Se estima que, en la actualidad, alrededor de 6.2 millones de mexicanos con diabetes tienen insuficiencia renal en sus distintas etapas, sin que necesariamente todos ellos sepan que la padecen
La nefropatía diabética es una complicación grave asociada al mal control glucémico de los pacientes con diabetes tipo 1 y 2, que afecta la capacidad de los riñones de hacer su trabajo habitual de eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo, explica la nefróloga Aleyda Lugo, certificada por el Consejo Mexicano de Nefrología.
Dicha enfermedad se da cuando se tiene un mal control de la diabetes, señala Lugo.
La especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Culiacán, agrega que “el 80 por ciento de los pacientes con enfermedad renal es por diabetes, así como otras comorbilidades, como la hipertensión, la obesidad y el tabaquismo”.
¿Cómo funciona el riñón?
Según explica Lugo, “entre las muchas funciones del riñón se encuentra la de eliminar los desechos y el exceso de agua en la sangre en forma de orina”.
También “ayudan a controlar la presión arterial y a producir las hormonas que el cuerpo necesita para mantenerse sano”.
Causas de la nefropatía diabética
“La principal causa es el mal control de la diabetes” agrega, “otros factores que contribuyen son el mal apego al tratamiento, y malos hábitos dietéticos”.
Asimismo, refiere que “si hay alteraciones en la visión (retinopatía diabética) o pie diabético, de manera paralela va a haber enfermedad renal crónica, esté manifiesta o no”.
Manifestaciones clínicas
La profesional de la salud señala que la nefropatía es una enfermedad silenciosa, y sus consecuencias se observan de manera tardía.
“Cómo sospechar que tengo problemas en mi riñón: hinchazón en las piernas, orina espumosa, anemias, cansancio, presión alta, baja glucosa. Estos problemas son graduales y se van presentando conforme avanza la enfermedad”, dice.
Diagnóstico ideal
Para un diagnóstico oportuno señala que lo ideal es que “después de un año de detectada la diabetes tipo 2, el paciente debe iniciar con un control renal; mientras que en los diabéticos tipo 1 el tamizaje se realiza a los cinco años”.
Tratamiento: a tiempo, se puede evitar la progresión
“Lo principal es la prevención, con un estilo de vida saludable, buena alimentación y baja en sal; tomar 2 litros de agua al día, ejercicio regular; controlar la obesidad, tabaquismo y el control de glucosa”.
Asimismo, recalca que “es muy importante acudir al médico de manera regular para detectar estos problemas de manera oportuna”.
Agrega que en los últimos años se ha tenido un avance importante en el manejo del paciente diabético, con nuevos tratamientos que ayudan a evitar la progresión de la enfermedad renal.
“El gran problema es que cuando el paciente se encuentra con la enfermedad muy avanzada las opciones de tratamiento son la diálisis, y hemodiálisis, hasta llegar a requerir trasplante renal”.
Asimismo, señala que una de las principales complicaciones en un paciente con nefropatía diabética es la enfermedad cardiovascular, “el problema renal a su vez ocasiona más problemas cardiovasculares y aumenta la probabilidad de infarto”, siendo una de las principales causas de muerte en este tipo de pacientes.
Artículo publicado el 18 de septiembre de 2022 en la edición 1025 del semanario Ríodoce.