El negocio de la obesidad

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Millones de litros de grasa distribuidos de manera desproporcionada en millones de cuerpos humanos, han generado miles de millones de pesos tanto a la industria farmacéutica como a los médicos clínicos y quirúrgicos.

Para muchos laboratorios, lo mejor es la epidemia de obesidad mundial; para muchos médicos, lo mejor son los miles de pacientes que arrastran junto con la obesidad una serie de comorbilidades como la dislipidemia y la hipertensión arterial, lo mismo para otros tantos médicos que hacen cirugía bariátrica.

Suena ríspido, pero es cierto, hasta las funerarias se están beneficiando con la obesidad, y aunque todos sabemos que el destino seguro es la muerte, la obesidad precipita o adelanta el destino.

Toneladas y más toneladas de medicamentos se distribuyen por todo el mundo para tratar la obesidad: la mejor plaza comercial se llama México. Estados Unidos también es un lugar atractivo para la venta de medicamentos al tratar de controlar los padecimientos colaterales como el colesterol, los triglicéridos, el aumento o descontrol del azúcar y el aumento de la presión arterial.

Es frecuente que los pacientes obesos, además sean diabéticos, hipertensos y con problemas de colesterol: este coctel mortal enriquece a muchos. La paranoia de cualquier mortal puede hacerle creer que existe la intención monstruosa de hacer negocio con la salud humana; no existe evidencia que pueda soportar esta idea, sin embargo, sí existe el enriquecimiento multimillonario a través de la enfermedad y los enfermos de todo tipo principalmente obesos.

Reducir mecánicamente a través de la cirugía bariátrica la cavidad gástrica, el tamaño del intestino, las intersecciones intestinales, y tantas variables quirúrgicas para disminuir la cantidad de alimento que pueda ingerir la persona obesa, modificar la absorción de los nutrientes y las calorías a través de un tránsito intestinal más rápido, o disminuir la capacidad metabólica del intestino al modificar el tránsito intestinal del alimento, son las formas o intentos de regresar al obeso a su peso ideal y en muchos casos a un sobrepeso menos riesgoso para la salud que la obesidad mórbida.

El mejor negocio para cualquier persona es conservar su salud, pero el mejor negocio para cualquier empresario es la enfermedad de la población. La industria del tratamiento de la obesidad abarca dos espacios muy claros: medicamentos y cirugía.

Medicamentos para evitar o disminuir las enfermedades colaterales de la obesidad, medicamentos para inducir una disminución en la sensación de hambre, y medicamentos para tranquilizar o apaciguar las ansias de comer.

Cirugías para retirar el exceso de grasa corporal o para moldear al cuerpo, cirugía para modificar el tránsito intestinal y su contenido, en fin, la obesidad llegó a construir emporios millonarios de Quienes tratan de ayudar al obeso y otros de lucrar con la enfermedad. El día que se acabe la obesidad, se acabará el negocio, pero todo hace indicar que es todo lo contrario, hay un aumento en la incidencia de obesos y el negocio crece.

Artículo publicado el 19 de enero de 2020 en la edición 886 del semanario Ríodoce.

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