¿Qué tan factible es que México pueda tener en seis años de 60 a 80 peloteros mexicanos en Grandes Ligas? En posibilidades del 1 al 10, lamentablemente es 1.
Esa meta del Gobierno Federal —vía PROBEIS que dirige Édgar González—, no se dará por decreto desde Palacio Nacional por San Andrés.
La temporada 2019 de MLB arrancó con 10 peloteros mexicanos —ocho nacidos en este país— y actualmente se tiene la misma cifra, aunque serían 12 porque hay dos lesionados (Marco Estrada y Víctor Arano).
México está muy lejos de las potencias del caribe, llámese Dominicana (con más de 100 ligamayoristas hoy día), Venezuela y Cuba.
Son dos razones fundamentales por las cuales nuestro país se encuentra estancado y muy distante de ese nivel, del cual estoy convencido nunca estará al parejo: Genética y mentalidad.
Contrario a los dominicanos, venezolanos y cubanos, el pelotero mexicano no batea, no tiene poder ni tampoco rapidez en las bases, lo cual se origina en gran medida de la genética distinta.
¿Cuántos jonroneros nativos de México han figurado en 86 años de historia de representación azteca en Grandes Ligas? Uno: Vinicio Castilla (RD y Venezuela han tenido decenas).
¿Cuántos jugadores han estado entre los cinco mejores robadores de bases en una temporada? Ninguno. El Charolito Orta tiene la máxima cifra en una temporada (24) y finalizó en el lugar 22 de la Liga Americana en 1976.
Hablando de calidad Grandes Ligas, México produce buenos lanzadores y versátiles jugadores defensivos, pero incluso ni en el pitcheo estamos al nivel de los caribeños en cantidad.
Y es que sólo tres lanzadores mexicanos han alcanzado el rango de estrellas: Fernando Valenzuela, Teodoro Higuera y Joakim Soria.
Aurelio López fue un muy buen lanzador sin tener números espectaculares, lo mismo que Esteban Loaiza y Yovani Gallardo al haberse codeado con la crema y nata del Bigshow durante uno o dos años.
#CONFORMISMO… El otro punto, decíamos, es la pobre mentalidad del pelotero mexicano.
Aunque ha ido cambiado la cultura de la disciplina en la pelota azteca —comparada con la de hace 20, 30 o 40 años—, en realidad no se tiene la misma ambición de los dominicanos, venezolanos y cubanos.
Históricamente al jugador mexicano le ha faltado trabajar más y enfocarse al 100 por ciento, sin recurrir a la excusa absurda del “racismo de los gringos”, como si Melo Almada, Beto Ávila, Aurelio Rodríguez, Fernando Valenzuela, Teodoro Higuera, Vinicio Castilla, Juan Gabriel Castro, Óliver Pérez, Joakim Soria y muchos otros que hicieron larga carrera, no hubiesen tenido serios obstáculos de todo tipo.
Nuestros compatriotas necesitan trabajar más duro, hacer mayores sacrificios, salir de la zona de confort de la Liga Mexicana y mostrar esa hambre con la que llegan los peloteros latinos porque en Grandes Ligas nadie te va a regalar nada, por más programas que se anuncien desde Palacio Nacional.
Un tercer punto para el análisis sería ¿Qué tan buenos instructores se tienen en el beisbol mexicano desde las Ligas Pequeñas hasta el profesionalismo? Tema que luego abundaremos.
ROLETAZOS:
*TAMPOCO SEREMOS catastrofistas y sugerir que dentro de seis años habrá la misma cantidad de mexicanos en MLB, es decir de 10 a 15. Me parece que si se trabaja muy fuerte en todas las Academias del país y con la mayor apertura de la firma de prospectos hacia los equipos EU, la cifra podría rondar los 25 mexicanos permanentes en Grandes Ligas, algo que ya se tuvo hace dos décadas aún y cuando fue el total en una campaña. Anunciar que van por 60 u 80 en una temporada, es demagogia pura y muy barata.
*LA SELECCIÓN mayor de Cuba se encuentra en México desde hace varios días y ayer sostuvo un juego de exhibición contra integrantes de la Secretaría de La Marina en el Estadio ‘Fray Nano’. No se tiene conocimiento de más juegos y evidentemente la delegación antillana cuenta con el auspicio del Gobierno Federal de México porque no hay de por medio ninguna competencia oficial o tan siquiera juegos de exhibición frente a equipos profesionales de este país.
TWITTER: @purobeisbolfb
Artículo publicado el 28 de abril de 2019 en la edición 848 del semanario Ríodoce.
