En México se gasta poco y mal para resolver nuestros problemas sociales y construir infraestructura pública, por eso avanzamos lentamente y con retrocesos frecuentes.
El gasto público tendrá un tamaño equivalente, en 2024, al 26 por ciento del PIB, mientras que los países de la OCDE tienen un promedio de 40. Tenemos un Estado “mínimo” que no alcanza a satisfacer las necesidades básicas de la población ni a impulsar el desarrollo económico.
Los ingresos que se recaudaron por impuestos en 2022 fueron del orden de 13.3 por ciento del PIB. Es una proporción menor a lo que recaudan otros países del mismo nivel de ingresos. En 2019 Brasil, Argentina y Sudáfrica recaudaron 33.1, 28.7 y 26.2 de su PIB, respectivamente. El promedio de los países de la OCDE es 34; de América Latina, 24 y, de África, el 17.
La inversión pública, esto es, la construcción de infraestructura, eleva la productividad y la eficiencia de diferentes sectores y regiones. Su tamaño en nuestro país será de 2.6 por ciento del PIB en 2024. El promedio de la OCDE es 3.3. Hungría fue el país con mayor inversión pública en 2019, con 6.3 del PIB, seguido de Noruega con 6.0 y Corea con 5,4.
México es el país de la OCDE que menos gasta en inversión pública como porcentaje del PIB.
El gasto público social; prestaciones y programas sociales; significará en México, en 2024, el 12.8 por ciento del PIB. Lejos de Chile, 19.6; Colombia, 14.2 y Costa Rica, 14.5. Muy lejos de Francia; 31.6, Italia, 30.1 y España, 28.1. La media de la OCDE es de 21.1.
El gasto social mexicano es el que menos disminuye la desigualdad en su país. En las otras naciones, ya que se aplica el presupuesto, se da una reducción mayor del indicador que aquí.
Planear y ejercer correctamente el presupuesto público, gastar bien, es imprescindible. En octubre de 2018, el presidente López Obrador prometió que por ley se prohibiría que hubiera sobrecostos en la obra pública.
El Tren Maya fue proyectado en 120 mil millones de pesos, pero ya va en 500 mil millones. Un sobrecosto de más del triple.
Un estudio de costo beneficio hecho por la Auditoría Superior de la Federación, en 2021, asentó que el costo máximo para que esa obra sea rentable es de 308 mil millones de pesos.
El país tiene por delante retos enormes.
Un recuento mínimo hecho por OXFAM, indica que se requiere un sistema de salud universal que, para funcionar, necesita al menos el doble del presupuesto actual; es urgente un sistema de cuidados; se precisa una mayor oferta educativa que incluya, entre otros, un sistema de educación preescolar que mejore las oportunidades de niñas y niños en sus primeros años de vida.
El costo aproximado de tener un sistema de cuidado para la población infantil es de 14 mil 700 millones pesos calculado por ONU MUJERES.
El Banco Mundial, considera que es necesario invertir al menos 4.5 por ciento del PIB para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sustentable 2030.
Las emisiones de gases con efecto invernadero, las sequías, las descargas de aguas residuales no tratadas, la pérdida de biodiversidad y la exposición a fenómenos hidrometeorológicos, son problemáticas que deben resolverse. Al respecto existe un estimado de costeo de las acciones necesarias que asciende a 126 mil millones de dólares; así mismo, el estimado de costeo para las necesidades sobre biodiversidad es de 1 mil 844 millones de dólares.
La transición demográfica por la que atraviesa Mexico ocasiona que haya cada vez menos personas en edad laboral y más personas que requieren de cuidados y que demandan más servicios de salud.
El crecimiento económico del país reclama mayor inversión para construir infraestructura pública de calidad de niveles del 3.5 por ciento del PIB.
El margen de maniobra para destinar recursos a metas necesarias para los mexicanos es cada vez menor.
Para el presupuesto de egresos de 2024, el gobierno se propone alcanzar una cifra récord de 9.06 billones de pesos, sin embargo, el 80 por ciento de esa cantidad se encuentra comprometida en el pago de pensiones, gasto federalizado y costo de la deuda, principalmente.
La estimación de ingresos presupuestarios para 2024 es de 7.3 billones de pesos, 1.8 por ciento menor a 2023, ello significa una proporción parecida al 21.2 del PIB recibido en 2018, lo que, en términos del PIB, sería la recaudación más baja desde 2019.
Los ingresos bajan y los compromisos por pensiones suben.
En 2018 representaban el 16 por ciento del presupuesto total del gobierno federal y en 2024 serán el 22.
No se hizo una reforma fiscal y se ha recurrido al endeudamiento.
Para 2024 el gobierno pretende un endeudamiento sin precedentes, equivalente al 5.4 por ciento del PIB.
Nos endeudará para pagar el gasto corriente, para cubrir la diferencia entre ingresos y egresos (sin considerar el servicio de la deuda) en una proporción mayor a la de los últimos 30 años.
Menos ingresos, más compromisos, más deuda, más necesidades.
Sin reforma fiscal todas las promesas de campaña serán verso.
Necesitamos un gasto público eficiente y suficiente.
Necesitamos una reforma fiscal de fondo a nivel federal, estatal y municipal con visión de desarrollo incluyente y sostenible de largo plazo; de lo contrario, viviremos eternamente con crecimiento económico mediocre y carencias sociales humillantes.
Artículo publicado el 24 de septiembre de 2023 en la edición 1078 del semanario Ríodoce.
