Guarderías: una acción concreta

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Las estancias infantiles no son la única acción pública necesaria para impulsar la equidad de género, ni siquiera es la principal. Tampoco son suficientemente efectivas si no se acompañan de abatir la idea de que las mujeres son las responsables del cuidado de las personas vulnerables y del trabajo doméstico en la familia.

Lea: Mujeres: movilidad social más lenta https://bit.ly/3daU4PI

Sin embargo, las estancias infantiles, no son intrascendentes, derriban barreras para la incorporación femenina al mercado de trabajo. Las mujeres que decidan realizar una actividad profesional o económica fuera de su casa pueden hacerlo en mejores condiciones cuando existe un sistema de cuidado de menores y adultos mayores.

Las estancias infantiles pueden ser uno de los resultados que materialicen la deliberación pública sobre la inequidad que hemos tenido en nuestro país. Este puede ser un componente medible del programa de la gran movilización social que hemos visto.

No estamos hablando de reiniciar la discusión sobre la disminución de beneficiarios y transformación del programa de estancias infantiles del gobierno federal. Superemos esa discusión como algo ya hecho de donde hay que retomar algunas enseñanzas.

Estamos hablando de una necesidad social.

El INEGI reporta que mientras que 77 de cada 100 hombres en estas edades son económicamente activos, en el caso de las mujeres solo 44 de cada 100 están en esta situación. La tasa más elevada para las mujeres es de 58.6 por ciento, en el grupo de los 30 a 49 años de edad. En los hombres de este grupo de edad es de 95.1 por ciento.

Subrayamos que no participar en el mercado laboral no significa que “no trabajen” porque seguramente si lo hacen en las labores domésticas de su hogar, sin pago.

La razón de no participar en el mercado laboral no es la preparación académica. El 40 por ciento de las mujeres de 15 años y más que cuentan con escolaridad de nivel medio superior y superior están excluidas del mercado laboral y ese porcentaje en la población masculina solo es de 18 por ciento.

Para alcanzar el mismo nivel de participación económica que actualmente tienen los hombres, lo que supone que en ambos géneros existe la misma motivación por participar en el mercado laboral, de realización personal y de necesidad económica, se requiere estructurar espacios económicos para 11 millones de mujeres.

Se estima que la inclusión laboral femenina significaría un aumento del 10 por ciento del PIB nacional. El reto para nuestro sistema económico es no desperdiciar el talento y la energía de, al menos, 11 millones de mexicanas

No hay una cifra precisa de la necesidad de estancias infantiles pero aquí expondremos algunos datos que nos ayudan a dimensionar esta necesidad social.

En 2015 existían en México 10.5 millones de niños menores de 5 años, 16 por ciento residía solo con uno de sus padres. Ello implica una necesidad urgente de cuidado, durante el equivalente a una jornada laboral, para un millón 700 mil niños.

En 2020, 5 millones de mujeres trabajaban por su cuenta y no tenían acceso a la prestación de cuidado infantil y 11 millones tampoco contaban con ello a pesar de ser asalariadas.

En contraste, la oferta gubernamental en el 2019 fue para solo 580 mil niños.

El IMSS atendió, en números redondos, a 200 mil, el ISSSTE a 30 mil, la Secretaría del Bienestar a 170 mil, el DIF a 100 mil y algunos sistemas sindicales y estatales a 20 mil.

Existen varias líneas de trabajo para avanzar en la formación de un sistema de cuidado infantil en las actuales condiciones del país. No es imposible, ni es un sueño.

Primeramente, deben orientarse los presupuestos gubernamentales para formación de empresas y capacitación para el trabajo, como “Jóvenes Construyendo el Futuro” hacia la integración de estancias infantiles. Hay una necesidad social, un mercado y un nicho de oportunidad, que deben acoplarse. Necesariamente deben estructurarse distintos modelos de actuación para atender a las diferentes expresiones territoriales del fenómeno.

En segundo orden, debe crearse una estrategia especial de crédito para que las zonas comerciales e industriales avancen paulatinamente en resolver la falta de servicio hasta que, transcurrido un plazo pertinente, las empresas mayores a 200 empleados paguen un impuesto especial al IMSS sino brindan esa prestación para que lo haga directamente el instituto.

Los tres órdenes de gobierno deben establecer un plan de trabajo que los lleve a dar el servicio de estancia infantil a todos sus trabajadores.

Estas y otras líneas de trabajo deben integrarse en un programa nacional con metas, coordinación interinstitucional, participación de la iniciativa privada, monitoreo y evaluación.

Nos hemos dado cuenta de lo mucho que tenemos que hacer como personas y como sociedad.

Aquí tenemos una acción concreta que empodera económicamente a la mujer, fortalece su independencia, amplía sus posibilidades de realización humana y genera riqueza para el país.

No nos quedemos solo con la cartulina o la declaración pública.

No frustremos esa aspiración legítima de ser una sociedad equitativa.

Columna publicada el 15 de marzo de 2020 en la edición 894 del semanario Ríodoce.

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