Elizabeth Páez y José Sánchez Rivera nunca tuvieron la oportunidad de sentarse a conversar con el autor de Malayerba, Morros del narco, Miss Narco, Levantones y Narcoperiodismo.
Tampoco escucharon de viva voz sus ideales, ni la indignación que generaba en él la marginación oficial en la que vivían las víctimas de delitos.
Si acaso, José Sánchez Rivera cruzó palabras de protocolo el día que se lo presentaron durante una reunión informal en Olas Altas de Mazatlán, entre ballenas y brisa marina, escuchó al culichi irreverente y sensible. Jamás lo olvidó ni le perdió la pista.
Elizabeth y José están al frente de la Asociación Civil Reacciona Mazatlán, y desde 2017 se dieron a la tarea de iniciar el proyecto de la casita, como la llaman, de Javier Valdez.
El objetivo principal, indicaron,” es recordar la memoria del gran periodista y ser humano Javier Valdez Cárdenas”.
Su meta es ofrecer a niños y jóvenes un espacio gratuito donde descubran que los libros, el arte y la cultura son una opción de crecimiento y desarrollo.
El miércoles 15 de mayo pasado, mientras el país y algunos países del mundo recordaban a Javier con eventos, conferencias, exposiciones y performance, en una colonia de la periferia de Mazatlán, un grupo de niños llegó curioso a ver qué ocurría en la Casa de la Cultura Javier Valdez.
El inmueble permaneció cerrado al público luego de haber sido vandalizado y saqueado, pues por seguridad los encargados optaron por tenerlo en pausa unos meses.
La reapertura no pudo haber tenido mejor asistencia: niños que con escoba en mano pidieron que se les permitiera ayudar a limpiar y reacomodar libros en el espacio de lectura denominado Malayerba.
Y el espacio del Malayerba recobró vida, se llenó con el griterío de los niños y la paciencia de Elizabeth Páez para organizar la inquietante ansia por hojear los libros.
“Que la Casita abra de nuevo sus puertas es una oportunidad para recordar y reconocer la memoria de Javier Valdez, de no olvidarlo, de visibilizar que somos muchos los que exigimos justicia; abrir es ofrecerle a nuestros niños, niñas y jóvenes alternativas que abonen a su crecimiento y desarrollo intelectual, cultural y social de forma gratuita”, expuso Elizabeth Páez.
“Creemos firmemente que un niño que decide leer un libro, tocar un instrumento musical o pintar un cuadro, es un morrito menos atrapado por las garras de narco”, agregó.
La casa cuenta con cuatro estudiantes que prestarán su servicio social, inician este lunes de 14:00 18:00 horas con salas de lectura, talleres de reciclaje creativo, pintura y estarán a cargo de la biblioteca con el préstamo de libros.
José Sánchez Rivera ya se dio a la tarea de visitar a los directores de las escuelas cercanas a la Casa de la Cultura, y ha encontrado eco; los docentes apoyarán en lo que puedan a mantener vigente el proyecto y alumnos están invitados a hacer uso de este espacio.
También en el marco del segundo aniversario luctuoso de Javier Valdez, el Colectivo Periodistas por la Paz y la Libertad de Expresión, se reunió para analizar el contexto en el que se desarrolla el ejercicio periodístico con las nuevas autoridades federales y municipales.
Este colectivo se empezó a gestar aquel 15 de diciembre de 2017, luego de que los periodistas locales, catedráticos y ciudadanos marcharan por la Avenida del Mar para repudiar el crimen.
A partir de entonces sus integrantes no han cejado en su empeño por denunciar públicamente las malas prácticas de funcionarios públicos en contra de quienes ejercen el periodismo, además de pugnar por una prensa libre y organizar talleres y conferencias de capacitación.
Artículo publicado el 19 de mayo de 2019 en la edición 851 del semanario Ríodoce.
