El proceso de formación de los jóvenes en los planteles militares se tiene que humanizar, tiene que dar cabida a los derechos humanos, y espero que la sociedad comience a exigir que se rindan cuentas acerca de eso, dice a Ríodoce el director de la película “Heroico”, estrenada en México este 21 de septiembre

“Esta es una película que abre la caja de pandora para hablar de algo que nunca se había tratado; es la primera vez que se hace una película sobre lo que pasa al interior de un colegio militar, y me daría mucho gusto que se empiecen a contar historias en relación con la institución”.

Es David Zonana hablando de “Heroico”, el filme que pone al descubierto los horrores y la sevicia que se ocultan en la formación que reciben los jóvenes cadetes en los planteles del Ejército Mexicano.

El cineasta comparte con Ríodoce el pulso que ha tenido acerca del filme: “Ha causado mucha expectativa, mucha controversia, y era lo esperado, yo sabía que iba a levantar opiniones en todas direcciones y es lo que ha sucedido., la gente tiene mucho interés en saber qué es lo que sucede allí dentro (en las escuelas militares), yo lo atribuyo también a que la película ya ha tenido la oportunidad de verse en México”, dice.

En efecto, el pasado mes de junio, “Heroico” se alzó como la gran triunfadora en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara: Premio Mezcal como Mejor película, y para Fernando Cuautle, como Mejor actor; Premio FIPRESCI, que concede la prensa internacional; y el Premio Mezcal Joven, que otorga un jurado internacional de estudiantes de cine.

Tras casi cuatro años de producción, la película hablada en español y en náhuatl, con locaciones en el Centro Ceremonial Otomí, en Temoaya, Estado de México, donde se recrean las instalaciones militares, se estrenó en las salas de Cinépolis este jueves 21 de septiembre

 –¿Cómo concibes el proyecto y cómo fue el proceso de ir hilvanando esta historia?

– “El proyecto se comienza a gestar en 2019, después de terminar Mano de obra, allí comencé a escribir el guion y me tomó tiempo porque me basé en hechos reales y tuve que entrevistar como a 40 o 50 cadetes o ex cadetes, jóvenes que tenían experiencia en planteles militares, y tenía que hacer un trabajo minucioso para que la película tuviera credibilidad.

“Es difícil tener información de lo que sucede dentro de las fuerzas armadas, es una institución muy hermética, creo que eso también es parte de por qué la gente ha tenido mucho interés en la película, pues es tener acceso a la institución quizá más poderosa del país, y de la cual se sabe tan poco, es irónico; y por eso creo que hay tanta demanda de esta película y la gente está muy interesada en saber qué sucede allí adentro”.

“El proceso fue largo, había muchos jóvenes que obviamente tenían miedo de compartir sus experiencias, otros fueron más abiertos, algunos estaban ya fuera de las fuerzas armadas, otros seguían en activo, me encontré de todo, y con paciencia y rigor se fue logrando la película.

“Yo no quería basar el guion en el testimonio de una o dos personas porque podría ser muy subjetivo, por eso quise entrevistar a muchos jóvenes para tener patrones de situaciones dentro del Colegio Militar, y observar el común denominador, y sustentarlo (…) tuve 40 o 50 testimonios al momento de escribir el guion, pero después, cuando conformé el elenco de la película, allí se integraron también otros jóvenes con experiencia militar –los actores son ex cadetes, no son actores profesionales, a excepción de uno o dos–, y ellos también aportaron mucho.

 –¿Te acercaste a las autoridades militares?

 – “Me acerqué a la Sedena. No porque pensara que podría obtener algo de información sino porque sentía que era lo correcto, decirles ‘voy a hacer una película sobre el ejército’, aunque yo estaba seguro de que en el 99.9 por ciento no me iban a apoyar en lo absoluto, pero sentí que era un paso necesario, para que después no se dijera que nunca hubo acercamiento o buena voluntad”.

– ¿Y qué pasó? ¿Reconocieron al menos esa situación, como un problema estructural, histórico?

 – “No, me dejaron de contestar. Fui y me senté allí en el Campo Militar número, en Ejército Nacional, y les platiqué sobre el proyecto, les mandé el guion, incluso lo suavicé un poco para ver cómo reaccionaban, y me dejaron de contestar, se acabó la comunicación”.

“Pero eso sería interesante que sucediera ahora, porque lo que yo percibo es un choque, unas ganas de desmentir lo que dice la película y no entiendo por qué, si evidentemente hay cosas qué mejorar en todas las instituciones, no veo por qué no reconocer que se puede dar un paso en ese sentido.

“Todos sabemos que el Ejército también realiza acciones de apoyo a la sociedad civil en los desastres naturales, no todos los militares son ‘malos’, no va por allí la película ni la denuncia, pero sí que hay cosas qué mejorar en la institución, en la formación, y lo ideal para mí sería que la sociedad civil exija que se rindan cuentas acerca de eso y, sobre todo, que se mejore, que se dé un paso adelante en la institución que, en todo caso, refleja una realidad nacional (de violencia estructurada en muchos ámbitos); creo que eso sería la manera inteligente de tomarlo.

 –¿Hubo presión u obstáculos desde el Ejército?

 – “Personalmente no. Tampoco habría sido una jugada acertada de su parte, pero sí ha habido intentos de bloquear la película. Por debajo de la mesa se ha percibido una inconformidad por parte de las altas esferas para que esta película se vea. Hasta ahora se han quedado en eso, en intentos, y pues hemos trabajado mucho para que la película llegue a las salas de cine como debe ser. Ahorita tenemos confirmadas 500 salas, con la clasificación B15, cualquier cosa distinta a esos números y a esa clasificación significaría censura, y en este momento, aunque ha habido indicios y señales poco claras, nos hemos mantenido fuertes en esos números.

