que en dirigirse hasta donde se encontraba el señor.

Como el baño estaba ocupado, la mujer aprovechó para darle indicaciones a Rafael y a su esposa de cuáles eran los papeles que tenían que entregar para que les dieran la supuesta despensa. Les pidió copias de la credencial, del comprobante de domicilio y de otro papel que no recuerdan.

En ese instante, el hijo de Rafael ya se encontraba de salida cuando su madre le pidió que fuera a sacarle copia a todos los documentos que les solicitó; para ello, se dirigió al centro a realizar la encomienda.

Ese tiempo fue suficiente para que el atraco contra los dos adultos mayores fuera cometido.

A su regresó, su madre le preguntó que si no había agarrado su monedero, a lo que le mencionó que se lo había devuelto en sus manos. En el bolso tenía alrededor 700 pesos y las llaves de la casa.

El primer pensamiento de su hijo fue que aquella mujer, que dijo trabajar en el DIF, en realidad les robó.

Rafael, incrédulo después de ver el presunto robo del monedero de su esposa, se dirigió a verificar que los ahorros, alrededor de 30 mil pesos, que tenía guardados en una caja junto a unas alhajas de oro, siguieran ahí. Sin embargo, no encontró nada.

Yolanda Gutiérrez declaró que, a través de los más de 35 testimonios que ha recogido, el modo de operar es el mismo: una señora que dice trabajar para el DIF o para Bienestar, que comenta está repartiendo despensas o televisores, busca adultos mayores que se encuentren solos y que pide el último recibo de cobro de la pensión.

Dijo que pedir el último recibo de cobro de la pensión es una manera de enganchar a los adultos mayores para que los lleve al lugar donde normalmente guardan sus cosas de valor.

  1.  

Gaudencia Guadalupe, de 76 años, se encontraba sentada una tarde de mayo en el porche de su casa cuando vio llegar a una vecina acompañada de una señora que decía estar trabajando en la repartición de despesas.

Después de comentarle de su supuesta labor, la señora le pidió que le trajera el ultimo recibo de la pensión que recibió del gobierno federal para otorgarle una.

Le contó que se trataba de una supuesta ayuda dado que el presidente Andrés Manuel López Obrador ya se encontraba al final de su sexenio.

Mientras Gaudencia se dirigió a su casa en busca de lo solicitado, le permitió a la señora su estancia en el porche; sin embargo, cuando menos lo pensó, se había adentrado en su casa sin el consentimiento de nadie.

Entre la verborrea de la señora, uno de los mayores atributos que señalan los afectados, le pidió que se quitará los aretes que a todas luces se veían de oro. Le dijo que, si los repartidores la veían con algo así de valioso, no le entregarían nada.

El robo fue directo al bolso de Gaudencia, fueron alrededor de 2 mil pesos, una pulsera y arracadas de oro; fue en un descuido que perdió de vista la bolsa y cuando la revisó ya no tenía nada dentro.

  1.  

El señor Alejandro se encontraba revisando su cajón, donde dentro de sobres resguardaba el dinero que le daban de su finiquito como velador y las pensiones que recibía del programa federal de Bienestar. Aquella ocasión, seria la ultima vez en que vería sus ahorros que estimó en alrededor de 120 mil pesos.

Una señora, quien en varias ocasiones lo había abordado en su camino del trabajo a la casa, le ofreció una despensa a cambio de otorgarle el último recibo de la pensión del bienestar.

Mientras el buscó solicitado, la señora ingresó en su domicilio diciendo que ocupaba pasar con urgencia al baño.

El señor Alejandro, con un nudo en la garganta, contó que ese dinero era el finiquito de 35 años de trabajo como velador y, como no se lo pagaron en una sola exhibición, se lo entregaban en partes en un sobre.

“Se fue toda mi fortuna, como quien dice, por 35 años trabajando ahí. Me liquidan pero no me dan en efectivo todo. Me lo dan cada quincena y yo lo echaba y lo iba guardando, me llegaba lo de Obrador y también lo guardaba. Voy al ministerio público, la veo y digo: esta es”, contó tartamudeando y con la voz a punto de quebrarse.

Él fue una las personas que hasta el momento se han dirigido a la vicefiscalía a denunciar de manera formal a la mujer.

Gutiérrez Banda atribuyó las pocas denuncias en la vicefiscalía en Escuinapa, a que el asentamiento de las denuncias es tardado y se necesita tiempo para tratar los adultos mayores.

Agregó que el INAPAM tiene como objetivo buscar a las personas afectadas, derivado de las denuncias interpuestas ante la policía municipal, y acompañarlos hasta la procuración de justicia. “En el caso de los que no pueden, que es ahorita donde yo fui porque no puede caminar. Nos vemos obligados (acompañarlos) o la presidencia o el DIF nos dan auto para ir. El objetivo es hacer el llamado a toda la gente de aquí del pueblo de la ciudad que denuncien, que no se queden con que ya me robaron, que denuncien”.

Artículo publicado el 28 de julio de 2024 en la edición 1122 del semanario Ríodoce.

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