Semana santa, una oportunidad para los obesos

obesidad y sexo 51-1

Todos los días son oportunidad para construir conciencia y actuar en consecuencia cuando la obesidad es la sombra que asusta a la salud física y emocional.

En semana santa, días de asueto por tradición judeocristiana, la burocracia, incluyendo el sector educativo, se toman en promedio dos semanas de vacaciones.

El tema no son los días de descanso, el tema es la obesidad y su socialización o exhibición en los balnearios, playas, o lugares de esparcimiento y ocio, donde la constante es andar semidesnudos, por el clima y la proclividad al baño como parte de la recreación.

Unos con anticipación y otros con la premura propia de la decisión, compran sus trajes de baño, los hombres generalmente de una sola pieza, y las mujeres de dos piezas, tanto hombres como mujeres exhiben su corporalidad, en especial su abdomen.

El deseo o la fantasía de la mayoría es mostrar, en el caso de los hombres, un cuerpo musculoso, y en caso de las mujeres, un cuerpo escultural. Estos pensamientos o fantasías propias del ego sano se ven confrontadas con la realidad enferma: un cuerpo que soporta 30 o 50 por ciento más del peso ideal, es un cuerpo obeso, un cuerpo cuya figura es evidente por un abdomen globoso a expensas de un panículo adiposo cultivado en el tiempo y secundario a la dieta hipercalórica.

La semana santa es una oportunidad para que los obesos contrasten su realidad real con la realidad deseada, no solo se trata de perder la figura, se trata de rescatar la salud, de darse cuenta de la adicción a la comida y a veces a la mentira, a la comida porque es la fuente de su gordura, a la mentira porque es la fuente de su procrastinación, es decir, siempre están viendo el mañana como el día de iniciar con las acciones para bajar de peso.

La obesidad obstruye primero la salud, después la autoimagen, también las oportunidades de una atención pronta, por ejemplo, no es lo mismo remolcar, trasladar, o subir a la camilla a un lesionado de 70 kilos, que a un lesionado de 140 kilos.

Un cuerpo con peso ideal soporta unas vacaciones activas, jugando, trotando, nadando, haciendo senderismo, practicando cualquier deporte, sin embargo, un cuerpo obeso se limita en todo además de poner en riesgo su vida si se excede en el ejercicio físico. Los órganos como los pulmones y el corazón están diseñados para funcionar dentro de un cuerpo con peso ideal, no con obesidad.

La semana santa puede ser el detonante para muchos obesos que ven en las personas sanas la imagen que en un tiempo tuvieron, la salud que en un tiempo presumieron o disfrutaron, esa reflexión puede llevarlos del pensamiento a la acción, del debería a lo hago. Si no es en semana santa ¿cuándo?

Artículo publicado el 17 de abril de 2022 en la edición 1003 del semanario Ríodoce.

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