“Los que sí han recibido amenazas han sido los actores de la película, muchos de ellos son jóvenes que estuvieron en los planteles militares, entonces los conocen, ellos conocen a gente adentro, y ellos sí me han compartido sus varias experiencias”.

Zonana refiere un caso revelado por el diario español El País. Se trata de Santiago Sandoval, el protagonista de Heroico, quien tras su salida del plantel militar sufrió seis meses de depresión por los maltratos que recibía y tras hacer la película ha tenido que cerrar sus redes sociales por las amenazas que recibía: “Un mensaje que recibí decía: ‘Ya vi que te culereaste con una película, pero cuando te vea, ahora sí vas a sufrir, puto desertor. Ojalá te mueras’. Varios antiguos cadetes y superiores me dijeron ‘si te vemos o encontramos, te vamos a levantar’”, declara el joven. (El País, 10/0923).

Y añade: “Estamos muy atentos y preocupados por ellos, y tomando todas las medidas necesarias para que su seguridad no se vea comprometida. Es un tema sensible, arriesgado, creo que nadie había hablado de las fuerzas armadas de esta forma, creo que es momento, pero por supuesto que conlleva varios riesgos, personales y de censura”.

“Para algunos jóvenes (hablar y actuar) fue casi terapéutico, había algunos egresados de la Escuela Naval, del Colegio del Aire, de Escuela Médico-Militar, y para ellos revivir eso era duro, especialmente para el personaje principal, Santiago Sandoval, siempre me decía ‘estas cosas yo las viví, es duro revivirlas, pero al mismo tiempo es catártico y de una gran responsabilidad’. Para ellos el proceso iba por ahí, tener la oportunidad de poner sobre la mesa lo que les tocó vivir y compartirlo”.

 – La película se centra en la experiencia de los varones, ¿es también una manera de cuestionar cierto modelo de masculinidad?

 – “La violencia también ocurre con las mujeres, es muy similar, pero es mucho menos, el porcentaje es menor, pero si yo iba a hacer por primera vez una película que tratara la situación que se vive dentro de las fuerzas armadas tenía que ser consecuente con los números, que hablan de que la inmensa mayoría de quienes viven esta situación son hombres; esta es la primera película que habla de cómo se forman los militares; habrá quien haga después una versión acerca de lo que viven las mujeres, y me daría mucho gusto que se empiecen a contar esas historias”.

“Por otra parte, las dinámicas de poder en lugares como este, donde están enclaustrados puros hombres, y súmale además la variante de la violencia, dan pie al abuso, y es lo que se vive, es lo que yo me fui encontrando, a partir de los testimonios, de la forma de vida dentro del colegio militar, y es lo intenta retratar la película, esa complejidad de la vida adentro para un cadete que tiene 18 años, y su única intención es salir adelante, tener un trabajo y apoyar a su familia”.

– ¿Qué esperas de esta película?

 – “Bueno, la película es un thriller que busca dar un paso hacia la humanización en la formación militar y, en lo personal, yo esperaría que la sociedad comience a exigir que se rindan cuenta acerca de eso. El proceso de formación de estos jóvenes se tiene que humanizar, tiene que dar cabida a los derechos humanos de estos jóvenes mexicanos que están buscando una oportunidad de salir adelante, y creo que mejorar eso se reflejaría en la sociedad.

“Obviamente no me refiero a que el entrenamiento no sea duro, pero los entrenamientos que te llevan al límite y que demandan un esfuerzo físico y mental no tienen por qué ser violentos, ni humillantes o tener relación con el abuso o la tortura, incluso; se pueden hacer entrenamientos que forjen carácter sin caer en violación a los derechos humanos y poner en riesgo la integridad física y mental de los jóvenes”.

David Zonana integra una selecta lista de consagrados cineastas que han ganado el Ariel por su primera película (Alejandro G. Iñárritu, Guillermo del Toro, Carlos Reygadas, María Novaro, Busi Cortés, Roberto Sneider, Alonso Ruizpalacios, entre otros). Después de “Mano de obra”, ganadora del Ariel a opera prima en 2020, Zonana vuelve con otra historia subrepticia, presentando los entresijos de aquellas problemáticas sociales que se ocultan tras la normalización y la impunidad.

 – ¿Seguirás apostando por estas historias?

 – “Yo vengo de una familia de sociólogos, mi mamá es socióloga, crecí con esa educación; para mí las problemáticas sociales siempre han estado en primera fila, y creo que un cineasta o un artista habla de los temas que le son relevantes, que le preocupan, que lo mueven, de buena o mala forma. En mi caso, en mis dos proyectos (“Mano de obra” y “Heroico”) he hablado de temáticas que tienen que ver con dificultades sociales, con marginalidad, con pobreza, con lucha antisistema, y es un reflejo de lo que veo en el país, y mi trabajo es ponerlas sobre la mesa y facilitar que la gente que las tenga normalizadas ponga un poco de atención; si logro eso yo me daré por bien servido, seguramente mi trabajo seguirá por esa línea”.

 –  Estas historias, duras y crudas, están triunfando en los festivales internacionales de cine, ¿a qué lo atribuyes?

DZ: – “Yo no creo que estén triunfando por las temáticas, sino porque son películas tras de las cuales hay mucho talento, están bien realizadas y funcionan; al final, los temas de esas películas son un retrato de lo que se vive en México, en nuestra sociedad; ninguno de estos directores o directoras está inventándose las historias. Creo que el cine mexicano sería igual de exitoso si viviéramos en un país con menos problemáticas y las películas fueran en otro tono, más alegres, de amor, creo que el talento que hay en México haría que esas películas fueran igual bien recibidas, pero por ahora, los temas de esas películas reflejan al país.”