A unos meses de que se definan las candidaturas para las elecciones de 2021 en el país y en Sinaloa, muchos se enfocan sobre todo en lo que puede pasar al interior de Morena, el partido que arrasó en las elecciones de 2018 gracias a la figura de Andrés Manuel López Obrador y que aparece arriba en todas las encuestas. Quiénes serán sus candidatos en los municipios, si tratarán de repetir algunos, si uno o dos de los alcaldes buscarán la gubernatura; cuántos de los diputados harán la lucha por repetir…
Muchos dan por hecho que el senador Rubén Rocha Moya será el candidato a gobernador de Morena. Él mismo se ha encargado de difundir que la decisión ya está tomada, incluso que ya está tomada en los 15 estados donde habrá elecciones para gobernador. Si eso fuera así, entonces la decisión la habría tomado el presidente Andrés Manuel López Obrador, porque en Morena ni siquiera han sido capaces de decidir quién va a dirigir el partido y, por el contrario, viven ahora en una lucha encarnizada. Luego entonces, es difícil creer que un político con los estilos de AMLO tome una decisión con tanto tiempo de anticipación. También significaría, si ese fuera el caso, que la política en este país no ha cambiado nada y que con un paquete así se estarían reeditando los más rancios estilos del PRI.
El Químico Benítez, alcalde de Mazatlán, ha dicho desde hace mucho que aspira a la gubernatura y se ha estado moviendo por todo el estado con el pretexto de promover turísticamente el puerto. Pero sus negativos son incontables. No le alcanza decir que cuando AMLO andaba en sus giras por Sinaloa, a él le tocaba moverlo en su camioneta. Desde el inicio de su trienio sacó el diente de la desfachatez, constituyendo una administración llena de familiares, engordando la nómina y viviendo en un pleito permanente con la síndica procuradora que fue a parar hasta los tribunales.
El alcalde Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, es otro de los que no se descartan para la gubernatura, aunque sus posibilidades también son mínimas, no solo porque es un desconocido en el resto del estado, sino porque aquellos que de él tienen alguna referencia es por los memes que le han difundido con algunas de sus declaraciones, sus pleitos con la prensa, con las féminas… Pero esto es lo de menos: en esta misma edición Ríodoce publica una nota que muestra cómo Estrada, luego de haber condenado los contratos leoninos con empresas recolectoras de basura, cayó en lo mismo, adjudicando un contrato por 117 millones de pesos a una empresa que fue fundada hace apenas tres años… en Chiapas. El tema de la corrupción policiaca está a punto de reventarle al alcalde de Culiacán. Los dos policías detenidos en la zona de Tepuche la noche del jueves junto con dos sicarios, es solo la punta del iceberg. Hay debajo un témpano de complicidades con el crimen organizado que debe obligar al gobierno estatal, y al de la república, a tomar cartas en el asunto.
Y el otro que ni a repetir la alcaldía debiera aspirar es Manuel Guillermo Chapman, un presidente municipal –de Ahome– al que se le han estado documentando acciones administrativas que están siendo dirimidas en tribunales pero podrían concretarse en denuncias penales si termina la administración sin aclararlas. Siendo el tema de la corrupción de primer orden para la llamada 4T, los alcaldes morenistas debieran estar haciendo una gestión transparente, impecable, pero en este caso es todo lo contrario. Es un alcalde que hasta de muerte llegó a amenazar a la síndica procuradora, Angelina Valenzuela, según lo denunció ella misma, aunque la fiscalía estatal y el poder judicial hayan determinado el no ejercicio de la acción penal. Problemas de seguridad, urbanos, sociales, de corrupción han originado permanentes protestas en Ahome, que debieran hacer imposible un nuevo lanzamiento político de Chapman, al menos por Morena o una coalición que involucre a este partido.
Del resto de los alcaldes morenistas ni hablar. En el congreso estatal algunos de los diputados se preparan para repetir y otros para buscar otros espacios, aunque el perfil de la mayoría es hasta triste.
Bola y cadena
COMO ESTOY CONVENCIDO DE QUE AMLO no ha tomado la decisión de quién será el candidato de Morena en Sinaloa –y no es por desinflar las aspiraciones de nadie, menos de los que gravitan en torno de los pretensos, la mayoría en los sesenta y más–, pienso que la designación o elección del candidato, por el método que sea, tendrá que ver mucho con quién dirija el partido durante el proceso electoral, cosa que se sabrá en las próximas semanas, pues la pelota sigue estando en el terreno del Tribunal Electoral.
Sentido contrario
LOS HOTELEROS DE MAZATLÁN NUNCA creyeron en el proyecto turístico de Playa Espíritu, en Escuinapa. Primero por ellos mismos, porque el desarrollo era una amenaza para sus propias empresas en el puerto. Pero también porque nunca vieron clara su viabilidad. Pudo haber sido negocio para la parte inmobiliaria, pero no para la explotación turística al estilo de Cancún, Huatulco, Los Cabos… porque nunca se generaron las condiciones para ello. Por eso tampoco aterrizaron las grandes cadenas hoteleras. Pero nunca se animaron a denunciar que el proyecto era echar cientos de miles de dólares en un costal sin fondo, con cargo a los contribuyentes. Incluyendo los más de 2 mil millones de pesos que le pagaron al ex gobernador Antonio Toledo Corro por un predio que le había robado a los ejidatarios. Pero una cosa es esto y otra que ahora el presidente salga con que se van a rifar 5 mil terrenos que pertenecen al CIP. Por favor.
Humo negro
AMIGOS TODOS DE RÍODOCE, un abrazo fuerte para los hermanos Ibarra Escobar.
Columna publicada el 27 de septiembre de 2020 en la edición 922 del semanario Ríodoce.
