Aún no se ponen de acuerdo los científicos sobre la relación directa entre la obesidad y el aumento en el riesgo de muerte de los pacientes infectados por coronavirus. Se sabe que la comorbilidad, es decir, las enfermedades asociadas predisponen la gravedad de la enfermedad Covid-19, sin embargo, lo que no se conoce con exactitud es la fuerza de asociación de la obesidad y la muerte por Covid-19.

Mientras la ciencia determina con exactitud la fuerza de asociación de las variables que predisponen la muerte en la pandemia, seguimos viendo caer en cama a los pacientes infectados, con sobrepeso y obesidad, a los hipertensos, diabéticos, artríticos, reumáticos, nefrópatas y todas aquellas enfermedades conocidas como crónico degenerativas: se mueren más de coronavirus las personas infectadas cuyo sistema inmunológico está deprimido o dañado.

Ahora el riesgo está aumentando, en los casi cinco meses de pandemia en México, hay personas que han aumentado de peso entre el 10 y el 20 por ciento del peso que tenían en enero, además de ya venir con el sobrepeso propio del fin de año y sus fiestas hipercalóricas.

Imaginemos un hombre cuyo peso ideal son 70 kilos, en diciembre subió 7 kilos, y en los meses de pandemia ha subido 14 kilos, es decir, hoy pesa más de 90 kilos, ¡cuidado! Esta persona que hace seis meses estaba en su peso ideal, hoy es obesa y tiene más riesgo de muerte si se infecta por coronavirus.

Es cierto que la edad, especialmente las personas menores de 40 años tienen en teoría más posibilidades de superar la enfermedad viral, sin embargo, mujeres embarazadas, recién nacidos, niños, adolescentes y jóvenes, se han infectado y han muerto por Covid-19, esto deja en evidencia que no todo es la edad como factor de protección contra el virus, lo más importante se llama sistema de defensa inmunológico, es el que sustituye a la vacuna, es el que defiende al cuerpo de los antígenos de todo tipo.

Los obesos mueren más por tres sencillas razones: primero, porque tienen comprometido su sistema de defensas; segundo, porque sus pulmones no alcanzan a compensar y oxigenar tanta masa corporal; y tercero, porque el corazón se cansa de bombear tanta sangre sin oxígeno, esto desencadena otros trastornos como lo que se llama coagulación vascular diseminada que no consiste en otra cosa que en producir coágulos o trombos que obstruyen las arterias por dónde van los nutrientes y el oxígeno para las células del cuerpo.

De todos los órganos afectados por las complicaciones del Covid-19, el más afectado es el pulmón, después le sigue el corazón y termina fulminando la vida al afectar el cerebro por la falta de oxigenación. Las personas obesas necesitan más esfuerzo pulmonar para distender su parrilla costal, necesitan más oxígeno para nutrir el exceso de grasa corporal, necesitan más energía para compensar su desorden metabólico, por eso se mueren más los obesos contaminados por el virus.