Tiempo de definiciones para Gerardo Vargas Landeros, el vice-gobernador en quien Malova delegó la política y la seguridad pública de Sinaloa por seis años. Vargas y su comitiva, el grupo de funcionarios que colocó en puestos clave durante el sexenio 2011-2016, dejan la tibieza y se abren con la maestra Elba Esther Gordillo y su nuevo nieto: el Partido Redes Sociales Progresistas, RSP, ahora en fecundación.
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Gerardo Vargas intentó por todos los medios sostenerse en el PRI. Nunca renegó públicamente, nunca dijo que renunciaba, pagaba sus cuotas, y mantenía la velita encendida.
Mientras él intentaba mantener ese viejo amor, rogando el perdón por la infidelidad, unos solicitaban su expulsión y otros simplemente callaban y aplicaban la máxima tricolor: hielo, no confrontación, tiempo al tiempo.
Su aparición pública en la asamblea de constitución que organizó en Culiacán la familia de Gordillo, cimiento de las Redes Sociales Progresistas, es el distanciamiento coyuntural del PRI. Podría deshojar el último pétalo del trébol: Las canicas que tanto presumió, la estructura que preparó por seis años con la que amenazaba a propios y extraños, la fuerza del trébol tiene nuevo dueño. Cuánto y qué queda de aquella estructura, si es que existió como tal, tipo la que tanto le ha costado a Héctor Melesio Cuen, es otra historia.
El fichaje de Vargas Landeros por las Redes Sociales Progresistas es, también, una carta de intenciones, una definición de motivos sobre lo que pretende ser el nuevo partido. Un club se conoce por sus miembros.
Elba Esther Gordillo en libertad es una animal política, en el sentido aristotélico del término. Si le arrebataron el sindicato y el partido que creó, ella se encargará de recuperar sus dominios o crear nuevos. Fernando González, su yerno, es desde hace mucho tiempo el delfín, el joven maestro sinaloense logró entenderse con la suegra a la maravilla, una rareza en un mundo donde a la suegra se le odia.
Es Fernando González quien tiene la fuerza física para moverse de un lado a otro, para tejer las redes donde se ocupe. Su suegra es la fuerza política, la mente, la estrategia, la conexión para que esas redes se relacionen por todo el país.
Elba y Fernando. Suegra y yerno. La maestra acusa el desgaste del tiempo y de los ataques, pero conserva la agilidad suficiente para saber a la sombra que se cobija y seleccionó al político en boga, a López Obrador. Redes Sociales Progresistas será un nuevo partido, pero va al ladito de Morena, junto a él, satélite, o como quiera llamarse.
En su recorrido por el país para cumplir las exigencias de la legislación electoral, que obliga a 20 asambleas estatales al menos con 3 mil 500 ciudadanos reunidos, Gordillo y González no tienen ningún problema. La red de la maestra conserva aliados en cualquier rincón de México. Pero no será suficiente y el arrastre de la red traerá consigo otros muchos elementos.
Margen de error
(Vargas y el PRI) El camino del ascenso de Gerardo Vargas fue al mismo tiempo el peso del futuro. No querían dejar el PRI, pero no existía otra forma de arrebatarles el poder. En 2010 operó con la coalición opositora que abanderó a Malova, visto a la distancia aquella contienda electoral fue solo entre priistas, una lucha de grupos.
Por aquellos tiempos seguía afirmando su militancia priista, como otros muchos a quienes les “perdonaron” aquel salto de trancas: Juan Ernesto Millán, Francisco Labastida hijo, Karim Pechir, Armando Villarreal, Bernardo Cárdenas.
En la elección federal de 2012, pateando el pesebre, abandonaron a la candidata panista a la presidencia, Josefina Vázquez Mota, y ni mencionar a Andrés Manuel López Obrador, en aquel tiempo en el PRD, los malovistas y Gerardo Vargas se fueron con el corazón y apoyaron al PRI, a Enrique Peña Nieto.
Eso no impidió que en la intermedia de 2013, para renovar el Congreso de Sinaloa y las 18 alcaldías, Vargas Landeros interviniera en las candidaturas de todos los partidos, del PRI donde pudo, y del PAN-PRD en el resto. Por eso está claramente acreditado que también desde la Secretaría de Gobierno se empujó la candidatura de Lucero Sánchez en Cosalá, a pesar de que en el pueblo todos supieran de su relación con Joaquín el Chapo Guzmán.
Para la sucesión a la gubernatura buscó estar en la lista de gobernables dentro del PRI. Lo incluyeron. No entendió Vargas Landeros que era mero requisito. El 17 de noviembre de 2015 se tomaron la foto todos los que querían suceder a Malova: ocho. Irizar, Torres, Diva, Lara, Amador, Valdez… y Gerardo.
Quien obtendría la candidatura ni siquiera estaba en la foto: Quirino.
Mirilla
(Sin gubernatura) La intención de Malova era dejarle la silla al hermano, al amigo Gerardo. ¿Quién podría cubrirle mejor las espaldas? Pero no todos los hijos superan al padre. Mario López quedó lejos de emular a su padre político Juan Millán. No heredaría nada. Bueno, deudas, mala reputación en muchos de sus colaboradores.
Gerardo Vargas se quedaba con su trébol, con su estructura, y en el sprint final supuestamente le dio el apoyo a Quirino Ordaz.
Deatrasalante
(Sin deuda) El PRI no le debía nada a Gerardo Vargas, o no sentían que le debían y no le pagaron nada. Ni le regresaron el favor. Vargas y sus cercanos siempre estuvieron fuera del PRI. El 5 de septiembre de 2014 se los dijo muy clarito el dirigente nacional César Camacho en una visita a Sinaloa: “Sin 15 no hay 16. Así que a trabajar duro… Todos tienen un lugar… hay legítimas aspiraciones personales, pero se tienen que subordinar a las aspiraciones del grupo”.
En eso de subordinarse a las aspiraciones del grupo estuvo la clave para los arrepentidos que llegaron a la toma de protesta del Consejo Político Estatal. Aquellos que protestaron hoy siguen fuera del PRI (PUNTO)
Columna publicada el 16 de junio de 2019 en la edición 855 del semanario Ríodoce.
