No hay ahorro y el consumo es elevado, señalan

Don Nacho tiene un abarrote en la colonia Miguel Hidalgo, al norponiente de Los Mochis, y está pagando caro el garlito que le tendió la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por medio del Fideicomiso para el Consumo de Energía Eléctrica (FIDE).

Lo engatusaron para que contratara el servicio de paneles solares con la promesa que ahorraría dinero en el consumo y hasta podría vendérsela a la paraestatal, invirtiéndose los papeles.

Dos años después, ni ahorró, mucho menos vendió energía y ahora está endeudado.

Reconoce que le salió más caro el caldo que las albóndigas, y que por ese engaño, su negocio, el abarrote familiar, está en riesgo.

Ya no encuentra la puerta pues aunque ha buscado solucionar su problema, nadie lo atiende.

“Parece que todo terminó siendo un engaño de los directores regionales de la paraestatal, porque cuanto reclamo he pretendido realizar, termina con un estrellón de puerta, en la burocracia o con el portazo y un simple ¡no! arbitrario de algún guardia.

La historia de pleitos con la CFE y don Ignacio Cázarez Gastélum comenzó en el 2019, en una fecha que no recuerda, pero era la época en la que muchos industriales de la colonia Miguel Hidalgo comenzaron a instalar paneles solares.

Él, que administra un abarrote en la esquina de Aristeo González y Lázaro Cárdenas, se sumó aquella avalancha de oportunidades, porque entonces, un promotor lo visitó, le aseguró que ahorraría hasta el 80 por ciento del consumo de energía eléctrica, podría venderle electricidad a la CFE y ganar unos pesos.

La sacaron cuentas, y terminó enganchándose en el programa del FIDE.

Después de que le instalaron los equipos, se frotó las manos esperando el ahorro en el consumo.

Al transcurrir el tiempo observó que este nada más no llegaba, que todo se pulverizaba.

Entonces comenzó a llamar a los técnicos para exigir una explicación. Primero hubo respuestas, luego desatención y terminó en plena ignorancia de sus llamados. “Hoy nadie me responde las llamadas”.

Incuso, dijo, acudió a la CFE y allí, nada más nadie te escucha. Ya no sé qué hacer”, dice mientras recuerda que esa mañana llegó al abarrote Luis Antonio Arce Vidaldez a bordo de la camioneta 84985, le cobró un adeudo de 73 mil 306.45 pesos y al no tener el dinero le arrancó el medidor, cortó los cables desde la mufa y se retiró.

En el recibo que Don Nacho tiene en sus manos, la CFE le cobra 5 mil 764 pesos de consumo eléctrico, pero también una deuda de 64 mil 936.16 pesos del programa FIDE.

“Sí, la deuda existe, pero dejé de pagar ese programa porque no veo resultados. No ocurrió el ahorro que prometieron, tampoco le vendí energía a la CFE. Nada de lo que ese programa ofrecía se cumplió, y por el contrario, terminé endeudado”.

Sí hubo negocio, pero para la CFE y para los dueños del programa FIDE. “Para mí, los dueños son los propios directores de la CFE porque ellos lo defienden, lo promueven e ignoran las críticas o las aclaraciones.

Nadie responde, insiste don Nacho.

Consideró que su situación es apremiante pues ahora tendrá que hacer conexiones para seguir trabajando, perderá más dinero del que pueda obtener por su trabajo e incluso, no podrá realizar otras actividades.

El abarrotero se prepara a iniciar los procesos penales en contra de CFE pues se considera una persona engañado por un programa fraudulento.

Según la paraestatal, el FIDE es un programa privado que recurre al financiamiento público.

En el caso del sistema fotovoltaico, la Secretaría de Energía financia la instalación del sistema en 14 por ciento.

Una vez instalado, el comerciante obtiene ahorros en el consumo pues se generación se incorpora a la red de distribución.

A pesar de la publicidad y de las ofertas presenciales, para Don Nacho el caso no es más que otro fraude de la CFE, como muchos que ha cometido en agravio del consumidor.

“Los ahorros que se prometieron, simplemente no llegan, aseguró.

Artículo publicado el 24 de octubre de 2021 en la edición 978 del semanario Ríodoce.