Un sujeto identificado como Luis “N” alias el Soco, fue detenido en Veracruz como el séptimo involucrado en el homicidio de los hermanos Andrés y Jorge Tirado, originarios de Mazatlán, y su tío José González, así como el secuestro de su tía Margarita, ocurridos a mediados de diciembre pasado en la colonia Roma Norte, alcaldía Cuauhtémoc, en la Ciudad de México.

La detención la realizaron agentes de la Policía de Investigación (PDI), además de que se cumplimentaron otras dos órdenes de aprehensión contra dos personas que ya están bajo prisión preventiva; las tres acciones fueron por el delito de secuestro agravado, de acuerdo a Apro.

El Soco fue detenido en el municipio de Ozuluama de Mascareñas, Veracruz, con un oficio de colaboración con las autoridades de esa entidad, informó la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX).

Las otras dos órdenes de aprehensión fueron ejecutadas contra Rebeca “N” y José Luis “N”, personas en reclusión desde diciembre pasado por la probable comisión de delitos contra la salud; ella está en el Centro de readaptación Social Femenil de Santa Martha Acatitla, y José Luis “N” en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte.

En un primer momento fueron detenidos Blanca “N”, Sally “N” y Azhuer “N”, quienes habitaban en el mismo domicilio. La primera era la enfermera del dueño de la casa ubicada en la avenida Medellín 113 y tío de los hermanos Tirado; los otros son su hija y su yerno. Presuntamente, ellos habrían planeado el crimen para quedarse con la propiedad mediante la falsificación de documentos.

Luego, las indagatorias permitieron cumplimentar órdenes de aprehensión contra Randy “N”, nieto de Blanca y quien también pernoctaba en el predio de los hechos, así como de Rebeca “N” y José “N”.

El triple homicidio fue descubierto la noche del domingo 18 de diciembre del 2022, aunque desde el viernes anterior ya se había denunciando en redes sociales la desaparición de los hermanos Tirado.

Desde entonces las autoridades comenzaron su búsqueda y así descubrieron el crimen. Los cadáveres de los jóvenes tenían huellas de violencia, estaban atados de pies y manos y con cinta canela en la cabeza.