“No me considero una persona valiente ni un héroe, sino alguien que tiene dignidad”. Javier Valdez.

A tres años de seguir el proceso de investigación y juicio sobre el asesinato de  Javier Valdez, trataré de hacer un sucinto recuento de lo que ha pasado y lo que está pendiente en el caso, en un contexto no tan distinto para el periodismo en México y en el que su memoria se resiste al silencio, al cumplirse el tercer aniversario este 15 de mayo.

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Hoy  la justicia en el asesinato de Javier Valdez, que tanto conmovió al gremio periodístico, y la comunidad internacional y puso en jaque al gobierno del entonces presidente Enrique Peña Nieto, llega a cuenta gotas y de una forma pírrica. Pero es lo que tenemos y no podemos conformarnos con ello. Aún quedan muchos retos que enfrentar en este proceso.

Reconocemos que algo hemos avanzado en comparación a otros casos donde los expedientes se han ido al archivo del olvido como es el caso de Alfredo Jiménez Mota, el joven periodista de El Imparcial de Sonora, que desapareció el 2 de abril de 2005 y que por cierto Javier retoma en su libro Narcoperiodismo y que este abril hizo 15 años de su desaparición sin que se conozca su paradero.

A 1094 días del  asesinato de Javier, llegamos aún con muchas preguntas ¿quién lo mando matar? y ¿por qué? A la fecha hay dos detenidos; uno sentenciado y ningún autor intelectual en prisión. A tres años. ¿Qué tanto hemos avanzado realmente?, ¿cuánto más nos falta por recorrer y descubrir en el caso Javier Valdez?

En este país donde han sido asesinados más de 150 periodistas, 21 están desaparecidos y más de 500 familiares de estos esperan justicia, luchar contra el tiempo y el olvido no es una tarea fácil; estamos hablando de un país donde la impunidad en asesinatos de periodistas es del 92 por ciento y la espiral de violencia en contra de la prensa en lo que va del presente sexenio, no ha logrado frenarse registrando a la fecha el asesinato de 13 periodistas, dos de ellos  en 2020.

En el caso Javier Valdez, Reporteros sin Fronteras y Propuesta Cívica, organización social que lleva la asesoría jurídica y acompañamiento en este caso, han empleado todos sus esfuerzos para avanzar en las investigaciones.

Así, a tres años podemos hacer un primer balance con algunos avances positivos, otros no tanto y los pendientes en el caso.

Uno de estos avances y así hay que mirarlo fríamente, es la sentencia que el 27 de febrero, de 2020, el Juez Edgar Rafael Juárez Amador, dictó en contra Heriberto Picos Barraza, el Koala, quien admitió su participación en los hechos y se acogió con ello a un juicio abreviado; con lo que el juez determinó que el caso de Javier Valdez,  “se trató de una privación de la vida con premeditación, alevosía y ventaja por su labor periodística”, y dictó una sentencia de 14 años, 8 meses de prisión y a la reparación del daño, que como bien señala su familia “No hay nada que pueda pagar, ni habrá una condena suficiente, habrá un poco de justicia pero no habrá verdad, esa es una deuda que queda para nosotros su familia”.

Aunque la sentencia no es ejemplar como hubiéramos deseado, en esta primera sentencia, lo cierto es que por primera vez un juez dictó en su fallo, que reconoce que el asesinato de Javier fue por ejercer su labor periodística, algo que no se había reconocido antes en el homicidio de un periodista en México, el único antecedente que se le acerca quizá sea el de Manuel Buendía, quien fue asesinado el 30 de mayo de 1984.

Otro avances fue que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) de la FGR, después de algunas investigaciones, liberó la orden de aprehensión en enero de este año contra Dámaso López Serrano, el Minilic, por la autoría intelectual en el homicidio del periodista Javier Valdez Cárdenas. Una investigación que aún debe reforzarse y donde hay mucho que descubrirse todavía.

