Desde 1998 en el Mercado Garmendia un rico olor a tacos de buche, panza, tripa atrae a los comensales desde las cuatro de la mañana
Salvador de Dios Toscano se llama, pero lo conocen como El Viejón, ese personaje alegre, bromista que desde hace más de 20 años vende tacos de buche, panza, tripa y carnitas en el Mercado Garmendia.
Está ahí cuando la luz del día aún no aparece y un humeante olor atrae a los comensales, aquellos que de la fiesta, del trabajo llegan para bajarse el ‘avión’. Son meseros, albañiles, músicos y sobre todo la juventud trasnochada.
Después llegarán las amas de casa que hacen sus compras, los trabajadores, incluso los niños.
Los recibe con el ¿cuántos le damos viejón?, y generalmente sirve de a dos para empezar, algunos, asegura que se hacen del rogar pero no se resisten y piden más. El récord es de 12 acompañados de una coca bien helada, salsa, verde, roja, y jugo de tomate, que hace su esposa, La maestra Fanny.
“Aquí viene gente de todo y de todos lados, hasta recién casados llegan a comer después de la boda, nos acaban de ingresar a la Ruta de la Garnacha, y hasta extranjeros llegan. A la gente le gustan mucho, es pura calidad, un taco con doble tortilla y bien reportados”, asegura.
Aquí con El Viejón
De profesión ingeniero agrónomo y nacido en Nayarit, desde que recuerda siempre ha sido una persona inquieta. Trabajó durante nueve años, en la Secretaría de la Reforma Agraria pero siempre quiso hacer un negocio por su cuenta.
Impulsó varios negocios; vendió camarón cocido, pollos, hotdogs, elotes y artesanías.
“Yo siempre tuve la inquietud por los negocios, después de haber vendido varios productos puse una tienda de artesanías por la Xicotencatl, pero me cambié al Mercado Garmendia en un lugar pequeño y de pronto se me ocurrió que ahí podía vender tacos”, explica.
“Estuve pensado qué tipo de tacos vender y me fui a preguntar en taquerías cómo le hacían y en 1998 di con este negocio y empecé a vender tacos de buche, panza, tripa y carnitas y de ahí ha salido para vivir toda la familia”.
El carisma, pero también la calidad aclara que ha sido la clave para los tacos estén en el gusto de la gente, incluso eso permitió aperturar cuatro establecimientos más en distintas colonias de Culiacán.
El mote de El Viejón ahí nació, en Culiacán se utilizan las expresiones güey y loco y no le gustaba tanto. Entonces empezó a llamar así a sus clientes y también a adoptarlo como propio.
Los tacos de buche
Los tacos de buche son culichis, así lo precisa El Viejón y aunque no fue él quien los inventó, la historia la conoce bien.
Fue un personaje de origen michoacano llamado Don Chuy quien durante la década de los 70 vendía carnitas en la esquina de Francisco Villa y Sepúlveda. La carne la compraba directamente en el rastro y ahí se dio cuenta que tiraban las vísceras y pensó en aprovecharlas.
“Don Chuy echó a perder mucho hasta que dio con el punto y sus hijos siguieron vendiendo estos tacos y ya después hubo gente que se empezó a fijar y fueron naciendo otras taquerías en Culiacán, Los Mochis, Guamúchil, Guasave y Mazatlán”, explicó.
“El taco de buche es 100 por ciento culichi, la gente llega buscando el sabor, que es muy único y especial”.
La diferencia con las carnitas dice que son solo fritas y los de buche primero se cuece y después se fríe, eso diferencia el sabor. Se mastica de otra manera también.
La universidad de la vida
La universidad, contó El Viejón, enseña a los estudiantes a ser empleados, pero siempre pensó en hacer cosas grandes, y aprovechó el momento. Es taquero con mucho orgullo, a pesar de tener otra profesión.
“Yo nunca me acostumbré al sueldo de una empresa y por eso le estuve buscando aunque duerma poco, siempre estoy contento”.
Su rutina la empieza a las 2:00 de la mañana, duerme si a caso cuatro horas, por eso, dice que está en proceso de jubilación.
“Yo he trabajado durante todos estos años con mucho gusto, no me da flojera para nada, atender a la gente es algo que me gusta mucho. Uno le tiene que hacer la lucha a lo que le gusta, mi padre también fue comerciante, creo que de ahí también me viene”.
A sus 64 años menciona que le gusta que la gente lo salude y lo identifique. Es algo de lo que siempre voy a estar agradecido.
“Cuando vamos al beis y que me ponen en la pantalla con unos tacos, pues sí me da alegría, es algo que me gusta, soy de las personas que disfrutan todo lo que hace”.
En el puesto de tacos, ubicado en las escalinatas del Mercado Garmendia, menciona que siempre hay buena onda y desde las 4:00 de la mañana el rico olor llama a los clientes, esos que ya saben que ahí es con El Viejón.
Artículo publicado el 16 de enero de 2022 en la edición 990 del semanario Ríodoce.