Alrededor de las 15:00 horas los primeros mensajes de “whatsapp”. Una imagen de una camioneta blanca tipo doble rodado con un rifle apostado en su caja y dos hombres tras el arma. Gatilleros. Luego, mensajes de audio que advierten sobre la guerra que se avecina.

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La psicosis que vivió Culiacán se propagó rápido por redes sociales y mensajería instantánea. Algunos de los ciudadanos atrapados en medio de los hechos, otros divulgados por los mismos grupos delincuenciales, y los más sin poder precisar sobre su origen y veracidad.

La hora de los mensajes y videos no se pudo precisar, sin embargo, la mayoría correspondieron a un mismo escenario: el bulevar Enrique Sánchez Alonso. A las 15:45 horas, un video capta imágenes sobre el puente de la calle Josefa Ortiz de Domínguez en dirección al bulevar Sánchez Alonso.

“Ahí están unos cabrones aquí en el malecón. Mira. A la verga… ¡chinga tu madre, parando tráfico, tirándole a todos! ¡Qué pedo con la raza, mira!”

Para esa hora el rumor de disparos y enfrentamientos dio paso a la confirmación. En redes sociales diferentes comunicadores daban por hecho la detención de Ovidio Guzmán López, y por ello, la violencia desatada.

Posteriormente más videos y audios de “WhatsApp”. Uno de ellos corresponde a la imagen de un radio tipo Matra que ilustra diferentes conversaciones entre las células de gatilleros:

—Hay que meterse, métase ahí con la doble, ahí sí hay chance de meterse pa’llápa’dentro. Tienen un cuetón tirado de Elotapa’dentro.

—A ver loco, lo van a soltar o qué pedo mi chavo, ¿cómo quieren el baile? A ver tú, guacho, venga al mando, hable en caliente. Esta va a ser tu responsabilidad, bato, esta es tu responsabilidad de todos y de tu pinche gobiernito verguero, esta es tu responsabilidad… Contesta hijo de tu puta madre, te están hablando, se te está hablando bien. Suéltalo y vete tranquilo y no se te va hacer nada, si no te va a cargar la verga… Todos los guachitos que tengan ubicados, ubiquen a la familia a la verga. Nomás que no lo sueltes hijo de tu puta madre, vas a ver verga. Se te bancó hijo de tu puta madre por no contestar, verga.

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Para las 16:30 horas un video muestra a civiles armados saludando a militares en la caseta de Costa Rica. Más tarde fue captada también en video una pick up con los colores del ejército y civiles armados a bordo del vehículo.

En Facebook, gente pidiendo ayuda preguntando sobre la veracidad de otros eventos. La psicosis despegó cuando un audio de WhatsApp revela lo que supuestamente sucedía en el bulevar Sánchez Alonso, afuera de la Fiscalía General del Estado: “Te voy a contar el mitote para que sepas. Llegó el hijo del Chapo, el Iván. Llegó a arreglar unos problemas a la Fiscalía, llegó normal, todo el rollo, y llegó y se metió y al salir lo estaban esperando unos guachos. Lo agarraron, se lo llevaron y desde ahí empezó el desmadre. Están afuera de la Fiscalía porque se quieren chingar al Fiscal. Hay varia gente metida en la oficina del fiscal porque quieren entrar a la Fiscalía por el Fiscal. La gente está resguardada porque la oficina está blindada y tiene un chingo de pendejadas. Te comento esto porque la secretaria del Fiscal es muy amiga… oh, perdón, es la esposa de un amigo mío y ahorita mi amigo me está comentando ese pedo, que ellos están ahí resguardados”.

Sobre los edificios del Desarrollo Urbano Tres Ríos gente grababa operaciones del ejército y grupos armados. Para entonces ya había etiqueta en Twitter y posicionamientos de autoridades federales que confirmaron la detención de Ovidio Guzmán.

Luego, un video de un tipo armado entrando a un restaurante de mariscos frente a la Fiscalía mostraba lo que parecía una advertencia:

“Buenas tardes. Estoy aquí nada más para avisarles. Probablemente, no se asusten, vienen desde Mochis, El Fuerte, vienen los delincuentes, no. Entonces el que se pueda ir, que se vaya. Si Dios guarde algo aquí, busquen un lugar… hay que irse a su casa”.

Después, más audios y videos de caravanas de camionetas pick up y doble rodado con hombres armados y artilladas con rifles de alto calibre.

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—Por favor pongan atención. Ya no tiren bala, ya no tiren bala. Ahorita vamos a arreglar este problema. Se lo pedimos de la manera más atenta a toda la plebada que ya no tieren bala por favor.

—Ya les dijimos, oiga, ya les dijimos… (Inaudible).

—Oiga, para que no tiren bala por favor, para que calmen a toda la plebada, ya nos vamos a meter por el muchacho. Ya todo bien, oiga. Ya se arregló.

—No tiren, plebada, no tiren. Regrésense a la verga, todos, no tiren ni uno. Aquí voy atrás, voy a entrar por Mojolo, por las cribas.

—Bien copiado, aquí estamos en el gimnasio, en el puro gimnasio. Aquí es el punto de reunión en caso que no saquen al chavalo.

—Enterado, enterado, ahí vamos. ¿Autorización pa’los boludos también? ¿Está confirmado?

—Afírmele, ahorita por lo pronto nada, ahorita está tranquilo porque al parecer ahí van a ceder pero si quiere bajar el boludo hay autorización de tirarle.

—Ok, ¿y si nos dispara usamos los lanzacohetes, o qué?

—Afírmele, si le echan plomo ellos primero, túmbelo, túmbelo si le echa plomo.

—Autorizado plebada a utilizar los lanzacohetes y los antitanques, autorizado.

Y ese jueves 17 la información en redes sociales fluyó más desde los grupos criminales y la sociedad, que información oficial de las autoridades. Las redes sociales tampoco fue terreno del Estado.

A las 18:08 horas un tweet del gobernador Quirino Ordaz advierte sobre la suspensión de clases para Culiacán al día siguiente.

Casi dos horas y media, a las 20:30, un nuevo tweet con el anuncio de la llegada del gabinete de seguridad del gobierno federal.

Pero para las 21:00 horas la psicosis se prolongó. Nuevos videos mostraban una caravana de vehículos con hombres armados en el área de Cumbres de Santa Fe al norte de Culiacán, en las inmediaciones del camino a Mojolo.