Resumir el 2022 que tuvo Sinaloa en salud pública recae sobre todo en la cesión de los servicios a la Federación, el COVID-19 en su tercer año de pandemia y sobre todo a la ausencia de obras de infraestructura y otras inconclusas provenientes de administraciones anteriores.
El gobierno de Rubén Rocha Moya ha contado en el recién concluido año con dos secretarios de salud y un cambio considerable en el gabinete de la misma Secretaría. También un aparato burocrático que ha tenido que luchar para dar base a trabajadores de contrato y la reactivación de programas suspendidos por la pandemia.
Respecto al COVID-19, al corte de esta edición, Culiacán permanece entre las ciudades con mayor cantidad de pacientes con el virus activo en la República con casi 700 casos, en lo que significa ya la sexta ola de contagios en el país.
Durante 2022 la Secretaría de Salud ha registrado 104 mil 363 nuevos pacientes con COVID-19 en Sinaloa, de los cuales 930 han fallecido a causa de la enfermedad. Al corte el estado totaliza 180 mil 620 casos y 10 mil 39 decesos.
Las otras epidemias
Sin embargo el COVID-19 no fue la única enfermedad que azotó a las y los sinaloenses. Durante el 2022, los casos de dengue comenzaron su ascenso colocando al estado entre las entidades de mayor incidencia a nivel nacional con 667 casos confirmados hasta la semana epidemiológica número 50.
Otro tema considerable en salud pública significaron los casos de viruela símica, ya que en Sinaloa se registró uno de los seis decesos a nivel nacional producto de esta enfermedad que ha dejado más de 3 mil 500 contagiados en el mundo.
Por otra parte, la sesión de los servicios médicos en Sinaloa al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) comenzó a concretarse este 2022.
Como antecedente, desde enero de 2020 el acuerdo de coordinación entre ambas instituciones comenzó, sin embargo no fue sino hasta este año que concluye en que se emitieron los criterios de operación para los programas de atención a la salud y de medicamentos gratuitos, esto, para la población sin seguridad social laboral.
Según el convenio, durante el 2022 el INSABI aportaría 815 millones 973 mil 797 pesos “para la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados”, y sumado a esa cantidad, la aportación por parte del Estado sería 597 millones 334 mil 431 pesos.
Esto “garantizaría” los servicios médicos a personas sin seguridad social laboral, sin embargo, la crítica que los usuarios repitieron durante este año que concluye fueron entre el desabasto de medicamentos y la carencia de insumos.
En medio de la crisis, medicamentos caducados
En contraparte, el gobernador Rubén Rocha Moya realizó el anuncio sobre el hallazgo de un lote de medicamentos caducados con valor superior a los 30 millones de pesos, de los cuales, días más tarde, reportarían la recuperación de 9 millones de pesos.
El secretario de salud, Cuitláhuac González Galindo, explicó que el contenido de medicamentos que se encontraron en las bodegas representan en total 132 claves, de las cuales cuatro son oncológicos (Axitinib, Alopurinol, Fulvestran y Cisaprida), es decir, para el tratamiento del cáncer, y los demás son medicamentos de uso común.
También, respecto al tema de la federalización de los servicios de salud, laboralmente el IMSS Bienestar se encargará de dotar de bases al personal que se va a las clínicas, mientras que el personal operativo no hospitalario le corresponderá al gobierno estatal.
En total, la Secretaría de Salud puso a disposición del IMSS Bienestar ocho hospitales generales y 221 centros de salud en comunidades.
Y respecto al tema presupuestal, para el 2023 la Secretaría de Salud tendrá alrededor de 100 millones de pesos menos para su operación, luego de que el gobernador reasignara en ese rubro que pasó de ser de 7 mil 632 millones 016 mil 687 a 7 mil 532 millones 16 mil 687 pesos.
Aun con esta reasignación, el sector se vio beneficiado con respecto al ejercicio anterior en que contó con 5 mil 909 millones 63 mil 730 pesos.
Los inoperables hospitales de Culiacán
Con inversiones millonarias la Secretaría de Salud sigue sin echar a andar los hospitales General de Culiacán, el Pediátrico de Sinaloa (HPS) y el Centro de Salud Urbano, también en la capital sinaloense.
Tras su salida como gobernador, Quirino Ordaz Coppel dejó inconclusas esas tres obras que en conjunto erogaron poco más de 3 mil 242 millones de pesos, y con la llegada de Rubén Rocha Moya, ninguno de los tres funciona.
Primero, el Centro de Salud Urbano de Culiacán, obra presumida como sustitución, tras más de 60 años del edificio anterior, fue demolido en su totalidad pero desde el inicio de su renacer presentó irregularidades.
La obra fue adjudicada a la empresa Ingeniería de Negocios Sostenibles SA de CV durante la administración de Ordaz Coppel y sigue inconclusa. Además, de 2019 a la fecha, el edificio recibió “inversión” extra por casi 22 millones de pesos a través de contratos adjudicados de manera directa. Y al corte, sigue sin operar.
También en Culiacán, el Hospital General prometió modernidad y mejor servicio, pero sigue siendo un cascarón vacío. Sin equiparse y sin fecha para iniciar operaciones, la inversión de más de mil 676 millones de pesos sigue sin rendir frutos a la población sinaloense.
Al respecto, el gobernador Rocha Moya dio a conocer la solicitud de un recurso extraordinario al INSABI por 79 millones de pesos para la adquisición de equipo médico, material de curación, medicamento y otros.
La aportación se realizará por 43 millones de pesos para el nuevo Hospital General de Culiacán y de 32 millones para el Centro de Salud Urbano de Culiacán.
Por otra parte, el tercer hospital opera de manera parcial. El Pediátrico de Sinaloa tuvo inversión cercana a los mil 400 millones de pesos y a más de dos años de haber sido concluido, apenas algunas áreas han sido migradas y este funciona de manera parcial.
Según el mismo González Galindo será el área de urgencias la última en funcionar, aunque no existe fecha para ello.
Artículo publicado el 01 de enero de 2023 en la edición 1040 del semanario Ríodoce.