“¿Usted es el señor Eustaquio de Nicolás?”, le preguntó el agente federal. “Sí señor”. “Acompáñenos, está detenido”. El Tato, como le conocen sus amigos, acababa de bajarse de un avión de la compañía DELTA que lo trasladó de Madrid a Guadalajara. Tal vez nunca imaginó que su próximo vuelo lo haría en una aeronave de la Fiscalía General de la República a Ciudad de México, para ser trasladado al Reclusorio Oriente. En cuanto Ríodoce se enteró de la detención y que venía de Madrid –gracias a un tuit del periodista Darío Celis—le llamamos al embajador Quirino Ordaz porque inferimos que, sinaloenses los dos, empresarios los dos, con intereses comunes, lo más probable es que se hubieran reunido. El empresario se había vuelto mundial, con inversiones en Estados Unidos, Brasil, India, Egipto, Andorra. De sus andares por este principado, ubicado en la frontera de España y Francia, Eustaquio de Nicolás está señalado –-también el ex gobernador Juan Millán– como uno de los empresarios mexicanos involucrados en operaciones millonarias de procedencia ilícita, según una investigación del diario El País y de la revista Proceso. Pero el embajador nos dijo que no, que estaba enterado de su detención, pero que no se habían visto en Madrid. Y que no conocía la causa.
En realidad, solo la fiscalía y los De Nicolás saben la o las causas. Porque pueden ser muchas, han fraudeado a medio mundo y, por supuesto, también al fisco. Homex y Eustaquio son auténticos pájaros de cuenta. Por donde pasan dejan huella, pero no huellas constructivas, aunque son constructores, sino de despojos, fraudes, engaños, abusos, estafas, corrupción, manejos turbios…
No debiera sorprendernos porque vivimos en México, pero debe subrayarse que, a pesar de las evidencias que hay en su contra, de las centenas de denuncias públicas que se han hecho y de las comprobadas acciones fraudulentas hasta en la Bolsa de Valores de Nueva York, de donde fueron expulsados por proveerla de información falsa para elevar el precio de sus acciones, los De Nicolás se sigan paseando por el país y por el mundo como si nada debieran, incluso interviniendo en campañas políticas como lo hizo Eustaquio en la elección pasada, donde operó, según ha dicho siempre él mismo, para el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, con miras al proyecto de encumbrar en la presidencia de la república a Marcelo Ebrard. Esto no es casual, con Marcelo Ebrard en la jefatura del entonces Distrito Federal, Homex tuvo allí un crecimiento exponencial. Y el jefe de las fianzas era, por cierto, Mario Delgado.
De las desarrolladoras de vivienda más grandes del país, Homex es la más repudiada por la pésima calidad de las casas que entrega, el incumplimiento de los contratos, la falsedad de la información que muestran a la hora de ofertar sus productos, lo que los clientes –todos de muy bajos ingresos pues Homex se enfocó sobre todo a vivienda de interés social—solo podían descubrir cuando llegaban a su casa nueva y se daban cuenta que habían sido víctimas de un fraude. Casi siempre a través de Infonavit, pero también de Fovissste, Homex cobraba las casas a estas instituciones y los “beneficiarios” tenían que pagar la vivienda a 20 y 30 años.
Son tan vivos lo De Nicolás, que han sabido hacer dinero a carretadas, fraudear impunemente a miles de trabajadores y derechohabientes, engañar a inversionistas de talla mundial y reírse de las instituciones del Gobierno, todo con el apoyo de gobernantes de todos los colores. El mayor crecimiento de Homex, por ejemplo, se dio bajo la administración del panista Felipe Calderón, cuando construyeron alrededor de 100 mil casas o al menos dijeron que las habían construido…
Cuando la Bolsa de Valores de Nueva York descubrió que Homex estaba fraudeando a sus inversionistas, fue porque al hacer una investigación de sus operaciones, descubrieron que de miles de casas que reportaron como construidas, en realidad solo estaban los terrenos baldíos.
Bola y cadena
EN MARZO DEL AÑO PASADO el diario El País publicó una investigación sobre redes de lavado de dinero a través de la Banca Privada de Andorra (BPA), donde aparecen, entre otros, Eustaquio de Nicolás. También Óscar Lara Aréchiga (qepd) y el ex gobernador Juan Millán Lizárraga. A Juan Millán le congelaron 6 millones de dólares, que al parecer tenía junto con el finado ex secretario de Finanzas durante su administración y dijo que ya estaba en proceso de recuperarlos –-tal vez piensa que el problema está en México, donde hasta le podían ofrecer disculpas por las molestias causadas. Andorra, entonces, hubiera sido un buen tema de Eustaquio de Nicolás con el embajador de México en España, pero no se reunieron, según el mazatleco. Está bien, no se reunieron.
Sentido contrario
UNO DE LOS ESPECTÁCULOS más atractivos que nos depara la política a los sinaloenses es el juicio político que ya está en marcha en contra del alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro. Hay un poder indiscutible en quienes lo están sentando en el banquillo, pero confundir a Estrada con Jorge Rodríguez Pasos —aquel alcalde mazatleco defenestrado por el Congreso del Estado en el sexenio de Juan Millán—puede salirles caro a muchos. Hay que esperar.
Humo negro
EN TODO CASO, QUE MORENA lleve a juicio a un alcalde de su mismo partido tiene que verse como un fracaso de los instrumentos internos del partido y de quienes lo dirigen para dirimir controversias. Y algo parecido, o peor, puede pasar con el pasista Héctor Melesio Cuen, cuya permanencia en la secretaría de Salud es, por decir lo menos, incomprensible. Todos llegaron con un mismo proyecto, pero se acabó la fiesta. Y ahora hay que recoger los desechables.
Artículo publicado el 30 de abril de 2022 en la edición 1005 del semanario Ríodoce.