El canto vivo de Amparo Ochoa

El canto vivo de Amparo Ochoa

Mujer de voz potente para enarbolar las causas sociales, el canto nuevo de la nacida en Sinaloa sigue vigente

En febrero de 1994 murió Amparo Ochoa, la del canto libre, la del canto con esperanza, la de una voz combativa que aún sigue vigente, acompañando las luchas sociales en Latinoamérica.

El barzón, La maldición de la Malinche, Jacinto Cenobio, Caritina, La calaca, ¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?, Yo pienso mi pueblo, Canciones de la Revolución Mexicana, son algunas de las letras que con su voz aún recorren la geografía de la historia de los pueblos.

Representante del canto nuevo, nació en Costa Rica, Sinaloa, fue maestra rural y una intérprete que enarboló los ideales de izquierda. Le “prestó” su voz a los obreros, campesinos, estudiantes para acabar con las diferencias sociales.

Su hija María Inés, señaló que para ella es un honor escuchar la voz de su madre por todos lados, y que siga vigente como le hubiera gustado.

“Creo que en este momento de traer al presente a mi madre. Su canto, ha sido una necesidad, debido al movimiento que se lleva ahora de parte de los jóvenes que han logrado cosas tan interesantes en América entera”, recordó.

“Siempre la música de mi mamá ha sido eso, acompañar esa conciencia social colectiva, que ha hecho de nuestro país más fuerte cada vez”.

El poder de la música

La música, explicó, tiene esa forma maravillosa de romper barreras del idioma y quizás de las formas de pensar.

“Mi mamá decía que si había dos personas del público a quienes se les quedara algo, con eso era feliz. Siempre tomó el micrófono con mucha responsabilidad, buscaba ofrecer su trabajo con la mayor calidad posible en un escenario, así fuera uno enorme o una sillita con un foco en la cabeza. Siempre lo hizo con el corazón”, explicó la también cantante.

“Como hija, el ejemplo que me dejaron mis padres, fueron unas alas enormes para hacer de mi vida lo mejor que me parezca, con valentía, libertad, congruencia”.

El mejor homenaje que se puede hacer, mencionó, es la vigencia de su música: que se siga escuchando en las calles, la radio, entre los estudiantes y que acompañe los movimientos sociales.

“Que siga siendo escuchada por los estudiantes, las mujeres que luchan por la legalización del aborto, es el mejor homenaje que se le puede hacer, para mí representa tener ese pedacito de ella y decirle: ‘mira mamá lo que dejaste sembrado’”.

El recuerdo de sus luchas

Cuando Amparo Ochoa murió, su hija María Inés tenía 10 años, sus recuerdos actuales eran los relacionados con la vida familiar.

“La verdad yo la miraba como mi mamá, no tenía noción de nada de lo que pasaba alrededor de ella, era mi maestra, la que estaba conmigo en casa, en los desayunos, la que me quitaba los piojos pero con el paso del tiempo es como más he aprendido de ella, viendo sus conciertos, sus entrevistas, platicando con gente que la conoció”, indicó.

“Después la conocí como esa mujer valiente, combativa, obviamente si me siento comprometida con mi trabajo gracias a esta enseñanza fuerte, no como cantante, sino como investigadora, como todo lo que soy”.

Al viajar, se da cuenta cómo observaban a su mamá en El Salvador, Nicaragua, cuando fue el golpe militar en Chile, Argentina, en Europa, y aún hoy en día la recuerdan con cariño infinito.

“Esos papás, abuelos que asistieron a sus conciertos han podido trasmitir sus ideas a las nuevas generaciones y es así como su canto sigue creciendo”, explicó.

Junto a artistas como Óscar Chávez, Gabino Palomares y Mercedes Sosa, Amparo Ochoa idealizó un mundo justo, ese mismo que está presente en sus canciones, en su canto vivo.

Artículo publicado el 06 de marzo de 2022 en la edición 997 del semanario Ríodoce.

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