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Queda pendiente la audiencia intermedia de Juan Carlos “N”, uno de los autores materiales del homicidio, misma que fue programada para el 25 de marzo y que por la emergencia sanitaria ha sido pospuesta hasta nueva fecha. Una audiencia que ha sido diferida en cinco ocasiones por diversas razones en perjuicio de los familiares. Una audiencia que tendría que llevarse a cabo sin más dilación y en la cual por ningún motivo podría aceptarse un juicio abreviado; hoy toca a la FEADLE, garantizar que así sea. Su familia merece una justicia sin regateos y sin cortapisas.

Por lo que toca a la autoría intelectual del homicidio del periodista Javier Valdez, se ha tenido poca información contundente con relación a quién dio la orden de matar al periodista. Toca ahora a la FEADLE fortalecer esta investigación en la que no quede la menor duda sobre la autoría intelectual.

Hoy la Fiscalía General de la República tiene la gran tarea de poder demostrar que se puede llegar a los autores intelectuales, esperamos que así sea y que no pasen otros tres años para poder conocerlo. El derecho a la verdad también debe ser una prioridad en este caso.

Es importante señalar que el Tribunal Federal tendría que hacer un mayor esfuerzo para no posponer más la audiencia intermedia, donde se deberán abrir las pruebas del caso. El Tribunal  debería mostrar mayor sensibilidad con los familiares de Javier, que han esperado por tres años justicia y priorizar esta audiencia, sin la cual no se puede ir a juicio.

Quedan también varios cabos sueltos en la investigación  y que deberán sustentarse durante los juicios que quedan pendientes por parte de la FEADLE.  Acá algunos. Las armas utilizadas para el homicidio, ¿A quién pertenecían realmente y dónde están?; así como, ¿de quién era y dónde quedó el vehículo en el que se cometió el crimen, ¿dónde quedaron las pertenencias de Javier que se sustrajeron el día del crimen de su vehículo?

Tras tres años, lo que tenemos hasta hoy son algunos de los nombres de quienes vigilaron, siguieron  y dispararon contra Javier Valdez; en el asesinato se usaron dos armas de distintos calibres; dos de los autores materiales están detenidos, y uno ahora sentenciado, y dos más de ellos que participaron están muertos; el Pelón y Luis Ildefonso Sánchez Romero, el Diablo, asesinado en septiembre de 2017 en Sonora.

El actual detenido, Juan Carlos “N”, seguramente tiene mucho que decir al respecto. Habrá que esperar la audiencia intermedia y el juicio. Así como el fortalecimiento de la investigación y sustento por parte de la FEADLE en lo que toca a la autoría intelectual y agilizar el proceso de extradición del Minilic. Un proceso que no será rápido porque depende más del contexto, condiciones políticas y voluntad para su extradición.

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A tres años del asesinato de quien fuera cofundador del semanario Ríodoce y corresponsal de La Jornada, en esta investigación queda mucho por hacerse; aunque parece que avanzamos, también es cierto que el proceso ha sido lento, difícil y tortuoso para su familia.

La gran pregunta es, ¿Cómo hacer para que en este país la justicia sea ágil? ¿Cómo hacer para que la impunidad retroceda de manera rápida? Y no tengamos que seguir contando muertos, sino cuántos perpetradores de estos crímenes han sido detenidos y sentenciados. Sólo ese día podremos decir que la justicia ha llegado y que le estamos ganado la batalla a la impunidad.

No puedo pasar desapercibido que en la actual situación de emergencia sanitaria por el Covid-19, nos impide en esta ocasión hacer un merecido homenaje como cada año a Javier Valdez, junto a su familia, sus colegas de Ríodoce  y compañeros periodistas, por ello lo hacemos desde este espacio y le decimos que su memoria hoy como ayer, la mantendremos siempre viva ¡Justicia para Javier Valdez!

(*) La autora es representante de Reporteros Sin Fronteras en México

Artículo publicado el 10 de mayo de 2020 en la edición 902 del semanario Ríodoce.