Más allá de la sentencia acordada —14.8 años de cárcel— dos cosas se quedaban pegadas a las tripas durante esa audiencia: una fue la voz distorsionada de la víctima diciendo una y otra vez que nada que las autoridades hicieran podía reparar el daño. No es un asunto de años, ni de dinero, piensa; es un asunto de vida. La otra fue esa cara de desfachatez del Quillo mirando retadoramente a los fiscales y secreteándose con su abogado defensor en una actitud colmada de cinismo. Heriberto Picos Barraza, el Koala, se había acogido al procedimiento abreviado, aceptando su responsabilidad en el crimen de Javier Valdez. Su primo, Juan Francisco Picos Barrueta, el Quillo, desechó el procedimiento y prefirió enfrentar las acusaciones en un juicio oral.
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Una de las víctimas indirectas del crimen de Javier, que participó en la audiencia desde un espacio dotado de monitores, tenía razón. Nada, ninguna pena a los asesinos y ningún apoyo material y terapéutico sanará las heridas ni reparará lo que significa la pérdida de un ser humano. También el Juez lo reconoció y se lo dijo. Se había perdido una vida. Y no cualquiera. Y no por cualquier causa. Habían asesinado a Javier Valdez por lo que había escrito. Un ataque a él y a la sociedad.
Durante el proceso para desahogar el procedimiento abreviado, el Ministerio Público relató la forma en que mataron a Javier aquel 15 de mayo. Y fue como volver a vivirlo, a padecerlo. Reviven las imágenes; el Versa gris detrás del Corolla rojo de Javier, el alcance, el taponeo, dos hombres bajando del auto con pistolas en manos, los gritos de “bájate a la verga”, “aquí te llevó la verga”, los disparos. Doce. El cuerpo tendido bocabajo. El mítico sombrero ensangrentado.
El Koala se había quedado solo en la sala, acompañado de su abogado. No volteaba a ningún lado, solo a ver al Juez cuando éste le preguntaba algo. Siempre mirando el monitor que tenía enfrente, esnifaba con mucha frecuencia. Si se atascó algo o si traía un resfriado no lo supimos. Allí escuchó la narración del MP sin voltear a verlo. Y luego la sentencia del Juez.
Uno sale de la sala con la boca amarga. Ni triunfamos nosotros ni triunfó la justicia. La sentencia de Heriberto Picos es un paso para que se haga justicia pero no estamos hablando de un castigo justo ni ejemplar. No hay que olvidar que se están pidiendo 50 años de cárcel. Es la primera sentencia que se logra a nivel federal en el caso del asesinato de un periodista y eso puede ser visto como una victoria. Pero si se quiere sustanciar la razón del procedimiento abreviado, la Fiscalía tiene que robustecer sus alegatos, sobre todo ahora que ha logrado una orden de aprehensión contra el presunto autor intelectual.
Queda en el camino el juicio contra Juan Francisco Picos Barrueta, el Quillo, el jefe de la célula que mató a Javier. Será el 25 de marzo. Ya Dámaso López Núñez declaró en los Estados Unidos que, efectivamente, el Quillo trabajaba para él, que lo conocía y que conoció la pistola que se usó como parte del pago por el crimen y que tenía en sus cachas la imagen de él por un lado y la imagen de su hijo por el otro. Pero que él no lo mandó matar. También están los testimonios de dos personas más que sostienen que el Minilic ordenó el crimen de Javier y que se lo pidió a Picos Barrueta luego de que ellos no quisieron “hacer el jale”.
Todos son elementos que fortalecen la acusación que ya fue confirmada en juicio cuando el Koala acepta su responsabilidad en los hechos del 15 de mayo de 2017. El MP leyó la reconstrucción y él no parpadeó. El Juez le preguntó y él aceptó. “¿Reconoce su participación en el crimen?” “Sí”. En el mismo Nissan Versa iba el Quillo. Éste se bajó y disparó. Estos son los hechos que el jueves pasado fueron analizados y juzgados en el procedimiento abreviado. Ellos lo mataron. Lo aceptó Heriberto Picos Barraza.
Bola y cadena
NO ESTUVIMOS SOLOS, NUNCA hemos estado solos. Durante la audiencia, en otra salita comunicada a través de monitores, presenciaron el juicio Balbina Flores, representante en México de la organización Reporteros Sin Fronteras. También Jan Albert Hootsen, representante del Comité para la Protección de Periodistas; Ricardo Neves, enviado por la oficina en México del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU. Y Víctor Martínez Villa, asesor jurídico enviado por Propuesta Cívica. Siempre solidarios, empujando por la justicia, haciendo esfuerzos por atajar la impunidad. A todos gracias.
Sentido contrario
EN MORENA EMPIEZAN A DESPEJARSE las cosas. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dio la razón a Alfonso Ramírez Cuellar y éste asumió la dirigencia nacional interina del partido en tanto se define cómo se habrá de elegir la nueva presidencia. Mientras, las aguas no dejan de moverse en torno a la definición de candidaturas para el 2021, entre ellas para la gubernatura de Sinaloa, donde Tatiana Clouthier, después de haber sugerido que podría venir a competir, dijo que siempre no, para luego expresar su respaldo a la senadora Imelda Castro. Muy metido en una abierta precampaña, el otro senador sinaloense de Morena, Rubén Rocha, dijo que si viene Imelda tendría todo su apoyo. Pues sí. Si viene.
Humo negro
EL CORONAVIRUS TENÍA QUE ALCANZARNOS, eso era cuestión de días. Ya hay más de 50 países con casos positivos. El problema es cómo enfrentar la epidemia en condiciones tan precarias. Nuestro sistema de salud es muy poroso. Y es mejor no jugar con el tema. No se vale, además.
Columna publicada el 1 de marzo de 2020 en la edición 892 del semanario Ríodoce.
